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Gabriel Sosa Plata

26/04/2016 - 12:04 am

Spots de Trump y Mancera

Nueva Alianza, como otros partidos políticos, ha hecho un uso dispendioso de los tiempos oficiales en radio y televisión con spots, en los que los proyectos u objetivos partidistas o bien las cualidades de sus integrantes parecen ser lo menos importante.

Nueva Alianza, como otros partidos políticos, ha hecho un uso dispendioso de los tiempos oficiales en radio y televisión con spots. Foto: Especial.
Nueva Alianza, como otros partidos políticos, ha hecho un uso dispendioso de los tiempos oficiales en radio y televisión con spots. Foto: Especial.

Tiene razón Álvaro Cueva: uno de los spots del Partido Nueva Alianza promueve el odio, la ignorancia, reta a las leyes y en general no aporta nada.

Por supuesto se refiere (Milenio Diario, 24 de abril 2016) al spot en el que aparece un grupo de jóvenes, quienes desde las gradas de un estadio y en representación “de todos los mexicanos que viven en Estados Unidos” gritan la ya característica expresión “futbolera” de “ehhhhh… puto” al precandidato a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump.

Es cierto, tanto en los spots de radio como en los de televisión no se alcanza a escuchar la palabra “puto”, pero en el mismo mensaje se aclara lo obvio: “que te traduzcan el resto”. Y cierra con la frase: “A México se le respeta”.

¿Qué busca una producción como estas?, ¿obtener el apoyo de los electores mexicanos ante el “desafío” de un partido político que “insulta” a un político y empresario estadounidense, que paradójicamente ha basado su estrategia comunicacional en un discurso de odio a los mexicanos? Sería ingenuo pensarlo.

Nueva Alianza, como otros partidos políticos, ha hecho un uso dispendioso de los tiempos oficiales en radio y televisión con spots, en los que los proyectos u objetivos partidistas o bien las cualidades de sus integrantes parecen ser lo menos importante.

En lugar de exponer con creatividad las acciones que se desarrollarán en caso de ganar las elecciones o los méritos del partido político y sus candidatos, se recurre a la diatriba absurda y se reproduce una expresión que la mismas instituciones que defienden los derechos humanos, como el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), la han calificado como homofóbica, machista y misógina. ¿Es ético que un partido político promueva estas expresiones?

No estoy en contra de que estos espacios en radio y televisión se les sigan otorgando de manera gratuita a los partidos políticos. Es un derecho constitucional y es hasta ahora la mejor opción que tenemos en México para un acceso más o menos equitativo y democrático de estas instituciones políticas a los medios electrónicos.

Sin embargo, algunos partidos políticos no han querido o no han sabido aprovechar estos espacios privilegiados para comunicarse con sus electores y la ciudadanía. De igual manera, con spots como el de Donald Trump se pretende crear conflicto y generar una discusión para que la ciudadanía o los medios hablen del partido político y, supongo, para que se le conozca más. Pero para lograr eso y simpatizantes hace falta mucho más que retomar expresiones usadas en la cancha de fútbol.

En la pauta de este año, Nueva Alianza produjo otros spots que contrastan con el dedicado a Trump. En televisión hay tres promocionales (“Mírame bien”, “Fotografía” y “Ya cámbiale”), que promueven los derechos de las mujeres a la educación, al trabajo, a su participación en la política y en general a la equidad, a través del “Movimiento de mujeres” del partido. “Para despegar y construir una sociedad imparable más equitativa, fuerte e incluyente, todavía nos falta revelar todo el potencial de nuestras mujeres”, se dice en uno de los spots. En otro aseguran que en sus “decisiones, propuestas e iniciativas, las mujeres se ven”. ¿Será cierto?

El problema de promocionales como el de Trump es el mismo que tienen otros partidos políticos: además de ser malos en su manufactura, se repiten una y otra vez en las estaciones de radio y televisión. El resultado es de sobra conocido: hartazgo de la audiencia, rechazo de la ciudadanía a la política y al sistema de partidos políticos. Por eso debe corregirse el modelo de comunicación política y los partidos políticos explotar con más creatividad y mejores contenidos sus estrategias de comunicación. De lo contrario, se debilita aún más la democracia.

LA RADIO Y EL JEFE DE GOBIERNO

Y ya que hablamos de spots, en las estaciones de Grupo Radio Centro (GRC) se transmiten una serie de cápsulas con respuestas del jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, a una larga entrevista que concedió a tres conductores estrella de dicho grupo radiofónico: Toño Esquinca, Mariano Osorio y Gabriel Roa. La entrevista se transmitió simultáneamente en igual número estaciones, Alfa 91.3, La Zeta 107.3 y Joya 93.7.

Con la presentación “Radio Centro pregunta, Mancera contesta”, las cápsulas incorporan declaraciones del funcionario a temas como la aplicación del programa “Hoy no circula”, la contaminación de las fábricas existentes dentro y fuera de la ciudad, la corrupción en los verificentros, el cierre de vialidades en “horas pico”, el retiro de topes en cientos de calles de la ciudad, entre otros temas.

Es poco usual que un funcionario público cuente con una cobertura tan importante como lo que tuvo Mancera al enlazarse tres de las emisoras musicales más escuchadas en la capital del país y la posterior realización de cápsulas. Por eso, no han faltado las preguntas de radioescuchas sobre si estos contenidos fueron pagados por el Gobierno de la Ciudad de México. Lo que han respondido algunos conductores de La Red, otra de las estaciones de GRC, es que se trata de un trabajo periodístico.

¿Hay manera de demostrar lo contrario? No, salvo que el mismo gobierno capitalino reporte en los gastos de comunicación social si hubo algún recurso público destinado a esta cobertura.

Esta inédita exposición se hace en un momento poco favorable para Mancera. De acuerdo con una encuesta del periódico Reforma publicada la semana pasada, el funcionario se encuentra en sus niveles más bajos de aprobación ciudadana. De 55 por ciento de apoyo en 2014 pasó al 39 por ciento en este año, dice la encuesta. Entre los líderes de opinión este decremento fue de 70 por ciento en 2014 a 31 por ciento en 2016. Fue “una semana de derrumbe en encuestas y abucheos”, informó SinEmbargo.

Es posible que, en efecto, sea un ejercicio periodístico, pero el tratamiento editorial tan favorable y la amplia difusión ya la quisiera cualquier otro funcionario -con crisis de imagen- en este país. Ni Obama tiene un espaldarazo así, diría Andrés Manuel López Obrador.

@telecomymedios

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