Apocalyptica regresa a la Ciudad de México, con el “Shadowmaker Tour”

24/05/2016 - 12:04 am
Apocalyptica, la fuerza de los cellos aplicados al rock duro. Foto: Facebook
Apocalyptica, la fuerza de los cellos aplicados al rock duro. Foto: Facebook

La banda finlandesa tiene en nuestro país una gran cantidad de fans. Diciembre es el mes elegido para los cellistas más admirados del rock duro mundial.

Ciudad de México, 24 de mayo (SinEmbargo).- Finlandia, una de las tierras más fértiles para el metal en las últimas dos décadas es casa de Apocalyptica. Tal vez la más exitosa banda de fusión (por lo menos a nivel crítico).

La agrupación toca algo muy parecido al metal con la simple ayuda de su educación clásica, su amor por el género más brutal del rock y su incomparable técnica interpretativa del violonchelo.

Su regreso a tierra azteca tendrá lugar el 6 y 7 de diciembre próximos, en el marco del Shadowmaker Tour, con dos magnos conciertos en el Auditorio Nacional.

Apocalyptica, banda de metal sinfónico que fue formada en 1992 en Helsinki, por violonchelistas graduados de la Academia de Música Clásica Sibelius, disfruta las giras internacionales y prometen volver a México “más fuertes y pesados que nunca”, según declara su líder, Eicca Toppinen.

La banda se completa con los violonchelistas de formación clásica  Paavo Lötjönen, Perttu Kivilaakso, acompañados del baterista Mikko Siren y el recién contratado y vocalista oficial Franky Perez. Su música toma elementos de una amplia variedad de géneros, incluyendo música clásica, metal, folk y el rock progresivo. Han vendido más de cuatro millones de discos hasta la fecha.

“Me encanta la voz de Franky. No es un cantante cualquiera, tiene un sonido muy emotivo y es capaz de cantar diferentes estilos, lo cual es perfecto para Apocalyptica, porque nuestras canciones no sólo son heavy metal, sino una variedad de gamas, colores y diferentes dinámicas musicales, y el cantante debe coincidir con eso y creo que Franky es una combinación perfecta”, agregó Toppinen en un comunicado oficial.

La relación de Apocalyptica con sus fans mexicanos se remonta mucho tiempo atrás, y han estado presentes en diferentes recintos. Desde la intimidad del Teatro Metropolitan hasta lo masivo del Foro Sol, la banda ha conquistado todos los escenarios en los que se han presentado.

La esencia del rock, en cualquiera de sus manifestaciones, siempre ha sido romper las reglas. Apocalyptica surgió como cuarteto en 1996 cuando ofreció su primer disco, una placa llamada Plays Metallica by four cellos. El título, la portada (cuatro concertistas vestidos de cuero y mezclilla armados con sendos violonchelos) llamaron poderosamente la atención del público.

Temas clásicos, feroces, endemoniados y agresivos como “Welcome Home2 (Sanitarium), “Creeping death” y “Harvester of sorrow” sonaban impresionantes en manos de Apocalyptica.

Sin embargo los discos se vendían en la sección de música clásica de las tiendas de discos. El primer paso estaba dado, la banda se convirtió en pieza de museo para miles de personas ávidas por encontrar algo novedoso en el mundo del rock duro, entonces dominado por bandas poco originales y aburridas.

Para 1998, Apocalyptica se mostraba dispuesto a expandir los alcances de su creatividad. Ya no sólo era Metallica, su segundo disco, Inquisition Symphony ofrecía temas como “From out of nowhere” (Faith No More), “Refuse/Resist” (Sepultura) y “Domination” (Pantera), además de tres temas originales compuestos por Eicca Topinen.

El siguiente paso fue más conciso y determinante, 10 de los trece temas de su tercer disco, Cult, eran originales de Toppinen, con sólo tres covers, dos de Metallica y uno del compositor clásico noruego Eduard Grieg.

El cuarto disco (Reflections) llegó en el 2003, con grandes sorpresas. Otra vez temas propios (excepto el cover de Rammstein con el tema “Seemann”, lejano al reciente encuentro en tribunales que tuvieron ambas bandas por un problema de derechos de autor) y algunas sorpresas. Por primera vez, Apocalyptica incorporaba otro instrumento distinto al cello, una batería. Pero la decisión fue más allá. En lugar de tomar a algún baterista de sesión decidieron invitar al mítico Dave Lombardo, uno de los creadores de la amenaza sonora conocida como Slayer. Además, el tema Seemann contaba con la voz de la madrina del punk, Nina Hagen.

Tras lograr más de dos millones de discos vendidos en todo el mundo, Apocalyptica regresó con su quinto álbum, homónimo y con  sorpresas. La batería es ya elemento constante y para este disco, el trío contó con la colaboración vocal de Ville Valo (H.I.M) y Lauri Ylonen (Rasmus) en el tema Bittersweet. Así, Apocalyptica se encontró en la cima de su juego, en el mejor momento creativo y con excelentes críticas.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas