Londres, 23 Sep (Notimex).- Los países en conflicto como Siria e Irak están en riesgo de perder una futura generación de científicos, ingenieros, médicos y maestros, por lo que organizaciones de derechos humanos piden educación para miles de estudiantes refugiados.
En la afluencia masiva de personas que han emigrado para escapar de la violencia en el norte de África y en el Oriente Medio, se encuentran miles de jóvenes en edad universitaria cuyos estudios podrían quedar truncados, refiere la revista británica Nature.
En un artículo, organizaciones de derechos humanos están pidiendo a las universidades y a los gobiernos de todo el mundo a invertir más en la educación de los miles de refugiados que huyen de las regiones devastadas por la guerra.
Advierten que los países en conflicto están en riesgo de perder una futura generación de profesionistas, pero que las naciones que les han brindado refugio temporal podrían darles una oportunidad crucial para revertir parte del capital intelectual perdido.
“Cada erudito y estudioso que perdemos ahora profundiza el reto de restaurar la región cuando la violencia disminuya con el tiempo”, dice Robert Quinn, director ejecutivo de Scholars at Risk Network, grupo de derechos humanos con sede en la ciudad de Nueva York.
Advierte que permitir un vacío educativo en el Oriente Medio “crearía un entorno fértil para reclutar milicias radicales y terroristas”, por lo que debe protegerse e invertir en el capital intelectual de esa región.
Los conflictos en Siria, Irak y Yemen, así como en Libia y otras naciones del norte de África, han alcanzado un número récord de refugiados, pues a finales de 2004 un total de 60 millones de personas buscaban protección dentro de sus propios países o en el extranjero.
De acuerdo con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), esa es la cifra más alta jamás registrada y casi el doble de los 37 millones de personas desplazadas en la década anterior.
En Siria, que tenía una población de casi 21 millones antes de que comenzara el conflicto hace cuatro años, se ha producido el mayor número de refugiados, con 7.6 millones de personas desplazadas en el interior y cuatro millones más hacia el exterior.
Alrededor de 10 por ciento de los sirios desplazados están en edad universitaria, estima James King, investigador en jefe del Fondo de Rescate Académico, que forma parte del Instituto de Educación Internacional (IIE), organización sin fines de lucro.
La mayoría de los jóvenes que han abandonado Siria han encontrado refugio temporal en los países vecinos -Turquía, Líbano y Jordania-, pero sólo el cinco por ciento de ellos está inscrito en las instituciones educativas locales.
Entre las dificultades que enfrentan los estudiantes refugiados se encuentran el idioma y la capacidad de las propias universidades a recibirlos, por ejemplo Turquía lucha para dar cabida a todos sus propios estudiantes interesados.
Otra problemática es la inscripción, ya que muchos estudiantes escaparon de la violencia sin sus documentos, incluidas identificaciones o credenciales académicas; así como cuestiones financieras y materiales que obligan a los jóvenes a trabajar.
“La educación es el huérfano de todas estas crisis. La gente está tan preocupada por la comida, agua, refugio y otros productos básicos”, advierten las organizaciones y piden que se multipliquen las becas para apoyarlos y puedan dedicar tiempo a estudiar.