¿QUÉ HARÍAS SI TE ENAMORARAS DE TU HIJA?

25/02/2012 - 12:00 am

Desde tiempos inmemoriales, la literatura ha tratado el tema del incesto, demostrando que el sexo prohibido es un tópico recurrente y muchas veces inexpugnable con el que es difícil no tentarse a la hora de escribir.

Yocasta y Edipo en la tragedia griega, El viaje a Roma, la novela de Alberto Moravia o Los cuadernos de don Rigoberto, del peruano Premio Nobel Mario Vargas Llosa: las relaciones incestuosas entre madre e hijo han dado mucha sustancia a las letras.

La atracción entre padre e hija ocupó el espacio de la mitología griega con Mirra y Cíniras, Asaón y Níobe, Tiestes y Pelopia, en una relación que también exploró la mismísima Biblia cuando en el Libro del Génesis habla de Lot y sus hijas.

Anais Nin escribió Incesto,  Perrault, Piel de asno y, por supuesto, siempre está Vladimir Nabokov con Ada o el ardor y, por qué no, Lolita, la historia de la adolescente que vuelve loco de deseo a su padrastro.

EL INCESTO DE JORGE ALBERTO GUDIÑO

Con amor, tu hija es otra novela sobre el incesto. Se trata de una historia con la que el joven escritor mexicano Jorge Alberto Gudiño Hernández, nacido hace 37 años en la Ciudad de México, obtuvo el premio LIPP Brasserie, por lo cual la novela será traducida próximamente al francés.

“Todo el tiempo, mi personaje se plantea la culpa de desear a su hija, un hecho además que no puede evitar. Por otra parte, también está la hija, de quien sabemos lo que hace pero que desconocemos cómo piensa, y que de todas maneras es una parte muy activa en esa relación prohibida”, dice el autor en una entrevista para SinEmbargo.mx

En Con amor, tu hija, un escritor que vive en una hermosa isla, recibe la visita de su hija Emily y una amiga de ésta. Poco a poco, el padre comienza a sentir una atracción sexual sin límites por Emily, que ella corresponde; a partir de allí la novela comienza a transitar por caminos muy pocos convencionales que hicieron despertar la ira de muchos aficionados a las redes sociales.

“En la cuenta de Facebook que me configuró la editorial Alfaguara, muchísimos lectores me criticaron hasta el insulto por un libro que trata el incesto y que en realidad no leyeron. Otro tanto me elogió por una novela que tampoco leyeron. Entiendo lo provocador del tema y me gusta el debate que se ha gestado alrededor del libro, porque eso le dará más difusión”, admite Gudiño Hernández.

Acepta también el autor que “el sexo prohibido es el gran tema literario, precisamente porque siempre encierra un secreto que el escritor desea develar, dar a conocer”.

La novela tiene un sofisticado trabajo de lenguaje que inicia con un discurso cerrado y barroco que conforme se desarrolla la historia se abre y se ilumina hasta quedar transparente frente al lector.

El autor se siente parte de una generación de autores mexicanos que ha comenzado a publicar muy tarde “y que transita por una variada gama de temas, sin concluir en una estética común o una voz generacional muy diferenciada”.

EN REALIDAD, SÓLO QUERÍA HABLAR DE LA FELICIDAD

–¿Por qué el tema del incesto?
–En realidad lo que yo quería era escribir una novela acerca de la felicidad y para ello planteé la existencia de un personaje que en apariencia tiene todo para ser feliz: fama, dinero, vive en un sitio ideal, come bien, bebe mejor, viste como quiere y hace básicamente lo que quiere, pero no es feliz. Este hecho lo hace cuestionarse y debía como narrador ponerlo en una situación extrema, límite. Eso algo extremo era su hija y fue así como llegué al tema del incesto. Así llegué también a ese espacio de confrontación que el personaje sostiene sobre todo consigo mismo, porque siempre está reflexionando en torno a la culpa, a sabiendas de que es malo desear a su hija y que al mismo tiempo no puede evitarlo.

–¿Y ella?
–Bueno, de ella conocemos lo que hace pero no lo que piensa porque el narrador nunca lo cuenta, aunque como personaje se muestra tan activa como el padre.

–En el narrador, el incesto parece ser, además, la medida de su decadencia.
–Lo que pasa es que su vida en relación con otras personas es vacía. Tiene una relación esporádica con una amante a la que ve un par de veces al año y luego está su hija, a la que también ve muy poco. No hay nada más. Todo se ha acabado. Se ha vuelto un solitario de que intenta convencerse de que está así por gusto, pero en realidad está vacío. Con la visita de su hija, él se va dando cuenta de las cosas como son y de que en realidad no posee nada de lo que creía tener. Y ahí es cuando descubre su decadencia.

–¿Se inspiró en alguna obra o película para tratar el tema del incesto?
–En realidad, y ya como una confesión de autor, es probable que en un primer momento pensara más en la relación del personaje con la amiga de la hija y de jugar un poco con esa línea temática: el papá enamorado de la amiga, que resulta ser en realidad la amante de la hija, pero que está allí y juega un rol importante. La novela luego se fue desviando hacia otro lado y si bien Antonia, la amiga, me servía mucho al principio, luego me tuve que deshacer de ella. Nunca sé cómo va a terminar lo que escribo.

–El punto de partida, entonces, fue la felicidad…
–Exactamente, quería descubrir por qué este hombre no podía ser feliz.

–Este personaje que termina diciendo que esperará toda su vida que ella regrese, no sufre al final una condena moral…
–Efectivamente, las dudas quedan atrás y prima el descubrimiento. Él quiere seguir por esa vía, pese a que esté mal, a pesar incluso de cómo pueda ser visto por el resto de la sociedad. Después de todo, así como vive en una isla, él también se convierte en una isla. Se crea un mundo dentro de su mundo y ya nada más importa.

–El sexo prohibido es un tema literario recurrente…
–Sí, por supuesto. El hecho de que sea prohibido le otorga un carácter oculto extraordinario. Los que escribimos acerca del tema, queremos descubrir qué hay adentro de él. Finalmente, se trata de una experiencia muy poco probable de experimentar por nosotros mismos, así que se convierte en fascinante en la esfera de la literatura. Como lector también nos atrae el tema. Queremos descubrirlo a través de una experiencia vicaria, al tratarse de una situación a la que no tenemos y esperamos no tener acceso nunca.

–La novela empieza con un lenguaje cerrado, barroco y conforme transcurre la historia se va aligerando…
–Es una técnica deliberada por medio de la cual quería mostrar cómo el personaje se va liberando en la medida que crece la relación con su hija Emily y con Antonia, la amiga de ésta. En la soledad, este autor petulante, pretencioso, usa un lenguaje cargado y lleno de pompas. Es la comunicación con los demás lo que aligera su vida, lo que aligera su manera de hablar y de escribir.

–Y con todo eso ha causado un gran revuelo…
–Sí, lo cual me ha desconcertado bastante, la verdad, yo sólo estaba escribiendo una novela que me gustaba. En Facebook ya tengo una cantidad notable de detractores que dicen que soy una mala persona y que estoy seguro que no leyeron el libro. Así como también tengo muchos defensores, algunos de los cuales, creo que tampoco leyeron la novela.

–El tema es que no hay una cortina moral por donde esconder esa relación entre el padre y la hija…
–Sí, pero hay que decir también que ellos son prácticamente dos extraños el uno para el otro. Ellos se ven una vez por año y cada vez que ella llegaba a la isla iba acompañada de alguien que a la vez funcionaba como un obstáculo en la comunicación entre ambos. Cada vez se separaban más y más. Es cierto que son padre e hija, eso es innegable, pero también son dos extraños que se atraen. Incluso este asunto en el que uno tiene más poder que el otro, sea al revés y en realidad sea la hija quien tenga más conciencia de ese deseo desde mucho tiempo antes de que su padre lo descubriera. Tal vez la perversa sea ella, después de todo.

 

LOS MUCHOS TEMAS DE LA LITERATURA MEXICANA CONTEMPORÁNEA

Como miembro de la nueva generación de autores mexicanos, Jorge Alberto Gudiño no se siente parte de un grupo o comunidad de autores y se inclina más bien por pensar que aquello que los desune; es decir, la diversidad, funciona como testimonio de una estética imposible de abarcar en un solo concepto.

–¿Cómo se ve en el contexto de la literatura mexicana actual?
–Bueno, creo que la literatura mexicana está apuntando en varias direcciones. No creo que ahora exista una idea de generación literaria. La última fue “El Crack”, cuyos autores comenzaron a publicar desde muy jóvenes. A esa generación le siguió la mía, formada por escritores que empezamos a darnos a conocer muy tarde. La de ahora, la de los nacidos en los 80, vuelve a publicar tempranamente… pero más allá de algunas líneas temáticas como “la literatura del narco”, a la que no me gusta mucho llamarla así, o “la literatura de la frontera”, que tampoco me gusta concentrarla de esa manera, todos los escritores escribimos de todo.

–Teniendo en cuenta que en su proceso creativo Con amor, tu hija ya es pasado, ¿qué escribe ahora?
– Otra novela, aunque creo que tardaré un poco más porque tengo un hijo de un año, Bastian. Mis novelas, la verdad, sufren procesos raros. Comienzo escribiendo dos o tres a la vez y luego me doy cuenta de que en realidad escribía la misma, pero le sobraba una parte y así. Con amor, tu hija es la primera que escribí de principio a fin sobre la misma línea.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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