El subcomandante Marcos está enfermo de cáncer de pulmón y pidió ayuda al gobierno federal: Luis H. Álvarez

25/07/2012 - 11:23 am


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El periódico Milenio da a conocer esta mañana que el subcomandante Marcos está enfermo de cáncer de pulmón y para recuperar su salud solicitó apoyo del gobierno federal.

Lo toma de Luis H. Álvarez, ex coordinador para el diálogo y la negociación en Chiapas. Un fragmento de su libro Corazón indígena. Lucha y esperanza de los pueblos originarios de México, de próxima publicación (editado por el Fondo de Cultura Económica) fue adelantado al diario.

El panista narra cómo una mañana de 2010, en el aeropuerto Ángel Albino Corzo, en Chiapas, Jaime Martínez Veloz, entonces representante del gobierno chiapaneco en la Cocopa, reveló la enfermedad del subcomandante.

“Su amigo Marcos está muy enfermo, tiene cáncer, y necesita su ayuda” , le habría dicho en voz baja y días después se lo confirmaría en un nuevo encuentro en la Ciudad de México.

En su obra reflexiona que no es difícil suponer que en las condiciones de vida que conlleva la autoimpuesta clandestinidad, la salud de Marcos se haya deteriorado, pues es conocida su afición al tabaco “y es poderoso enemigo”.

El líder zapatista, abunda, pudo haberse afectado también física y moralmente por el súbito y lamentable fallecimiento de su madre, María del Socorro Vicente González, acaecida a finales de 2009 por un infarto que la fulminó en el aeropuerto del Distrito Federal, reseña Milenio.

“Solo la gravedad de la enfermedad padecida por Marcos puede explicar esa inesperada solicitud de apoyo al gobierno federal, para lo cual, al poco tiempo, a fin de darle cauce, conocí y establecí comunicación frecuente con Rosemberg López Gómez, (a) Enrique, y Jaime Jiménez Álvarez, (a) Porfirio, dos enlaces indígenas zapatistas designados para tal efecto”, relata Luis H. Álvarez.

“Jaime me confirmó que Marcos estaba grave, que padecía cáncer en los pulmones y necesitaba recursos para su atención, pero que en esa circunstancia, más allá de su propia persona, sobre todo, le calaba “en el corazón” —y en la conciencia, creo yo— ver que las comunidades indígenas integradas por bases de apoyo del EZLN sufrían aún marginación y pobreza, por la “resistencia” a la que se les había convocado y que, por tanto, pedía que pudiera yo visitarlas para conocer sus necesidades y ver que se les apoyara”, señala el texto.

“Hay versiones en el sentido de que esa amistad había comenzado en la adolescencia, cuando Marcos sólo era Rafael Sebastián Guillén. Además (en forma similar a mi caso, aunque, desde luego, en otros frentes), desde el inicio del movimiento encabezado por el EZLN se había mantenido ligado al tema, trabajando en diferentes circunstancias y relacionado con los zapatistas”’ explica.

Sobre el movimiento zapatista dice que tras haber tenido un alto nivel de posicionamiento político nacional e internacional desde 1994, al colocar de manera exitosa el tema indígena en la agenda política y mediática, el EZLN registró su mayor fortaleza entre 1994 y 1996 y, en particular, en 2001.

No obstante, explica, su reiterada negativa al diálogo y a la firma de un acuerdo de concordia y pacificación derivó en las comunidades indígenas, en una paulatina deserción de sus filas.

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