La tecnología llega a las redacciones; ¿el final de los periódicos o una herramienta para mejorar contenidos?

25/03/2014 - 12:00 am
Con la llegada de los autómatas a las redacciones,  hay quienes afirman que llega el fin de la industria periodística. Foto: Sidekick Studios
Con la llegada de los autómatas a las redacciones, hay quienes afirman que llega el fin de la industria periodística. Foto: Sidekick Studios

Ciudad de México, 25 de marzo (SinEmbargo).– La aparición de robots en los distintos ámbitos de la vida diaria despiertan la fascinación de muchos amantes de la tecnología. Sin embargo, cuando se habla de autómatas que realizan labores similares a los humanos, también son muchos los que miran con recelo su incursión en terrenos que antes eran consideradas exclusivos para hombres y mujeres.

Así, mientras que en hospitales, construcciones y otros sitios de trabajo van incorporando robots a las labores diarias, hay otros centros laborales como los diarios, en donde los prejuicios suponen un gran obstáculo que impide aprovecharlos por completo.

“BY NARRATIVE SCIENCE “, LA NUEVA “REDACCIÓN”

La realidad es que hace tiempo que en el mundo se lee información redactada por robots, y una muestra clara de esto es el buscador de Google, en donde un algoritmo se encarga de procesar la información y responderá de forma rápida las consultas de los internautas. No hay nadie detrás analizando el meteorología, sino una serie de programas que publica información de forma entendible para los humanos.

Casos más específicos son periódicos como Los Ángeles Times ya ocupan algoritmos que redactan notas sobre terremotos. Sin embargo, no son los primeros ni serán los últimos, y se espera que cada vez más información será redactada por robots.

Clases de Periodismo cuenta cómo, por iniciativa del periodista y programador Ken Schwencke, algunas notas sobre terremotos se han publicado usando ese software. Por su parte, Poynter escribe que tan sólo en 2014 este tipo de algoritmos escribirán mil millones de historias informativas, desde sismos hasta textos con información deportiva, descripciones de lugares y datos personalizados.

Otro ejemplo se aprecia al visitar el sitio web Forbes.com, donde al acceder a la nota de ganancias de la New York Times Company se puede ver que está firmada con los créditos de “By Narrative Science”. Ese “nuevo” redactor usa una serie de algoritmos que toma datos y los convierte en palabras. Forbes no engaña a sus lectores y les indica que la nota que están leyendo es producto de un sistema inteligente que crea historias.

“Los relatos son creados sin interrupciones, a partir de fuentes de datos estructuradas y pueden crearse a medida, para satisfacer el tono, estilo y voz del cliente. Los relatos se crean en múltiples formatos, incluidos relatos largos, títulos, tuits e informes para la industria con visualizaciones gráficas. Se pueden crear múltiples versiones de una misma historia para adaptar el contenido según las necesidades específicas de cada público”, dice el medio.

La verdad es que se trata de notas sencillas que reportan la información de las bases de datos preexistentes, con la ventaja de que la información queda publicada en un instante y de forma entendible para los humanos. De esta manera, ante eventos de la naturaleza de un temblor, la información estará lista para consultarse. Sin embargo, no todos ven con los mismos ojos esta situación y medios como el diario británico The Guardian deja entrever que se acerca el apocalipsis para la industria periodística en general, publicó a la emisora internacional Radio Nederland.

No obstante, lo cierto es que la automatización de cierto tipo de información puede ser de gran utilidad. Así, la aplicación más clara de esto sería que, mientras los robot realicen trabajos mecánicos y sencillos, los humanos se dediquen a trabajos de investigación como crónicas o reportajes.

Asimismo, un periodista no es un autómata que transcribe declaraciones y boletines de prensa, sino un investigador que analiza la realidad. Por lo tanto, mientras que lo primero pueden hacerlo mejor los algoritmos, lo segundo sigue saliéndole mejor a los humanos.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video