La intimidad del sexting; más allá de la pantalla del celular

25/07/2015 - 12:06 am

ADVERTENCIA: IMÁGENES EXPLÍCITAS

El aumento de contenido erótico enviado en la red se ha convertido en una práctica habitual de nuestra época. Foto: Evan Baden
El aumento de contenido erótico enviado en la red se ha convertido en una práctica habitual de nuestra época. Foto: Evan Baden

Ciudad de México, 25 de julio (SinEmbargo).- En la era digital que vivimos todo es susceptible de terminar en internet. Fotografías, videos, audios, cualquier material que pueda ser archivado en un formato digital puede ser subido, tarde o temprano, a la red. Así, valiéndose de estas facilidades, son muchos los que han visto en la innovación técnica una manera más accesible para entrar en contacto con otras personas.

No obstante, dentro de este contacto de información, muchos incluyen fotografías y videos desnudos, los cuales –se supone– tienen un destinatario único. Algo que en la cultura actual es también conocido como “sexting”. No obstante, la experiencia de los últimos años nos dice que lo más probable es que terminen pasando de usuario a usuario.

El "sexting" y sus posteriores filtraciones afectan principalmente a mujeres y a menores de edad. Foto: Evan Baden
El “sexting” y sus posteriores filtraciones afectan principalmente a mujeres y a menores de edad. Foto: Evan Baden

Con esta mecánica que forma parte de las anécdotas de muchos cibernautas, el fotógrafo Evan Baden presenta su serie titulada Technically Intimate (técnicamente íntimo), en la que recrea las situaciones en las que estas fotografías son tomadas. De esta manera, destaca la falta de privacidad que viene con los nuevos medios y hace el espectador confronte la sexualización de quienes son víctimas de esto, principalmente mujeres y menores de edad confiados.

“Con nuevas tecnologías vienen nuevas maneras de pensar, actuar y reaccionar”, dice Baden. “Nuestra habilidad para conectarnos con otros instantáneamente utilizando nuestros ahora ubicuos teléfonos celulares –y la privacidad que surge con dicho uso– nos ha calmado, de un modo, sobre el sentido de la seguridad. El sentimiento de que aquello que le enviemos a otro se mantendrá entre nosotros.”

“Esta nueva conexión y el sentido de seguridad que provee, para la generación digital nativa, ha traído consigo una nueva definición de intimidad”, agrega. “Nosotros no creemos más que requiramos el contacto físico de generaciones pasadas. En lugar de esto, demandamos que imágenes y videos sean transmitidas de un espacio privado a otro. Para ser disfrutadas ahora y para siempre después”.

Para este artista estadounidense nacido hace 30 años en Arabia Saudita cada imagen de las que conforman esta serie se origina en el mundo real. Algo de lo que, a menudo, en el mundo virtual a veces se pierde noción. De esta manera, la metodología de trabajo de Baden inicialmente es similar a la de un stalker: encuentra una imagen en línea que haya sido subida a la red (a menudo sin el conocimiento del autor) y luego, valiéndose de las redes sociales y sitios de anuncios clasificados, encuentra a personas dispuestas a recrear las fotografías encontradas. Algo que el fotógrafo describe como una “reinterpretación” de un momento determinado. En este caso, un instante de intimidad.

Por otra parte, la serie de fotografías no se centra en el material que es intercambiado en la red, sino que se ocupa por recrear una sensación íntima que, en el caso de las imágenes que se envían durante el “sexting” no muestran, a pesar de lo descriptivas que puedan llegar a ser.

“Las imágenes en ‘Technically Intimate’ subrayan la falta inherente de privacidad de la que nuestra tecnología recién descubierta está impregnada”, dice. “Las poses en mis imágenes destacan la repetición de las imágenes sexuales que impregnan nuestra sociedad, mientras que las habitaciones en las que las escenas se realizan y las edades de los ocupantes de la habitación chocan con esas poses altamente sexualizadas, provocando un malestar al momento de observar lo retratado, recordándole al espectador que, con cada salto que damos en tecnología y comodidad, hay una grieta igualmente profunda en la que podemos caer.”

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