La obsesión por estar conectados al trabajo en todo momento

26/05/2015 - 12:01 am
Vivir al pendiente de correos y apps puede resultar perjudicial. Foto: Shutterstock
Vivir al pendiente de correos y apps puede resultar perjudicial. Foto: Shutterstock

Ciudad de México, 26 de mayo (SinEmbargo).- Albert Einstein advirtió que la tecnología podría superar la interacción humana. Ahora esto sucede y se convierte en un problema al grado en que algunos lugares de trabajo tienen que intervenir cuando los empleados no pueden dejar el hábito. Por otra parte, la obsesión por vivir conectados a veces también proviene de los mismos jefes. ¿Qué hacer, entonces, para desconectarse y no vivir pegados a la red ni a las apps las 24 horas del día?

El correo electrónico y las redes sociales han servido a un propósito muy importante en las oficinas y, al mismo tiempo, han facilitado la comunicación y las relaciones de trabajo virtuales. Las desventajas, sin embargo, ahora superan a los beneficios.

No son pocos los estudios que señalan que el balance vida personal-trabajo de la mayoría de la gente se ha visto perjudicado gracias a los correos electrónicos, debido a la sobrecarga electrónica interminable que muchos experimentan día a día. La omnipresencia de smartphones y tabletas ha propiciado que las personas puedan acceder a sus correos electrónicos en la noche y en días festivos –un tiempo en el que, se supone, no debe haber interferencia del trabajo- lo que daña potencialmente la salud y productividad, publicó el diario británico The Guardian.

Los problemas son palpables a simple vista, desde cargas de trabajo inmanejables debido a una bandeja de entrada atiborrada de mensajes, hasta la pérdida de interacción real con los colegas, dentro de lo que se incluye el más uso de los servicios de mensajería o correo para evitar tener cara a cara discusiones sobre asuntos “difíciles” relacionados con el trabajo. Einstein dijo “Temo el día en que la tecnología supere nuestra interacción humana, el mundo tendrá entonces una generación de idiotas”. Su temor no fue, para nada, injustificado.

Trabajar incluso durante el tiempo libre, resulta menos productivo de lo que muchos creen. Foto: Shutterstock
Trabajar incluso durante el tiempo libre, resulta menos productivo de lo que muchos creen. Foto: Shutterstock

Sin embargo, las consecuencias adversas se extienden más allá del lugar de trabajo y entran a los hogares de los empleados, con todas las tecnologías de la comunicación al alcance de la mano a cualquier hora del día, incluso en días feriados.

De acuerdo con Cary Cooper, profesor de psicología organizacional y salud en la Universidad Lancaster, todo esto puede tener un impacto bastante negativo en la calidad de vida, con ejemplos que son ya recurrentes en la vida diaria, desde personas que revisan compulsivamente sus smartphones durante la comida, sin prestar atención a los demás comensales, cuando se llega a casa y lo primero que se hace es revisar la bandeja de entrada del correo electrónico.

Por otro lado, este “estar conectado” a menudo es encabezado por el mismo empleador. Se han dado casos en ellos que redes sociales y apps sirven para monitorear a los empleados y en muchas ocasiones de esta interacción se desprenden conflictos.

El caso reciente más sonado es el de Myrna Arias, una exempleada de la empresa de transferencia de dinero Intermex, quien fue despedida después de ser “regañada” por haber desinstalado Xora, una aplicación en su teléfono inteligente que su empleador utilizaba para realizar un seguimiento de sus movimientos las 24 horas del día.

Arias ahora se encuentra demandando a Intermex por violar su privacidad y despido injustificado, entre otras acusaciones, por más de 500 mil dólares, afirmando que “esta intrusión es muy ofensiva para una persona razonable”, publicó el sitio The Verge.

Apps como Xora se han convertido en motivo de conflicto entre trabajadores y sus empleadores. Foto: Xora
Apps como Xora se han convertido en motivo de conflicto entre trabajadores y sus empleadores. Foto: Xora

Y es que la intrusión de “pendientes” por medio de apps y otro tipo de notificaciones también pueden considerarse como una invasión de la oficina en la vida diaria.

Al respecto, un estudio publicado en Occupational and Environmental Medicine, señala que las horas extraordinarias y el trabajo en horarios prolongados están asociados con un mayor riesgo de hipertensión, enfermedades cardiovasculares, fatiga, estrés, depresión, trastornos musculoesqueléticos, infecciones crónicas, diabetes y otros problemas de salud en general. En Japón, la mayoría de las víctimas de “karoshi” (muerte por exceso de trabajo) sucumben a aneurismas cerebrales, accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos.

Al respecto, el profesor Cary Cooper dice que el riesgo no se limita sólo a los que trabajan más de 60 horas, sino que también ronda a los que laboran más de 45. Y, por supuesto que atender correos electrónicos y otros mensajes cuenta como parte del trabajo, por lo que aboga por “trabajar más inteligentemente”, no más, así como por la introducción de mayor flexibilidad en el lugar de trabajo.

Cooper sugiere que los empleadores deben alentar a sus empleados para que eviten acceder a los servicios de mensajería durante su tiempo libre (vacaciones y fines de semana), a menos que sea absolutamente necesario. Así mismo, deben proporcionar directrices a los empleados sobre cómo minimizar la sobrecarga en los demás evitando el envío de mensajes de correo electrónico a sus colegas en el mismo edificio, a menos que se trate de personas directamente involucradas en el tema, así como alentar las interacciones cara a cara.

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