La historia del dúo mexicano de guitarras, formado hace 15 años en Irlanda, es la expresión de un cuento de hadas musical que ahora ha cobrado forma de documental. No dejes de verla en las salas de cine de toda la República. Estará en cartelera hasta el 25 de agosto próximo
Ciudad de México, 23 de agosto (SinEmbargo).- El éxito internacional del dúo de guitarras mexicano Rodrigo y Gabriela es la expresión de un sueño imposible, entre otras cosas porque lo que les ha pasado a estos músicos compatriotas es más de lo que se hubieran animado siquiera a imaginar en sus momentos más optimistas.
Rodrigo y Gabriela han triunfado en los festivales musicales europeos consus creaciones de flamenco y heavy metal, lo que les ha valido compartir escenarios y experiencias con artistas de la talla de Peter Gabriel y Al Di Meola, entre otros.
Después de cinco años de producción, el documental de Rodrigo y Gabriela, dirigido por el periodista Alejandro Franco, llega a las salas de cine, para contar la historia y de paso concretar el récord de ser uno de los documentales musicales con más exhibición en la historia de nuestro cine.
For Those About To Rock: La historia de Rodrigo y Gabriela nos introduce en el mundo de Rodrigo Sánchez y Gabriela Quintero, dos músicos que influidos por el heavy metal y el flamenco encontraron en las guitarras las armas para expresar su arte traspasando las fronteras del mercado generalmente reacio a propuestas instrumentales.
El conocido periodista de música Alejandro Franco es el director del filme y nos permite ser testigos, a lo largo de 87 minutos, de la aventura musical del dúo que ha llegado a presentarse en shows televisivos como Late show with David Letterman y The Tonight Show With Jay Leno, plazas masivas como Glastonbury o Red Rocks en Colorado y en la mismísima Casa Blanca, presentados por el Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.
Entrevistas con personalidades como el genio de jazz-fusión Al Di Meola, Robert Trujillo -de Metallica-, Alex Skolnick -de Testament- y el legendario Peter Gabriel, construyen en la película un viaje sonoro, inspirador y apasionante.
“Empecé a descubrir la historia de Rodrigo y Gabriela poco a poco, sin tener un plan establecido y cuando me di cuenta ya estaba cabalgando a toda velocidad. Fue algo tan orgánico como orgánica ha sido la carrera de más de 15 años de estos músicos mexicanos”, dice Alejandro Franco en entrevista con SinEmbargo.
–¿Por qué cuesta tanto en México que el público voltee a ver a los músicos mexicanos?
–La pregunta es muy interesante y me la hice varias veces, pero creo que la respuesta es bastante ambigua. Si bien tenemos una escena nacional y regional autosustentable, con figuras que pueden sobrevivir de la música, con giras todos los fines de semana, con ídolos de todos los géneros, al mismo tiempo vivimos en una especie de olla, un tanto aislados del resto del mundo. Es verdad que tenemos mucha influencia internacional y nos llega música de todo el planeta, pero de una u otra manera hacia afuera eso no ocurre. No porque tengamos una banda importante en México, esa banda será relevante en otros lugares del mundo. El fenómeno de Rodrigo y Gabriela es por eso tan particular. La gente a veces menciona el hecho de lo triste que es que ellos no sean conocidos en su propio país, pero hay que ser justos y atenernos a la verdad: si ellos hubieran nacido en otro país que no estuviera en la esfera del Reino Unido, si fueran asiáticos o canadienses, tal vez no hubieran tenido tampoco repercusión internacional. El proyecto de Rodrigo y Gabriela nació en Irlanda y si bien Irlanda no es Londres, es el Reino Unido. Dublin forma parte de la industria musical más influyente del mundo y pesa. Cuando empezaron a tocar allá fueron tratados como artistas irlandeses, no como artistas mexicanos que tocan en Irlanda. En todo caso, me gusta que mi película ponga este tema a debate y a análisis.
–También es muy importante la presencia del representante
–Sin duda alguna, el tercer integrante del dúo es Niall Muckian, quien fuera manager de Damien Rice y el que los ayudó a que salieran de las calles y de tocar en fiestas corporativas. Cada paso fue estratégico, aunque curiosamente no les alcanzó para impactar en su propio país o en el resto de Latinoamérica.
–¿Qué dirías de la música de Rodrigo y Gabriela?
–Es un conjunto de varios factores lo que proponen a nivel musical. No hay vocales y eso es clave para que sean un producto interesante a nivel internacional. Su música tiene un poquito de todo y le gusta tanto a los rockeros como a los cultores del flamenco, a los jazzistas y a los metaleros. Es un sonido particular, si quieres extraño. La música que hacemos nosotros puede gustar o no gustar, pero estamos seguros de que es diferente, dice Rodrigo y eso es lo que más me gusta de ellos.
–Es enternecedora la historia de Gabriela cuando cuenta que su técnica rara para la guitarra nació de la imposibilidad de tocar flamenco, que es lo que quería al principio
–Un intento frustrado de tocar flamenco que se sumó a su estadía en Irlanda y aprender de los músicos callejeros de allá. Con eso grabado en la mente, más sus años como metalera, hicieron explotar la técnica guitarrística de Gabriela, nacida de la necesidad de tener un bit
–Me gusta de la película que muestra la relación entrañable de dos personas que están unidas por la música…
–Son un mismo ente en el escenario y haciendo música. Hay un lazo muy profundo entre los dos, una energía que se unifica. Se ve eso en los conciertos y me gusta haberlo podido transmitir en la película.
–¿Cómo te has sentido con este proyecto, que forma parte de toda una carrera dedicada al periodismo musical?
–Sí, casi todo lo que hago está relacionado con la música. Me siento satisfecho, aunque cada vez que veo la película siento que habría podido hacerlo mejor. Le seguiría moviendo cosas y nunca la terminaría.
–Ya no hay espacios para la música en los medios mexicanos…
–Sí, es un camino muy difícil. Por un lado estoy agradecido porque he encontrado espacios y me han dejado hacer cosas, a pesar de que siempre me catalogan en la televisión y en la radio como el chico de la música rara. Por otro lado, siempre me ha tocado encarrilar proyectos que tienen poco rating, con la bandera de alternativo que a veces te juega en contra. Creo que hay un público para la música en México y por eso me sorprende que no haya más espacios en los medios. Dimos varios pasos atrás al respecto.
–¿El panorama es pesimista?
–Antes teníamos más opciones, la televisión tenía la música como prioridad y creo que eso debería volver, nos lo merecemos, la música es más un servicio que un producto.
