Pekín, 25 nov (EFE).- China quiere dar el permiso de residencia (llamado “hukou”) a 13 millones de personas que no están registradas en la administración pública, lo que les priva de muchos servicios básicos como el acceso a la educación pública o el reembolso por gastos sanitarios.
Según este mismo censo, los no registrados supondrían el 1 por ciento de los habitantes de China.
Esta situación de no registro es un grave problema para las personas afectadas, ya que no tienen derecho a la educación pública, no reciben reembolso por los gastos en salud y no tienen acceso a múltiples servicios sociales.
La mayoría de estos casos muestran el lado negativo de la política del “hijo único”: según un estudio publicado en 2014 por la Comisión de Desarrollo Nacional y Reforma, el 60 por ciento de las personas sin registrar son hijos de familias que no los censaron para evitar pagar la multa que les supondría tener más de un hijo.
Otros casos comunes entre los no registrados, alerta el informe, son los niños abandonados por sus familias, algunos nacidos fuera del matrimonio y otros que tienen su documentación “desaparecida”.
El permiso de residencia “hukou” se implantó durante la administración de Mao Zedong en 1958 para controlar la migración masiva en el país y asegurar una producción agrícola continuada y la estabilidad social en las urbes, y es garantía para poder acceder a las prestaciones sociales básicas.
Pero el sistema “hukou” acarreó varios problemas: la migración del campo a la ciudad produjo que muchos de los inmigrantes perdieran su derecho a los servicios básicos (ya que su “hukou” no era el de su ciudad de trabajo, sino el de su localidad natal).
Además, estos inmigrantes -que representan una sexta parte de la población del país- suelen dejar a los hijos en las localidades natales, lo que debilita las estructuras familiares.
