Por Julio Wright. Corresponsal
Santiago, 23 Ago (Notimex).- El embajador de México en Chile, Otto Granados Roldán, dijo en entrevista con Notimex que se debe impulsar la creación de alianzas estratégicas entre empresas chilenas y mexicanas para competir en mercados locales y en terceros países.
Granados Roldán aseveró, a la luz de los 15 años del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Chile y México que se cumplieron esta semana, que existen algunos desafíos “muy importantes” a nivel bilateral para los próximos años.
“Tenemos que impulsar la formulación de alianzas estratégicas, de joint-ventures, entre empresas chilenas y mexicanas para competir en los mercados nacionales o en terceros mercados, y esto yo creo que es clave en algunos aspectos”, consideró.
Puso como ejemplo el sector de la construcción, donde algunas empresas mexicanas que operan en Chile “ya están empezando a ir de la mano con empresas constructoras chilenas”.
El diplomático mexicano recordó que el gobierno de la presidenta chilena Michelle Bachelet prevé una inversión en infraestructura por unos 30 mil millones de dólares, de los cuales 20 mil millones de dólares corresponderán a recursos públicos.
En el caso de la administración del mandatario mexicano Enrique Peña Nieto, indicó, se trata de 110 mil millones de dólares en inversión en infraestructura en una primera etapa.
“Yo creo que (estos programas) son espacios de oportunidad para que las empresas constructoras de ambos países puedan competir de una manera muy eficiente”, puntualizó Granados Roldán.
Añadió que, además, “algunas de las reformas que ha emprendido el presidente Enrique Peña Nieto ahora se convierten en áreas de oportunidad que no teníamos hace 15 años”.
Citó como ejemplo la reciente reforma energética, la cual, “si los pronósticos son correctos, podría generar inversión nueva de entre 10 mil millones y 15 mil millones de dólares por año”.
Además, “tenemos hacia 2018 o 2019 inversiones anuales en el sector (energético) por arriba de 40 mil millones de dólares, cuando ahora son de 20 mil millones, entonces me parece que es un escenario tremendamente atractivo para nuevos prestadores de servicios”.
Otro de los desafíos que se enmarcan dentro del TLC para los próximos años, según el embajador mexicano, es que “el inversionista chileno vea a México no solo como un mercado de 120 millones de consumidores potenciales, sino como un mercado Nafta”.
“Esto quiere decir que una empresa chilena puede operar para un mercado de 470 millones de consumidores, que son Estados Unidos, Canadá y México. En la práctica, me parece que esto ya ocurre con algunas empresas chilenas que están instaladas en México”, dijo.
Granados Roldán aseveró que la idea sería “replicar muchos más casos exitosos, de empresas chilenas medianas que se puedan convertir en México en participantes dinámicos del proceso económico y ver a México como plataforma para operar en el mercado Nafta”.
Respecto al TLC entre Chile y México, consideró que “ha sido muy exitoso, pero finalmente es un tratado que formó parte de la primera generación de tratados de libre comercio que México suscribió y que muchos países como Chile también suscribieron”.
Con el paso de los años, acotó, “las condiciones económicas, tecnológicas, energéticas y geopolíticas de la economía mundial cambiaron en forma considerable”.
“Entonces, el balance del TLC es muy positivo y los flujos de inversión han sido buenos, pero estamos en una situación diferente” en el mundo, precisó, razón por la cual se deben enfrentar nuevos desafíos.
Planteó que, para incrementar los intercambios comerciales y los flujos de inversión, “tenemos que hacer un esfuerzo por diseminar muchísimo más las áreas de oportunidad que hay tanto en México como en Chile para empresas de ambos países”.
El TLC entre México y Chile, firmado en Santiago el 17 de abril de 1998, comenzó a regir el 1 de agosto de 1999.
De acuerdo con estadísticas oficiales, el comercio bilateral pasó de mil 049 millones de dólares en 1999 a tres mil 523 millones de dólares en 2013, aunque la mayor cifra del período se registró en 2008, cuando llegó a cuatro mil 179 millones de dólares.
