Ciudad de México, 24 de abril (SinEmbargo).- Las estrategias del Gobierno federal para combatir el sobrepeso y la obesidad, basadas en los cambios en el estilo de vida, no son suficientes para abarcar una problemática tan grande como lo son éstas en México, denunciaron expertos.
Dicha declaración proviene de los investigadores en materia de economía y salud de la Universidad Iberoamericana, Ericka Escalante Izeta, Pedro Arroyo Acevedo, César Hernández Guerrero, Teresa Ochoa Rivera y Alicia Parra Carriedo, escribieron el capítulo “Factores determinantes de la obesidad: un enfoque interdisciplinario”, del libro Pobreza y desigualdad: un enfoque multidisciplinario, publicado el año pasado.
“La solución a la epidemia de obesidad en México no se encuentra simplemente en la condena aislada a ciertas conductas, ni en la recomendación de ‘cambiar nuestro estilo de vida’, dijeron en un comunicado de prensa.
El esfuerzo más grande que hasta el momento el gobierno mexicano ha realizado para combatir estos males, que han llegado a niveles epidémicos con el 70 por ciento de su población por lo menos con sobrepeso, es la Estrategia Nacional de prevención y control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes”, presentada por el Presidente Enrique Peña Nieto a finales de 2013, la cual incluye acciones fiscales, regulación de etiquetado y publicidad de productos de alto contenido calórico, así como la promoción de la actividad física.
“Las medidas de salud pública actuales se han encaminado a lograr cambios en el estilo de vida, pero, actualmente, se requiere que se tomen en cuenta aspectos culturales, sociológicos, psicológicos y económicos: El énfasis que el médico y las autoridades de salud ponen en el control y el manejo de la obesidad reside en las recomendaciones para consumir una alimentación menos energética y en el fomento de la actividad física. En general, estas recomendaciones tienen resultados magros”, se lee en el informe.
Los especialistas resaltaron que de acuerdo con el libro La situación demográfica de México 2014, la esperanza de vida en México se redujo un año entre 2000 y 2012 a causa de comorbilidades de la obesidad y el sobrepeso.
Aunque coincidieron en que el “estilo de vida” puede explicar la constelación de factores que dan origen a la obesidad, así como los externos, como los macroeconómicos, la apertura comercial y demográfica y la concentración urbana de la población, hacer uso simplista de ese concepto “oscurece la complejidad del problema, la dificultad de su solución y sus raíces en las condiciones sociales y económicas prevalentes”.
Para construir dicho capítulo del libro revisaron estudios anteriores sobre el tema, de donde concluyeron que existen evidencias de que la epidemia de obesidad como fenómeno se incubó en las décadas anteriores a 1990, mediante procesos macroeconómicos y macrosociales.
Distinguieron dos periodos en particular: la generación “transicional”, integrada por los adultos nacidos entre 1952 y 1982, y la generación “transnacional”, surgida entre 1982 y 2012.
La primera evolucionó hacia una dieta suficiente y variada que incorporó alimentos de origen animal, desarrolló una cultura alimentaria urbana que aplicó nuevas técnicas de preparación de alimentos e incorporó a su dieta alimentos industrializados, escribieron.
Posteriormente, la generación “transnacional” se encuentra en un contexto de importación de alimentos básicos e industrializados, redes extensas de comercialización de alimentos e inducción a patrones de consumo por medio de técnicas mediáticas agresivas.
Así, acotaron que de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares (ENIGH), el costo de mil kilocalorías ha disminuido desde 1992 y son los hogares con menos ingresos los que consumen más alimentos con alto contenido en grasas y azúcares, que tienen el menor costo por caloría, que los hogares de altos ingresos. Estos últimos consumen más alimentos con mayor costo por caloría, como las verduras y frutas.
“Lo que aquí proponemos es que la génesis de la obesidad que padece la generación transnacional está en el estilo de vida producto de los grandes cambios sociales descritos arriba, y cuya modificación sólo puede darse mediante un proyecto social de gran envergadura, que cruce por los diferentes sectores involucrados y que parte de una toma de conciencia de la complejidad del problema. Desafortunadamente, no existen medidas simples y efectivas para controlar la obesidad, ni hay respuestas a este problema basadas en la condena aislada de ciertas conductas”, finalizaron.
