“Soy periodista porque quiero cambiar las cosas”, dice Marcela Turati

25/09/2014 - 12:30 am
Nacida en Ciudad de México en 1974, es una de las periodistas más queridas y respetadas de México. Foto: Facebook
Nacida en Ciudad de México en 1974, es una de las periodistas más queridas y respetadas de México. Foto: Facebook

Ciudad de México, 25 de septiembre (Sin Embargo).- “Soy periodista porque quiero cambiar las cosas”, dice la periodista Marcela Turati en entrevista con SinEmbargo, desde Bogotá, donde da un curso de periodismo de investigación y vive con alegría y cierta extrañeza el premio del que ha sido objeto.

Acompañada por primera vez por sus padres, quienes desean estar presentes cuando reciba el Reconocimiento a la Excelencia que otorga la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo (FNPI), con sede en Colombia, la profesional se empeña en destacar que “el nuestro es un trabajo de equipo y quisiera un premio para cada uno de los del equipo”.

La ceremonia de entrega se llevó a cabo este miércoles en el Teatro Metropolitano de Medellín, para destacar la “independencia, integridad y compromiso con los ideales de servicio público del periodismo” por parte de la fundadora de la organización Periodistas de a Pie y del colombiano Javier Darío Restrepo, el otro galardonado.

Derechos humanos, la historia de las víctimas de la Guerra del Narco en México (ponerles voz, rostro, a los mártires), la tragedia de los migrantes y el terrible drama de los desaparecidos durante el sexenio sangriento de Felipe Calderón son sus temas.

Por su labor incansable, Marcela, oriunda de Ciudad de México y egresada de la Universidad Iberoamericana, fue reconocida en 2013 por la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos y la Fundación Nieman de la Universidad de Harvard.

En 2007, junto a otros periodistas mexicanos, Turati, de 40 años, creó la organización Periodistas de a Pie, grupo que se encarga de capacitar a profesionales mexicanos de la información con técnicas de seguridad digital y física, así como de darles herramientas de periodismo investigativo para cubrir temas de violencia.

–Un premio es algo contradictorio para un periodista, ¿verdad?

–Sí, efectivamente. Por un lado te dan visibilidad en un momento en que hay que visibilizar el trabajo; por el otro, se siente raro y más porque el trabajo que hago es en equipo y siento que me hace falta que el equipo en sí sea reconocido.

–Este premio además de reconocer tu trabajo, reconoce también una manera de entender el oficio periodístico, ¿lo ves así?

–Siempre me pregunto por qué a mí si hay tantos periodistas que admiro pero nunca reciben reconocimiento alguno. Creo que lo que premian en mí es la búsqueda por dar voz a la gente invisible y por el trabajo en equipo, por tratar de que todos tengan las oportunidades que he tenido para capacitarme.

–También eres una de las pocas que en los foros de periodistas se refiere a lo gremial

–Bueno, sí, al principio me sentía fuera de lugar. Se hablaba mucho de la crónica de largo aliento, de los días que hay que tener para hacer una buena crónica y cuando me tocó hablar a mí dije no saber si era cronista o periodista narrativa, porque no tengo tres meses para escribir y debo construir una historia del día a día en 5 mil caracteres. Cuando terminé de hablar, se acercaron muchos colegas a agradecerme por haber aterrizado un tema que es común en nuestra profesión. Cada vez que puedo trato de hacer hincapié en esos temas que no suelen tratarse en los foros y que tienen que ver con las condiciones en que desarrollamos nuestro trabajo. Se mata a los periodistas y no se respeta ninguna regla laboral. Eso es lo que está pasando.

–¿Cómo ves el papel de la mujer en el periodismo?

–Siento que nuestra mirada está relegada en las redacciones. Los medios y las secciones más importantes están manejados por hombres y a las mujeres nos cuesta mucho subir. En el trabajo cotidiano, lo que se ve es que las mujeres periodistas estamos mucho más preocupadas por los demás, no tanto por destacar en nuestra profesión, sino por asistir al prójimo, por darle voz a los desprotegidos. Veo a los hombres como borrados de este proceso. No me considero particularmente feminista y no solía hablar de hombres y mujeres, pero en el periodismo la diferencia es súper clara.

Marcela Turati es fundadora de la organización Periodistas de a Pie. Foto: Facebook
Marcela Turati es fundadora de la organización Periodistas de a Pie. Foto: Facebook

–¿En qué momento ser periodista supo a poco y se comenzó a difundir la idea de que tenemos que volvernos escritores?

–No sé bien cuándo ubicar ese momento, pero se trata de un tema interesante. En el primer encuentro de Cronistas de Indias en Colombia, me llamaba mucho la atención que los mexicanos fuéramos los únicos que no teníamos libros. En la despedida, uno se pasaba el libro al otro y a mí me saltaban porque no tenía ningún libro en la mano. Sentía además que los mexicanos habíamos quedado como aislados. No le habíamos copiado a los gringos ni a los centroamericanos, que tienen un gran tradición narrativa y que en general escribimos muy mal. Entonces comencé a preguntarme por qué escribir un libro si nunca había pensado hacerlo. Creo que fue la emergencia, por la necesidad de querer contar y la falta de espacios para hacerlo.

–Precisamente, Martín Caparrós dice que el libro es el último refugio de la libertad de expresión para un periodista contemporáneo

–Sí, claro, porque investigas un tema y el espacio es poco para explayarte, para contar los resultados de tu investigación. También pasa que a veces algunos quieren publicarte pero gratis y eso no hay que admitirlo. La información puede salir por otros formatos y el libro es uno de ellos.

–¿Qué piensas del fenómeno de los practicantes en el oficio periodístico? Muchos medios ya no contratan a periodistas profesionales

–Es un problema grave de nuestro oficio. Sobre todo en esta época, donde parece que lo único que importa son los clics a una nota y no la nota en sí. No hay investigación y se reemplaza a los periodistas con estudiantes recién egresados que cuestan muy poco o casi nada. Es un tema que me puede mucho sobre todo por esos jóvenes. Primero porque lo que cobran no les alcanza ni para los autobuses y segundo porque no salen a reportear. Lo que hacen es tomar una nota, darla vuelta y generar clics. Eso no es periodismo. Tienen horarios tremendos, en algunas redacciones les cuentan los minutos por nota y les ponen un número de notas a cumplir en el día. Ahí te das cuenta de por qué los medios están en crisis y por qué se está haciendo tan mal periodismo en general. El tema es muy grave y sinceramente no sé qué a va a pasar con esta nueva generación de jovencitos, cuando sean ellos los que sustenten las redacciones. Por otro lado, las condiciones en general del periodismo son terribles. No somos periodistas multimedia, somos periodistas “poliexplotados”.

–¿Por qué eres periodista?

–Soy periodista por estas ganas que tengo de cambiar las cosas. De hecho, antes de meterme al periódico Reforma, me fui durante seis meses a una comunidad indígena a tratar de formar comunicadores populares. Ahí me di cuenta de que soy muy desesperada y necesito ver cambios rápidos que creo que se pueden ver en el periodismo. Con el periodismo se puede hacer una Comisión de la verdad en tiempo real y esa es nuestra tarea, reportear.

–¿Qué consejos le darías a un periodista que recién empieza?

–Que salga de las redacciones, que salga a la calle, a reportear. Que no se autocensure, es fundamental. Ya vendrán los otros a censurarte, pero tú no lo hagas.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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