El especialista en neurología Juan Carlos Reséndiz detalló que en México se estima que aproximadamente dos millones de personas padecen esta enfermedad que afecta casi 50 millones de individuos en el mundo.

Por ello, dijo, es importante difundir las medidas que se deben tomar y la información en general para disminuir la discriminación hacia los pacientes en centros de trabajo, escuelas y otros espacios sociales.

En conferencia de prensa, mencionó que esto es un desorden neurológico que provoca la alteración de la actividad normal de las neuronas, por lo que enfatizó que no se trata de una enfermedad contagiosa ni mental, sino que es un problema físico.

Explicó que en la mayoría de los casos esta enfermedad se presenta en la etapa pediátrica de los pacientes, así como después de los 65 años, además tiene múltiples formas de presentarse, ya que no sólo se puede hacer visible a través de convulsiones.

También, comentó, puede manifestarse a través de la percepción de olores o aspectos en la visión o en la audición, pero dependen en cuál zona del cerebro se ubique la anomalía.

En el acto convocado por la biofarmacéutica UCB, recomendó que al presenciar alguno de estos eventos se mantenga la calma, no sujetar a la persona, evitar que caiga y sufra golpes, poner algo suave bajo su cabeza, no meter objetos en la boca, tomar el tiempo de la crisis y no dejar solo al paciente al culminar el episodio.

Finalmente, resaltó la importancia de pedir ayuda médica en caso que la crisis dure más de cinco minutos, si hay dos o más consecutivas, si el paciente sufrió algún traumatismo por la caída o bien si los dedos o los labios se tornan de color azul, de no estar diagnosticado y si es la primera vez que ocurre.