Ciudad de México, 23 de septiembre (SinEmbargo).- Desenvolverse en ambientes con poca luz y con escritorios desordenados, así como escribir a mano y beber un poco de alcohol, puede ayudar a que las ideas creativas fluyan más fácilmente, de acuerdo con investigaciones recientes.
Un estudio resultado de seis distintas pruebas, publicado en la Revista de Psicología Ambiental concluyó recientemente que la obscuridad y la luz tenue estimulan la creatividad, esto debido a que se tiene una mayor percepción de la libertad, autodeterminación y reduce la inhibición.
Los resultados se dieron luego de analizar a 114 estudiantes, que la mitad de ellos resolvieron problemas en una sala muy iluminada y la otra en una obscura, este segundo grupo fue el que resolvió mayores cuestiones correctamente, en parte también porque la falta de luz reducía la distracción con objetos en el cuarto.
En cuanto al sitio que se elije para trabajar, un pequeño estudio desarrollado por la Universidad de Minnesota determinó que un escritorio en desorden también puede ayudar a que las ideas creativas se desarrollen.
La responsable del análisis, Kathleen D. Voh, profesora de la escuela de Administración de dicha universidad estadounidense escribió que “ser creativo se ayuda de romper con la tradición, orden y convenciones, y los ambientes desordenados parecen ayudar a la gente a hacerlo”, según recupera el diario The Atlantic.
Asimismo, se han estudiado los efectos del ruido, mientras que el ambiental, entre 50 y 70 decibeles, es decir el promedio que se escucha en una cafetería,ayuda a involucrar a las personas en el pensamiento abstracto durante una tarea de asociación de palabras; un nivel más elevado, de alrededor de 80 decibeles, interrumpe el proceso de la información y hace difícil pensar.
Por otra parte, y como lo dijo Ernest Hemingway: “Escribe ebrio y edita sobrio”, podría ser un buen consejo, pues intoxicación moderada (un o.o75 de nivel de alcohol en la sangre) mejora la solución de problemas y da mayores “percepciones repentinas”, como las llamó un estudio publicado en la revista Consciousness and Cognition.
Y aunque cada vez es menos común que las personas escriban a mano, y en vez de ello tomen notas con sus computadoras o tablets, un estudio realizado por expertos de las universidades de Princeton y de California, llegaron a la conclusión que aquellos que se apoyan en la última tecnología tienen un peor desempeño en preguntas conceptuales, pues sólo transcribieron textualmente lo que escucharon, mientras que el resto sí procesó la información y la reestructuró con sus propias palabras, lo cual ayudó con la generación de ideas, aprendizaje y memorización.
