¿POR QUÉ LAS MUERTES EN LAS SERIES DE TV NOS AFECTAN TANTO?

23/11/2013 - 12:00 am

LEE-MASTenía una vida por delante, recientemente regresaba con su novia que creía perdida tras haberse mudado a Nueva York y encontraba su vocación en las aulas como maestro de música. Meses después, una muerte repentina y sin razón aparente lo sorprende truncando toda oportunidad.

Así terminó la historia de Finn Hudson, protagonista de la serie estadounidense “Glee”, quien a sus ficticios 19 años desapareció de la historia del coro ante la muerte del actor Cory Monteith, quien le daba vida.

Monteith murió el 13 de julio de este año en un hotel de Vancouver, Canadá, víctima de una mezcla de alcohol y heroína, sólo algunos meses después de haber admitido sus problemas de drogadicción y de ingresar a un centro de rehabilitación.

Las reacciones en redes sociales no se hicieron esperar, fans del show, celebridades e incluso extraños a la comedia musical expresaron su sorpresa, y en algunos casos su dolor.

Todo cuadraba, era la historia perfecta, Cory sostenía desde hace algunos años una relación sentimental con su compañera de Glee, Lea Michele, tal como lo hacían en la pantalla chica, razón más por la que sus seguidores se encontraban devastados.

¿Cómo se sentirá ella? ¿Murió por drogas? ¿Qué pasará con “Glee”? Fueron de las preguntas que sólo encontraron respuesta con el pasar de los días.

La autopsia aclaró todo y a pesar de ello, sus seguidores no cambiaron de parecer, los problemas personales de Monteith no alteraban la personalidad, bondad y salud que reflejaba en pantalla.

Meses más tarde se realizó un capítulo especial en el que los miembros del Glee Club despedían a Finn, todo sin dar una causa del deceso. “Everyone wants to talk about how he died too, but who cares, one moment of his whole life. I care more about how he lived (Todos quieren hablar de cómo murió, pero a quién le importa, un momento en toda su vida. A mí me importa más cómo vivió)”, dice uno de los personajes principales del serial, quizá como un mensaje real para los preocupados por la trágica muerte del actor.

Fotografía: Fox
Fotografía: Fox

Pero, ¿por qué afecta la muerte de los celebridades, o más aún, el fallecimiento de los personajes ficticios?

Ricardo Martínez, psicólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) culpa a la postmodernidad, “la misma tecnología hace que la mayor parte de nuestras relaciones se realicen de manera virtual” por ello el impacto y la creación de vínculos en una relación sentimental de un sola parte.

“También es importante contemplar el grado de realismo que le imprimen a estos personajes en las historias y ahí entramos al campo de la empatía; mientras más afín e idealizado hagan a un personaje y cumpla con los deseos o virtudes que se esperan socialmente, más será el grado de identificación o cariño que genere en el espectador”, dice Martínez a SD.

Finn resultaba entonces no sólo el novio casi perfecto, sino el líder nato, el defensor y el mejor amigo.

“No era un personaje idealizado, más bien representa cómo la actuación puede llegar a permear la idea que se tiene de una persona en la vida real, como cuando a los villanos de las telenovelas les han llegado a pegar o agredir por sus maldades, es como si la televisión trascendiera a la realidad”, comenta el experto.

El psicólogo retoma el hecho de que la programación televisiva está diseñada para crear un ideal y vender ideas poco probables para la vida cotidiana, “el hecho de no tener un parámetro real para manejar nuestras emociones, básicamente las sensaciones llegan a incrementarse de manera desproporcionada

 

TE EXTRAÑAREMOS MAESTRA KRABAPPEL
Imagen: Especial
Imagen: Especial

Producto de una desafortunada coincidencia, la muerte de la actriz Marcia Wallace el pasado 25 de octubre llevó a la Maestra Krabappel a ser el personaje que desaparecería de  la serie animada “Los Simpson”, el cual el productor ejecutivo Al Jan, anunciara previamente.

A principios de octubre, Jan adelantó en una conferencia de prensa que para la temporada 25 se registraría la muerte de un personaje importante de la caricatura, del cual sólo brindó como pista que el intérprete del doblaje había ganado un premio Emmy por ello. Wallace ganó uno en 1992.

Pasados apenas 25 días del anuncio se supo que Marcia Wallace, quien había luchado contra el cáncer de mama desde 1985, había muerto dejando un espacio irremplazable, según dijo también Al Jan, quien aseguró el personaje interpretado por Wallace no estaba contemplado para morir antes.

No es el primer personaje de la serie que muere, recordemos al saxofonista y gurú de Lisa, “Encías Sangrantes” Murphy, o Frank Grimes, compañero de trabajo de Homero.

Sin embargo, la desaparición de la profesora de 4º año de Bart “pegó” más duro entre la audiencia. “En este caso lo interesante es la intensidad del sentimiento, ese apego que se genera con series que son clásicos o que han tenido una importancia grande dentro de una sociedad determinada, entonces la intensidad de las emociones son directamente proporcionales al nivel de fanatismo que viven las personas”, dice Ricardo Martínez.

Edna Krabappel, una mujer ya entrada en los 40, divorciada, fumadora empedernida, que mantenía una rara relación de afecto-desagrado con sus estudiantes, sarcástica y a veces desobligada. Un personaje ficticio mucho más real que muchos otros de carne y hueso que, con su desaparición, confirma unas vez más los vínculos que este tipo de creaciones tienen con el público.

Además, para aumentar la tristeza entre los fans, el pobre “vecinirijillo” de la familia Simpson, Ned Flanders se queda viudo por segunda ocasión, pues recientemente Krabappel y él habían encontrado el amor, luego de los tropiezos con el Profesor Skinner, y la muerte de Maude, la esposa de Ned en la temporada 11.

Hay otro par de personajes que no causaron tanto revuelo por su desaparición y probablemente muchos ni siquiera han notado su ausencia desde la décima temporada, uno de ellos es Lionel Hutz, el peor abogado -niñero y vendedor de bienes raíces- de Springfield y el otro es Troy McClure, a quien tal vez recuerden por videos de autoayuda como “Ten confianza estúpido”, por ser un actor hollywoodense en decadencia y ex esposo de Selma Bouvier.

Estas dos figuras desaparecieron tras la muerte de Phil Hartman, el actor que les daba voz, quien fue asesinado en 1998 a manos de su esposa.

Remi 

Pero “Los Simpson” no son la única serie animada que ha enterrado algunos personajes, pues a finales de los 70’s, en una época en la que las tragedias en las caricaturas infantiles estaban a la orden del día, la japonesa “Remi” siempre supo cómo sobresalir ante las demás.

El pequeño protagonista no sólo era huérfano y muy pobre, sino que sobre la marcha pierde a algunas de sus mascotas como sus perros Servino y Dulce, además de su inseparable monito Corazón Valiente. De entre estas, el fallecimiento más doloroso es el de su protector, el señor Vitalis, quien pierde la vida en medio de una tormenta de nieve.

Candy Candy

En este mismo rubro está la también japonesa e igualmente dramática “Candy Candy”, pues al inicio del serial podemos ver la muerte de Anthony, el idealizado primer romance de la protagonista.

El hombre cae de su caballo, luego de que éste atorara una de sus patas en una trampa, todo esto ante los ojos de su amada, quien llama a reaccionar al jinete sin algún resultado.

El caso Charlie Harper

A finales de la octava temporada del sitcom “Two and a Half Men”, la producción decidió cesar al protagonista Charlie Sheen de su papel debido a las declaraciones agresivas de parte del actor hacia los creadores de la serie, sobre todo para Chuck Lorre, de quien hizo comentarios antisemitas.

Tras ello sonó el nombre de distintos actores para encarnar a Charlie Harper, o bien para sustituirlo. El “ganador” fue Ashton Kutcher, quien bajo el personaje de Walden Schmidt, un millonario con el corazón roto, trataría de llenar el hueco.

Más por la tristeza envuelta en la muerte del personaje, (un ridículo fallecimiento al ser aparentemente aventado por su prometida Rose hacia un tren de París), quedó cierta insatisfacción de parte del público ante la salida del actor Charlie Sheen, que como un “antihéroe” estadounidense, consiguió miles de fans pese a ser alcohólico, drogadicto y por demás promiscuo.

Grey’s Anatomy

Como buen drama médico, en “Grey’s Anatomy” las defunciones tienen una alta probabilidad y no sólo en los pacientes, sino en varios de los personajes principales. Aquí no se escatima en sangre y tragedias.

Desde la muerte de la madre de Meredith tras padecer Alzheimer o la del paciente con cáncer, Denny Duquette, de quien una de las doctoras se enamora, hasta la trágica y sorpresiva muerte del cirujano George O’Malley, luego de que salvara a una mujer de ser atropellada por un autobús.

Sin olvidar el deceso de la hermana de la protagonista, Lexie Grey y el doctor Mark Sloan en un accidente de avión.

El apego y la necesidad de pertenencia que tienen los seres humanos los lleva a adoptar como entes cercanos a personajes que sólo existen en la ficción, muchas veces independientemente de sus vicios y actos (cof cof Walter White).

Además, nuevamente con el postmodernismo a colación, el psicólogo que consultamos nos dice “ahorita la intensidad en las emociones se observa en ocasiones desbordada, se ve gente más indignada por defender puntos de vista propios y quererlos hacer universales, pero el nivel de indignación a veces sobrepasa los niveles del bienestar social, que para colmo ya a estas alturas suena a utopía”.

Señala también la capacidad de juicio del público -o más bien la falta de- al momento de reaccionar ante la pérdida de un desconocido y aún más de alguien que sólo existe en la televisión. “Si te puso triste, es normal, si te deprimiste no”, dice.

“Es importante contemplar a la población que llora por personajes ficticios, no creo que una persona con una capacidad de juicio apropiada llegue a generar ese grado de fanatismo”, finaliza el experto.

Asimismo la calidad en los contenidos televisivos ha evolucionado a tal grado que le ha dotado también de los sentimientos de empatía como los que se vivían desde sus inicios en el cine; con historias cada vez más profundas, reales o también idealizadas que atrapan al público.

Lo que es cierto, es que algunas muertes ficticias no son tan graciosas como ver morir mil veces al gato Tom, a manos del ratón Daly, o escuchar “Dios mío mataron a Kenny”en cada episodio de South Park.

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