Ciudad de México, 24 de octubre (SinEmbargo).- Luego de no ganar el Premio Nobel, otro año que se le escapa de las manos probablemente en virtud del esnobismo del que suelen hacer gala los académicos suecos al resistirse a reconocer a autores demasiado leídos o comerciales, el japonés Haruki Murakami (Kioto, 1949) presenta al mercado en español su libro Underground.
Se trata de una obra rara en su producción, donde el autor de Tokio Blues y Pájaro que da cuerda al mundo, entre otros, incursiona en la no ficción y se vuelve una especie de periodista para narrar la violencia absurda que quitó la vida a una decena de personas en el metro de la capital japonesa mediante un atentado con gas sarín.
Era marzo de 1995 cuando en el mundo comenzó a hablarse de una secta religiosa llamada Aum Shinrikyo (Verdad Suprema), que protagonizó el incidente más grave del país asiático desde la Segunda Guerra Mundial. Murieron 13 personas, 54 personas resultaron heridas graves y casi mil resultaron afectadas directas.
“Me gustaría que durante la lectura de este libro prestasen atención a las historias de la gente. Antes de eso quisiera que imaginaran lo siguiente: es 20 de marzo de 1995. Lunes. Una mañana agradable y despejada de principios de primavera. El viento aún es fresco y la gente sale a la calle con abrigo.
Así que usted se ha despertado a la misma hora de siempre, se ha lavado la cara, ha desayunado, se ha vestido y se dirige a la estación del metro. Sube a un tren lleno, como de costumbre, camino de su puesto de trabajo. Una mañana como muchas otras. Uno de esos días imposible de diferenciar en el transcurso de una vida, calcado a muchos otros, hasta que cinco hombres clavan la punta afilada de sus paraguas en unos paquetes de plástico que contienen un líquido extraño”, explica el autor de La peregrinación del chico sin color en el prólogo.
Entre 1996 y 1997, Murakami reunió 60 testimonios de familiares y sobrevivientes y la obra se convirtió en un éxito que agotó 270 mil ejemplares en sólo dos meses. Luego, para la edición inglesa, añadió los testimonios de algunos miembros y ex miembros de la secta para desentrañar los motivos que condujeron a aquel atentado.
“Aún todavía hoy existe un elemento de Aum, su poder de atracción y dirección, que no acabo de entender. ¿En qué residía su tremenda fuerza, qué atrajo a tanta gente, a mí incluido?”, se pregunta un ex miembro arrepentido de la secta, que todavía existe en Japón y cuyo líder, Shoko Asahara, ha sido condenado a muerte.
¿POR QUÉ HARUKI MURAKAMI ESCRIBIÓ UNDERGROUND?
“Una tarde me fijé casualmente en una revista que estaba encima de la mesa y me puse a hojearla. Leí por encima algunos artículos. Cuando terminé, eché un vistazo a la sección de Cartas al Director. No recuerdo por qué razón lo hice, quizá sólo por capricho, tal vez porque tenía tiempo libre, pues no suelo hojear revistas femeninas ni leer las cartas de los lectores”, explica el célebre escritor.
“Había una firmada por una mujer cuyo marido había perdido el empleo como consecuencia del atentado con gas sarín en el metro de Tokio. Por desgracia, le sorprendió cuando se dirigía a trabajar. Perdió el conocimiento, lo ingresaron en el hospital y, unos días más tarde, le dieron de alta.
Sin embargo, las secuelas que padecía le impidieron volver a trabajar en las mismas condiciones. En un principio, la situación no fue demasiado grave, pero pasó el tiempo y su jefe y sus compañeros comenzaron a hablarle con sorna. No pudo soportar la tensión creciente, la frialdad en las relaciones con los demás. Presionado por un ambiente hostil, terminó por dejar el trabajo”, agrega.
“La carta me conmovió. ¿Por qué había ocurrido algo así? No es necesario insistir en la gravedad de la situación que padecía aquel matrimonio. En lo más profundo de mi corazón me compadecí por su infortunio, pero comprendí, sin ningún género de duda, que de poco o nada serviría un simple “lo siento”. No podía hacer nada por ellos. Como la mayoría de la gente, suspiré, cerré la revista y volví al trabajo, a mi vida normal. Sin embargo, no pude olvidar la carta. Una insistente pregunta no dejaba de rondarme en la cabeza, un gran signo de interrogación: “¿Por qué?”.
Murakami, que sintió el deseo de conocer a la autora de la carta publicada en el periódico y sobre todo a su marido, víctima directa del atentado, comenzó así a hacer crecer el germen de Underground, un libro como dijimos raro en su producción, aunque leyéndolo no puede negarse la esencia de una escritura que siempre indaga en los porqué esenciales de la existencia humana.
Para los lectores del escritor japonés, que son muchos en nuestro país, constituye además la posibilidad de revivir la ansiedad que despierta cada nueva entrega de Murakami, quien llega a nuestro mercado de la mano de editorial Tusquets, como es habitual.