Inditex apuesta por quedarse en régimen de alquiler cuatro plantas del inmueble -el resto son oficinas- y abrir una tienda de 6 mil metros cuadrados. “Será el mayor Zara del mundo”, aseguró el presidente de la compañía, Pablo Isla, en la presentación de resultados del grupo el pasado 15 de marzo en la sede de Arteixo.
Javier Romera
Ciudad de México, 27 de marzo (EconomíaHoy).- Cuando en 2006 Amancio Ortega, el fundador de Inditex, compró el edificio donde se ubicaba la sede de la aseguradora Axa en el Paseo de la Castellana 79, en Madrid, no podía imaginar que lo acabaría utilizando para competir cara a cara con los almacenes de El Corte Inglés. Pero así ha sido. Ortega pagó entonces 105 millones de euros al fondo inmobiliario alemán Deka y tras acometer unas obras de rehabilitación reservó una parte para oficinas y otra para una gran zona comercial.
Tras la salida de estas dos empresas el año pasado, Inditex ha apostado ahora por quedarse en régimen de alquiler cuatro plantas del inmueble -el resto son oficinas- y abrir una tienda de 6 mil metros cuadrados. “Será el mayor Zara del mundo”, aseguró el presidente de la compañía, Pablo Isla, en la presentación de resultados del grupo el pasado 15 de marzo en la sede de Arteixo.
El local supera con creces con los 4 mil 900 metros cuadrados del Zara de la calle Compostela en La Coruña; los 4 mil 600 del Mercado de San Martín, en San Sebastián, o los 4 mil 400 del Soho, en pleno corazón de Manhattan, en Nueva York (Estados Unidos).
La tienda esta dividida en cuatro plantas completamente diáfanas y ofrece moda para hombres, mujeres y niños. La empresa Cándido Hermida, que decora hoteles de lujo y trabaja para el diseño del AVE a La Meca, ha desarrollado el mobiliario interno y Trison, una firma gallega fundada por Carlos Saavedra y que tiene como clientes a Porsche, Tous y Movistar, implantará las pantallas led para mostrar las distintas colecciones.
PROBADORES VIRTUARLES
El local se ordena, al igual que los nuevos establecimientos abiertos por el grupo, en torno a pasillos o pasarelas, que conducen a espacios individualizados o cubos en cada lateral, en los que se muestran de forma individualizada cada una de las colecciones. Es la culminación al cambio de imagen de la marca tras el éxito de la que se inauguró en la Quinta Avenida de Nueva York en 2012.
El establecimiento incorpora los últimos avances tecnológicos desarrollados por el gigante de la moda gallego, permitiendo, por ejemplo, la gestión integral de los tickets de compra de forma online y el pago por móvil. Aunque Inditex mantiene en absoluto secreto las novedades de su nuevo establecimiento, en el sector se da por hecho, que como ocurre en las últimas flagship stores o tiendas de bandera se incorporarán también los probadores virtuales.
Su principal novedad es que llevan incorporada una tableta que permite escanear los códigos de barras de las prendas y poder solicitar así otra talla o color, de tal modo que un empleado se tener que salir e ir a buscarlo. Se trata, en definitiva, de incorporar así la tecnología de la tienda online al establecimiento físico.
Inditex, que fabrica al año mil millones de prendas de 50 mil referencias distintas, controla además dónde está cada una de ellas en todo momento mediante un sistema propio de identificación por radiofrecuencia. Es lo que se conoce como el RFID (por sus siglas en inglés), que permite el control unitario de cada artículo con su “matriculación” y permite localizar al instante lo que el cliente quiere y la talla necesaria, agilizando así el proceso logístico, lo que permite que una prenda pueda llegar a cualquier establecimiento del mundo en un máximo de 48 horas.
AHORRO DE LUZ Y AGUA
Y todo ello, cumpliendo con los compromisos medioambientales marcados en el Plan Inditex Sostenible, que incorporan las nuevas tiendas ecoeficientes del grupo. Así, se usan detectores de presencia en el almacén, que disminuyen la intensidad lumínica en un 80 por ciento cuando no hay nadie; hay cortinas de aire con regulación electrónica, que evitan la entrada de ráfagas de aire frío o caliente procedente del exterior; ajuste automático de los termostatos de climatización y escaleras mecánicas con regulación de velocidad y madera para el mobiliario certificada, que garantiza que procede de bosques gestionados de manera sostenible y responsable.
El resultado es una tienda que consume un 30 por ciento menos de energía, reduce en un 70 por ciento el consumo de agua y que evita la emisión de más de 150 toneladas de CO2 al año a la atmósfera.
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