Al momento de su captura, “El Chapo” Guzmán estaba con su esposa, Emma Coronel, y con sus dos hijas

24/02/2014 - 5:07 pm

Ciudad de México, 24 de febrero (SinEmbargo/EFE).– Emma Coronel Aispuro estuvo a lado de su esposo, Joaquín “El Chapo” Guzmán, al momento de que fue capturado por elementos de la Secretaría de Marina (Semar) en Mazatlán, Sinaloa.

Junto a Emma y el capo del Cártel de Sinaloa también se encontraban dos de sus hijas menores de edad, quienes fueron liberadas por no estar relacionadas con la delincuencia organizada, confirmó este día el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

“Estaba ella, su esposa, estaban sus dos hijas pero no tenían absolutamente nada que ver respecto a las acciones del delincuente y es entonces que se les dejó en libertad, se les dio atención e inmediatamente después se les liberó a ella y a sus dos hijas”,  dijo el encargado de la política interna del país en entrevista para Radio Fórmula.

Emma es la tercera esposa de “El Chapo” Guzmán y sobrina de Nacho Coronel Villarreal, quien fue abatido por el Ejército en Zapopan, Jalisco, en julio de 2010.

Osorio Chong explicó que cuando Guzmán Loera aceptó su captura cuando vio a los marinos frente a él.

“Desde el arribo al lugar hasta su salida fueron no más de 3 minutos, fue un trabajo limpio y rápido que hicieron los marinos”, precisó el funcionario federal.

La persecución contra “El Chapo” comenzó hace varios meses, cuando se detectó una sospechosa propiedad en Leopoldo Sánchez Celis, localidad costera de Sinaloa próxima a la laguna de Altata, que el capo había frecuentado.

Ese rastro condujo a las autoridades hacia Culiacán, la capital del noroccidental estado de Sinaloa, donde la Marina mexicana intentó dar con él.

En la ciudad, en barrios de clase media, “El Chapo” tenía varias casas perfectamente equipadas para poder dormir en cualquiera de ellas de última hora, y otras más para alojar a sus sicarios.

El momento de mayor cercanía al blanco se dio el pasado 17 de febrero, cuando fue detenido Mario Hidalgo Argüello, alias “El Nariz”, “asistente personal” y “uno de los más cercanos” a Guzmán, quien trató de engañar a las autoridades sobre la casa en la que estaba “El Chapo”.

Los marinos a cargo de la operación “Gárgola” se percataron de las inconsistencias del sicario cruzando información y se lanzaron contra una propiedad ubicada en la calle Río Umaya.

Allí se toparon con fuertes medidas de seguridad, entre ellas un portón de acero, con compartimentos llenos de agua, que tardaron ocho minutos en tumbar.

En la vivienda había monitores de circuito cerrado de televisión en varias estancias que permitían ver lo que pasaba en el exterior, incluso desde una piscina, y una bañera provista de un sistema hidráulico que la levantaba y que “El Chapo” usó para huir.

Bajo tierra, sin apenas luz y a la carrera, dejando por el camino ropa, unos chalecos antibalas que cargaban, y un lanzagranadas, “El Chapo” ganó la calle.

Allí fue “rescatado” por Manuel López Osorio, alias “El Picudo”, uno de sus jefes de seguridad en el perímetro exterior en Culiacán, quien se lo llevó al puerto de Mazatlán.

“El Picudo” fue arrestado y su información, así como la de otros miembros del entorno de “El Chapo”, condujo a varios posibles escondites en Mazatlán.

Fue la madrugada del pasado sábado cuando 30 marinos de elite cercaron el edificio “Miramar”, al que habían llegado “nuevos inquilinos” que pagaron 40.000 pesos (3.000 dólares) por tres meses de estadía en un departamento de unos 100 metros cuadrados.

Los marinos rompieron la puerta del departamento y neutralizaron a “Cóndor”, el jefe de seguridad del líder criminal, hallaron a la cocinera, a dos nanas, y a dos hijas pequeñas de “El Chapo”.

Dos marinos fueron hasta el dormitorio principal y encontraron a una mujer adormecida que les dijo que allí “no había nadie” y que pidió que no la tocaran.

Los marinos se percataron de la presencia de una persona en el baño de la recámara, “El Chapo”, a quien conminaron a rendirse en tres ocasiones antes de que el sujeto aceptara hacerlo.

En el cerco al edificio tardaron diecisiete minutos, mientras que en el interior del departamento la operación les llevó dos minutos hasta someter a Guzmán.

El narcotraficante fue trasladado en helicóptero al aeropuerto de Mazatlán y, desde allí, en un avión Learjet 60 a Ciudad de México, donde quedó a disposición de la fiscalía general.

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