Ciudad de México, 23 de julio (SinEmbargo).- Fernando Montaño tiene 29 años y nació en Buenaventura, una zona muy compleja socialmente hablando de Colombia. Un sitio donde reinan la violencia y la falta de oportunidades y de la que él emergió para convertirse en uno de los bailarines más importantes del mundo.
Un artículo publicado por la BBC y firmado por el periodista Arthur Wallace llama a Buenaventura “la nueva capital del horror” en Colombia, “donde bandas criminales de origen paramilitar, dedicadas a la extorsión y el narcotráfico, descuartizan vivas a muchas de sus víctimas antes de arrojar los pedazos al agua”.
En dicho contexto, Montaño comenzó a aficionarse a la danza clásica. Todo comenzó una noche en la que no podía dormir y vio un ballet en la televisión de su humilde vivienda. Ahí encontró su vocación y ella lo llevó a iniciar estudios en Incolballet en Cali.
Tuvo luego la oportunidad de estudiar en la Escuela Nacional Cubana de Ballet, donde se graduó en 2004. De allí partió a Italia para entrenar en La Scala de Milán y en el Teatro Nuovo di Torino para bailar a las órdenes de la maestra Niurka de Saa.
El ahora famoso artista, benefactor de una Ong que busca apoyar a los niños menos favorecidos de su país (Children of the Andes), recuerda a menudo sus duros inicios en el centro de la danza mundial.
“Era el exótico, el recién llegado. Apenas hablaba el idioma y encima era negro”, recordó Fernando en una entrevista televisiva. A pesar de que es el segundo bailarín negro en el Royal Ballet, donde la estrella es el cubano Carlos Acosta, está convencido de que la danza debe abrirse más a otras razas, que todavía tiene grandes deudas que pagar en tal sentido.
Su estampa prodigiosa lo llevó a modelar para la famosa diseñadora inglesa Vivienne Westwood (quien le pidió que bailara “Alquimia” en el Banqueting House de Londres) y de él ha escrito el periodista colombiano Pablo García para la revista Cromos: “De cerca, el cuerpo de Fernando Montaño es digno del cincel de Miguel Ángel, parece haber sido esculpido en un mármol moreno. La manera como estira y retuerce el cuerpo desafía las leyes de la física. Se mueve como si estuviera hecho de caucho”.
El bailarín que este año debutó en el cine con el cortometraje Narcissus, coreografiado y producido por Giorgio Madia con diseño de vestuario de Westwood, es uno de los solistas del Royal Ballet y fue galardonado como Personalidad Latina del Año en los Premios LUKAS (Latin American United Kingdom Awards), un premio que volvió a ganar en este 2014.
EL REGRESO A CASA
La historia de Fernando Montaño es la de un chico que nació en condiciones económicas muy desfavorables que no logran explicar el sitio de esplendor y lucimiento al que ha llegado.
No se trata de una anécdota inventada para los medios, sino la narrativa verdadera de un joven que cuando ganó su primer salario en el Royal Ballet, supo que el enorme esfuerzo había valido la pena. En el camino perdió a su madre, quien murió de cáncer antes de verlo triunfar.
Por esa razón, la primera presentación artística en su país natal sabe a gloria para propios y extrañas.
Fernando participará en una gala creada especialmente para la reapertura del Teatro Colón, en Bogotá, interpretando fragmentos representativos de obras como Manon, Rhapsody, The spectre of the rose, entre otras.
Las funciones serán el 25, 26 y 27 de julio y Montaño actuará junto a cinco bailarines más de The Royal Ballet y por cuatro de The English National Ballet, entre los que se destacan el también colombiano Joan Sebastián Zamora, la brasileña Roberta Márquez y la rusa Elena Glurdjidze.
“El país no conoce la dimensión de Fernando Montaño. Y precisamente, la nueva vida del Teatro Colón incluye resaltar, a través de sus presentaciones, los logros de los artistas colombianos que han conseguido posicionarse en el exterior, además de artistas locales que trabajan en el país y por supuesto, de artistas del mundo”, dijo Manuel José Álvarez, director del Teatro Colón, al presentar la gala.
Una master class gratuita, un encuentro con los 20 mejores bailarines de las academias locales y la donación de 11 cajas de zapatillas de ballet para la escuela Incolballet y a la fundación Festival Art, completan la nutrida agenda que Fernando Montaño seguirá en Colombia.