Montevideo, 27 abr (EFE).- El canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, dijo hoy que la situación de los seis ex presos de Guantánamo acogidos en Uruguay desde el pasado diciembre depende de que ellos firmen un acuerdo con ACNUR para recibir apoyo financiero y definan a qué familiares quieren traer al país para recibir sus viviendas.
“Si los expresos de Guantánamo no están recibiendo las ayudas económicas es meramente por el hecho de que todavía no han firmado el convenio. El convenio dura un año y ellos lo saben, porque yo se los mostré en una reunión que tuve personalmente con ellos”, declaró Nin Novoa en una conferencia de prensa.
De acuerdo con el canciller, el grupo no firmó el convenio porque ellos tenían en mente que duraría tres años.
Indagado sobre qué hará el Gobierno en el caso de que los refugiados sigan rechazando el acuerdo, Nin Novoa dijo que la alternativa es la “persuasión” para que acepten las condiciones.
“Ese convenio es por un año, hasta febrero de 2016, en el cual ellos se comprometen a estudiar español y a cuidar su salud y hacerse los controles sanitarios correspondientes, reciben una determinada cantidad de dinero y ahí la responsabilidad formal de Uruguay se termina”, explicó.
Según un comunicado oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores, dicho convenio trata de “institucionalizar el proceso de adaptación e inserción en la sociedad uruguaya” por intermedio del Servicio Ecuménico para la Dignidad Humana (SEDHU), una ONG que representa en este caso al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Asimismo, Nin Novoa señaló que “el Gobierno de Uruguay comprende la situación de incertidumbre que tiene esa gente, que además ha sufrido horrores inimaginables, y está dispuesto a seguir ayudando una vez que se acepten los plazos de vencimiento del convenio”.
Por otro lado, el canciller informó de que su cartera está preparando una carta formal en nombre de esos refugiados con sus reivindicaciones para ser enviada hoy a la Embajada de Estados Unidos, frente a la cual cuatro de ellos están instalados desde el pasado viernes para reclamar que “se hagan cargo de su situación”.
En este sentido, Nin Novoa destacó que el Gobierno entiende que “más allá del agradecimiento que (los ex reclusos) tienen para el Uruguay estén pensando en alguna acción reivindicatoria” hacia el Gobierno de Estados Unidos”.
Con relación a las viviendas prometidas al grupo, que actualmente se encuentra alojado en su mayoría en una casa cedida por la central sindical PIT-CNT, el canciller dijo que también depende de ellos.
“Los propios ex prisioneros todavía no han definido qué cantidad de familiares o parientes quieren traer y en función de ese número nosotros buscaremos las viviendas adecuadas para ello”, contó.
La Cruz Roja se hará cargo del traslado de sus familias a Uruguay, dijo.
Dos de los ex presos estaban hospedados en un hotel, pero decidieron irse el pasado viernes al saber que el pago al establecimiento sería cortado, según una funcionaria.
Para Nin Novoa, ACNUR deberá encargarse de asistir a los antiguos reclusos de Guantánamo al cabo de un año cuando se termine el convenio.
“Cuando se acerque la fecha de finalización del convenio seguiremos trabajando para no dejarlos a la deriva”, consideró.
La llegada a Uruguay de cuatro sirios, un palestino y un tunecino, contra quienes EE.UU. nunca presentó cargos, fue una iniciativa de José Mujica cuando era presidente (2010-2015).
Su idea era colaborar con su homólogo estadounidense, Barack Obama, en su objetivo de cerrar esa cárcel para acusados de terrorismo situada en la base que EE.UU. mantiene en territorio cubano. EFE
