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Jorge Alberto Gudiño Hernández

26/08/2017 - 12:00 am

De encuestas y dedazos

Lo he confesado algunas veces en público y en privado: en 2006 voté por Andrés Manuel con entusiasmo, convencido de que él era una alternativa para el país. En 2012 repetí mi voto, pese a los muchos errores cometidos por él. He sido criticado por unos y otros por haber apoyado a alguien tan obcecado y que, insisten, es un peligro para el país. Mis argumentos han perdido fuerza con el transcurso de los años. Sobre todo, porque López Obrador en verdad ha acumulado muchos errores y, además, hace promesas imposibles que, incluso, lindan en lo ridículo. Si acaso, me quedo con la convicción (que no certeza) de que, difícilmente, habría sido un peor presidente que Calderón y Peña Nieto.

“Sus errores se acumulan. La designación de Claudia Sheinbaum es uno más. Aclaro: no tengo nada contra ella ni a su favor. El error radica en el método para seleccionarla”. Fotos: SinEmbargo

Llevábamos un par de semanas escuchando y leyendo a los columnistas políticos. El tema se volvió repetitivo: la extraña encuesta con la que MORENA elegiría a su candidato para las elecciones a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.

Ayer se dio el resultado. Será Claudia Sheinbaum, la actual delegada de Tlalpan. Fue la elegida sobre Martí Batres y Ricardo Monreal. Muchos opinan que, dada la fuerza del partido y el panorama electoral, su designación casi la convierte en la ganadora de las elecciones del próximo año.

Lo he confesado algunas veces en público y en privado: en 2006 voté por Andrés Manuel con entusiasmo, convencido de que él era una alternativa para el país. En 2012 repetí mi voto, pese a los muchos errores cometidos por él. He sido criticado por unos y otros por haber apoyado a alguien tan obcecado y que, insisten, es un peligro para el país. Mis argumentos han perdido fuerza con el transcurso de los años. Sobre todo, porque López Obrador en verdad ha acumulado muchos errores y, además, hace promesas imposibles que, incluso, lindan en lo ridículo. Si acaso, me quedo con la convicción (que no certeza) de que, difícilmente, habría sido un peor presidente que Calderón y Peña Nieto.

Pero sus errores se acumulan. La designación de Claudia Sheinbaum es uno más. Aclaro: no tengo nada contra ella ni a su favor. El error radica en el método para seleccionarla. Hace unas semanas se habló mucho de que el candidato del PRI a la presidencia sería designado por el presidente por el consabido dedazo. En el PAN llevan meses discutiendo (y simulando) en torno a su proceso interno. Son muchas las posibilidades que existen para designar a los candidatos de cada partido: consulta con las bases, encuestas abiertas, encuestas cerradas, dedazos, votación abierta, votación de simpatizantes y todos los que se me escapan. La pregunta que me salta es la obvia: ¿por qué Andrés Manuel, quien quiere distanciarse de las prácticas de los partidos más señalados por la corrupción, eligió un método con tanta opacidad?

No tengo idea. Supongo que es uno más de los errores en su haber. Lo sé, en algún arrebato podrá explicar que la encuesta fue oculta para que nadie pudiera manipular los resultados. Puede ser. La impresión, empero, es la contraria: él quería designar al candidato. Y podría haberlo hecho de muchas otras formas. No somos ingenuos. Todos los instrumentos pueden ser alterados. Así que nada perdía con una encuesta abierta o con una encerrona. Imaginar el escenario hasta me provoca cierto entusiasmo, el de los ingenuos: los tres precandidatos se encierran para acordar quién debe ser el designado. Sería una simulación, por supuesto, sin embargo, dicha simulación representaría una propuesta mucho más legítima que la encuesta oscura.

Me parece casi un hecho que Claudia Sheinbaum vaya a gobernar esta ciudad salvo que Monreal cambie de camiseta, de nuevo. Ignoro si votaré por ella o si, en su momento, lo haré por López Obrador. Aunque me sigue pareciendo la única alternativa, sus errores y sus declaraciones desafortunadas se alejan mucho de mis convicciones. Y eso me da un poco de coraje, porque habría sido muy sencillo remediarlos. Al menos, a los ojos de la opinión pública. Ni hablar, al parecer, seguiremos sin un candidato al que asista el entusiasmo de los electores, la serenidad y la malicia suficiente para no autoboicotearse.

Jorge Alberto Gudiño Hernández
Jorge Alberto Gudiño Hernández es escritor. Recientemente ha publicado la serie policiaca del excomandante Zuzunaga: “Tus dos muertos”, “Siete son tus razones” y “La velocidad de tu sombra”. Estas novelas se suman a “Los trenes nunca van hacia el este”, “Con amor, tu hija”, “Instrucciones para mudar un pueblo” y “Justo después del miedo”.

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