En 1936 el régimen nazi impidió a la atleta participar en los olímpicos que se celebraron en Berlín debido a su origen judío. Murió este martes a los 103 años.
Ciudad de México, 26 de julio (SinEmbargo/ASMéxico).- Este martes, y con 103 años, falleció la alemana Gretel Bergmann en su casa de Nueva York. Saltadora de altura de gran calidad en la década de 1930, sufrió una censura que le impidió alcanzar la gloria: al ser judia, y por orden de régimen nazi, se le impidió su participación en los Juegos Olímpìcos de Berlín de 1936. No querían ver a una judia en lo más alto del podio siendo homenajeada por Hitler.
Tan sólo un mes antes de la inauguración de dichos juegos, en junio de 1936, Gretel Bergmann ganó un evento ante las mejores saltadoras alemanas. Llegaba a los Juegos como la gran favorita para hacerse con la medalla de oro. No pudo ni tan siquiera disputar la prueba. Su lugar fue ocupado por un hombre disfrazado de mujer. “Hubiera ganado el oro, no había otra posibilidad” afirmaba años después.
Finalmente, el oro olímpico en aquella prueba fue para Ibolya Csak. El lugar de Bergmann lo ocupó Dora Ratjen, que terminó en cuarta posición y se proclamó campeona de Europa al año siguiente. Muchos tiempo después, se demostró que esta persona era en verdad un hombre. “Era mi compañero de habitación. Jamás pensé que fuera una mujer” afirmó Bergmann tras conocerse la mentira.
Se consideraba así misma como “la gran esperanza judía”. Tras su buena participación un mes antes de los Juegos, recibió una carta de los funcionarios nazis: “Vista sus actuaciones recientes, no está dentro del equipo que disputará los Juegos Olímpicos”. Para ello, habían borrado todas sus actuaciones de los libros de registro. Únicamente recibió una invitación para estar a pie de pista durante las pruebas, algo a lo que ni tan siquiera respondió. Tenía el récord de Alemania, algo que consiguió en el Gran Bretaña, donde sus padres la mandaron debido a la persecución que empezaban a recibir los judíos.
Después de los Juegos Olímpicos, Gretel Bergmann emigró a Estados Unidos donde se proclamó campeona de salto de altura en 1937 y 1938. A lo largo de su vida, en Alemania intentaron complacerla por el privilegio que nunca tuvo. El presidente del Comité Alemán en 1996, Walter Troger, invitó tanto a Bergmann como a su pareja a los Juegos Olímpicos de Atlanta. Además, su récord de altura fue restaurado en Alemania en 2009 y una de las principales avenidas del Estadio Olímpico de Berlín fue renombrada como Gretel-Bergmann-Weg.
