“Guatemala reitera que condena el terrorismo en cualquiera de sus formas y manifestaciones y rechaza cualquier acción que atente contra la integridad de las personas”, manifestó el Gobierno a través de una declaración pública del Ministerio de Relaciones Exteriores.

El atentado de hoy en Túnez capital, en el que han muerto al menos once personas, en su mayoría agentes de la guardia presidencial, se produjo frente a la sede de antiguo partido del dictador derrocado, Zinedin el Abedin Ben Ali, en la concurrida avenida Mohamed V.

Según el relato de varios testigos, aún no confirmado por fuentes oficiales, se trata de un atentado perpetrado por un suicida que hizo estallar una bomba cuando el autobús circulaba por el centro de al ciudad.

“El Pueblo y Gobierno de Guatemala se solidarizan con el Pueblo y Gobierno de la República Tunecina ante estas difíciles circunstancias, y manifiestan su más sentido pésame a las familias de las personas que perdieran la vida”, concluyó la Cancillería.

Túnez ha sido escenario este año de dos atentados yihadistas, uno en marzo y otro en junio, que tenían como objetivo el turismo y que segaron la vida de 60 visitantes extranjeros en la capital y en la ciudad costera de Susa.

En el último mes y medio, las fuerzas de Seguridad tunecinas han anunciado el desmantelamiento de más de una decena de supuestas células yihadistas y la detención de más de medio centenar de sospechosos en todo el país.

Además, en las últimas semanas han puesto la capital en estado de alerta y anunciado haber impedido un ataque y procedido a efectuar detenciones en la avenida Habib Bourguiba, otra de las principales arterias de la ciudad.

El salafismo radical ha rebrotado en Túnez desde que en 2011 la llamada “Revolución del Jazmín” derrocara la dictadura del huido Ben Ali.

Desde entonces, grupos yihadistas se han asentado en la región de Kasserine, convertida en centro de reunión de radicales de todo el Magreb.