Gladys Tejeda y Raúl Pacheco, dos maratonistas peruanos de altura, que buscan sobresalir en Río 2016

26/08/2013 - 12:00 am
Foto: Facebook
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Ciudad de México, 26 de agosto (SinEmbargo).- A mediados del 2012, los medios peruanos aseguraban que Raúl Pacheco era favorito para ganar el maratón de Londres dentro de los Juegos Olímpicos. Cuando el atleta terminó en el lugar 21, hubo una cierta decepción en suelo inca. “Me siento orgulloso de haber terminado entre los primeros 25”, declaró sonriente Pacheco. Ante algunas notas que seguían mostrando su fastidio por el resultado tan lejano de las zonas de medallas, el maratonista prometió quedar “entre los diez primeros en Rio 2016”. A sus 34 años, la promesa hecha, le alimenta la ilusión.

El sueño del peruano era una presea que terminara por colocarlo en la élite del mundo atlético, sin embargo, la realidad superó las expectativas. “Siente que todos los que cruzan la meta merecen ser llamados campeones”, dejó en claro como parte de su filosofía.

Nacido en suelo alto, donde el aire ahoga más que ayudar, Pacheco se acostumbró a correr con su cuerpo delgado rompiendo el viento. La esperanza masculina del Perú en los Juegos Olímpicos es este hombre de tez morena y ojos hundidos.

“Trato de concentrarme en mi carrera. La fatiga se siente mucho, pero hay que tener control mental”, opina al preguntarle sobre ese tiempo en el que se entrega al recorrido pactado. Ayer, en una mañana lluviosa de agosto en el Distrito Federal, rompió los pronósticos que vislumbraban un campeón africano y cruzó la meta antes que ningún otro hombre con un tiempo de dos horas, 16 minutos y 56 segundos. Raúl, enfundado en una chamarra roja, alzó los brazos con su mente en Rio 2016.

Foto: Twitter
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Gladys Tejeda tiene 27 años y una medalla de bronce en los juegos panamericanos de Guadalajara 2011. La peruana se dio cuenta del don que tenía cuando acompañaba a su papá a sus lograres de trabajo. Mientras él montaba a caballo, ella lo seguía con trote lento detrás. Sus padres y sus ocho hermanos le ayudaron a darse cuenta del talento que tenía. Recién a los 23 años, una edad tardía en el mundo del deporte, comenzó su travesía profesional al ingresar al centro de alto rendimiento de Perú. Tejada sueña con consagrar una carrera que ha avanzado con pasos gigantes gracias a sus posibilidades.

Nacida en Junín, con sus 4 mil 105 metros de altura sobre el nivel del mar, le ayudó a formar una resistencia distinta a la de la media humana. “He caminado y corrido descalza, por eso tengo pies fuertes”, señala. Recorriendo los lagos y ríos, cuidaba a los animales que su familia poseía como una tarea rutinaria de la que no podía escapara. Ante esa adversidad natural, Tejada se curtió en la mentalidad para de una vez por todas animar se a dejar a su familia, soporte principal de Gladys, e irse a forjar una carrera que en Perú despierta ilusiones.

En el desfile inaugural de Londres 2012, fue abanderada de su país con un traje típico de su región bien puesto. Gladys se sintió feliz de haber participado en su primera experiencia olímpica. Después de un conflicto con su entrenador, el coreano Pedro Kim, lo único que quiere para su vida es el éxito deportivo en el siguiente proceso en Río de Janeiro. Ayer, junto a su compatriota Raúl Pacheco, rompieron un dominio de 10 años por parte de atletas kenianos. Tejada cruzó la meta en primer lugar con un tiempo de dos horas, 37 minutos y 32 segundos. Los dos están clasificados al tradicional maratón de Boston.

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