“No es la primera vez que en la lucha por el reparto de esferas de influencia mueren jefes de las milicias de autoproclamadas repúblicas”, dijo Alexandr Motuzianik, portavoz de la Presidencia para el conflicto en la regiones orientales del país.

Según Motuzianik, el jefe miliciano asesinado desde hace tiempo mantenía un conflicto con la cúpula de la autoproclama república popular de Lugansk (RPL), que lidera Ígor Plotnitski.

Mozgovói, de 40 años, murió ayer en una carretera de la región de Lugansk, cuando el microbús en que viajaba fue alcanzado por la explosión de una mina y luego ametrallado por un grupo.

Según la fiscalía de la RPL, un total de siete persona murieron en el atentado, que los separatistas atribuyeron a un comando de las fuerzas ucranianas, aunque una fuente próxima a la investigación dijo que este pudo haber sido perpetrado por grupos de delincuentes que operan en la región.

“Mozgovói había declarado que lucharía sin piedad contra la delincuencia y más de una vez recibió amenazas”, indicó la fuente a la agencia rusa Interfax.

La brigada de Mozgovói participó activamente en los recientes combates por Debáltsevo, donde las milicias prorrusas asestaron una de la mayores derrotas a las tropas ucranianas desde el comienzo del conflicto armado.

Pese al alto el fuego declarado el pasado 15 de febrero, los militares ucranianos y las milicias prorrusas se acusan a diario de su incumplimiento.

La tregua es el primer punto de un plan de paz que incluye la retirada del armamento pesado y la creación de una franja de seguridad a lo largo de la línea de separación de fuerzas, además de una serie de medidas en el ámbito político.

Según el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, casi 7 mil  civiles y mil 800 militares ucraniano han muerto desde que, hace poco más de un año, estalló del conflicto.