En los asuntos del humor político en México, la radio parece ser el gran refugio para los aventados y poco tolerantes a la censura. Ya lo habíamos visto con Charros contra Gángsters, el delicioso ciclo conducido por Jairo Calixto Albarrán y Miyagi en MVS, un desprendimiento sin quererlo de la formidable experiencia inaugurada hace casi una década por El Weso. De lunes a viernes, de 17 a 19, Fernando Rivera Calderón, Marisol Gasé y Enrique Hernández Alcázar, muy bien comandados por el productor Salvador Zaragoza, juegan con la dura realidad cotidiana y hacen reír con ironía inteligente y pintando el mundo con una maza que golpea y golpea, allí donde piensas, donde analizas. Noticias, política, cultura, parodia. Eso, mucha parodia, para meterse de lleno en corazón de los radioescuchas, mucho de los cuales no entenderían su vida sin El Weso, el famoso y entrañable ciclo de la W.
Ciudad de México, 27 de julio (SinEmbargo).- “Ya estamos cerca de los 10 años y hay weso para rato”, dice exultante el comediante Enrique Hernández Alcázar. Con alma de periodista y un gran comunicador, hizo sus pininos humorísticos en El Almohadazo, de Fernanda Tapia y también escribió un libro, En el país del Weso, donde no dejó títere con cabeza en el panorama político nacional.
Su presencia es rotunda, luminosa. Se hace notar a cada paso y está pendiente del control de todo. Aunque la idea original del programa que hoy dirige nació de sus compañeros Marisol Gasé y Fernando Rivera Calderón, Enrique ha sabido muy bien cómo adueñarse en el buen sentido de un proyecto que los tiene juntos a los tres, aunque muy poco revueltos.
“Como buenos huesos hemos tenido alguna que otra fractura, pero te pones yeso y sanas y comes más queso, tomas calcio y ahí la llevas”, dice el conductor, para el que no tiene mucho sentido hacer “un programa lineal, porque sería aburridísimo, algo así como la vida plana cuando es muy plana”, afirma.
Bueno para los stand ups y para el humor repentino, ese tipo de reacción inmediata frente a la menor provocación, Hernández Alcázar considera que cada uno de los integrantes de El Weso ha podido mantener su identidad a lo largo del programa, sobre todo porque han mantenido la diferencia de pensamiento entre ellos, “lo que constituye sin dudas el gran chiste de este asunto”, revela.
“Si lo ves de fuera o de dentro, nuestro programa es como una muestra representativa de la realidad, donde algunos piensan de una forma y otros de otra, pero podemos convivir y ser amigos. Para los tres, esta relación que tenemos los tres, es la más larga que hemos tenido en nuestra vida ”, agrega.
– ¿Hay menos libertad ahora en la W?
– La libertad ha sido exactamente la misma durante todos estos años. Claro que siempre hay presiones y tenemos que discutir y dialogar, algo que es muy padre. Discutes en la mesa la formación de los temas, a quién vamos a entrevistar, por ejemplo, una tarea que me toca hacerla frente a quien ahora es la directora de la radio, Gabriela Warketin. Y ese proceso es muy satisfactorio. Tratamos siempre de encontrar un punto de equilibrio en temas que están muy polarizados. Siempre el entrevistado es alguien que está en un punto medio entre dos posiciones encontradas. Al menos eso tratamos, pues como país no ganamos nada si polarizamos más las cosas. Claro que hemos dicho al aire que el peor presidente de México ha sido Felipe Calderón Hinojosa; desangró al país, lo dividió, incentivó el odio y fue un cerdo.
– ¿Hace falta en una sociedad el humor político?
– Es súper necesario. Ahora mismo falta mucho más. Cuando empezamos el programa, los directivos de Televisa Radio y del Grupo Prisa, que maneja los contenidos, nos preguntaban cómo era posible que en un país como México, con tanta tradición de humor, no hubiera más humor político en los medios.
– Fabián Giles, un antiguo colaborador del programa, dice que hay censura en El Weso…
– Fabián Giles es un mentiroso profesional que llegaba tarde a trabajar, que no hacía los sketches que le tocaban. Jamás hubo censura para ninguno de sus sketches y los tengo todos guardados. ¿Censura? ¡Jamás!
– ¿No se cuida en este sexenio en forma especial la figura de Enrique Peña Nieto’
– ¡No! Yo soy el que lo imito al aire. El que alguien esté ardido por no haber dado el ancho profesional, no significa que haya censura en El Weso.
¡VIVA LA DIFERENCIA!
“Lo ideal es que este trabajo no se convierta nunca en una rutina, pero hay que reconocer que aun cuando trabajes por ejemplo en un circo hasta el trapecista un día se aburre”, dice Fernando Rivera Calderón.
Músico, escritor, periodista, Fernando es un elemento importante en la nutrida y variada cultura del under defeño. Junto a su amiga Marisol Gasé inició esta aventura radial cuya motivación esencial es en el presente ir atacando esa rutina y reinventarse a diario “en la medida en que uno pueda ser capaz”, dice a SinEmbargo.
Para Rivera Calderón, autor del aclamado Diccionario del caos, El Weso constituye un canal donde entrena su destreza para hacer canciones en forma inmediata, como reacción a un hecho determinado de la realidad, como los antiguos payadores o repentistas.
Es muy talentoso en ese oficio y sin él no habría programa, tal como tampoco habría programa sin Marisol o Enrique. Como esos matrimonios con hijos pequeños están obligados a estar juntos les guste o no, al menos si quieren conservar esta bomba de humor paródico que a tantos hace felices en las tardes mexicanas.
Fernando admite un aire enrarecido en el nuevo sexenio, marcado por un exceso de formalidad y sin duda una falta de humor político en los medios, fruto tal vez de la autocensura más que de la censura lisa y llana.
No obstante, asegura que El Weso se mantiene libre de las prohibiciones y todos trabajan con mucha libertad.
“No hay ninguna línea que seguir. Lo que sí pasó es que cuando entramos a hacer este programa todos éramos muy jóvenes y nuestras respectivas ideas políticas estaban en formación. Ahora, hemos madurado y nuestras diferencias se han ahondado”, confiesa.
“A todos además nos gusta cierto tipo de humor. Yo tengo bien claros mis influencias e intereses al respecto y ellos no coinciden con el de mis compañeros. Hay quien admira a Capulina y Chespirito y hay quien los odia. Me encantan Tin Tan, Eduardo Manzano, El Loco Valdés, el primer Cantinflas y de afuera me gustan Harold Lloyd, el uruguayo Leo Masliah, el español Leo Bassi, el colombiano Jaime Garzón”, dice Fernando.
A propósito del sexenio sangriento de Felipe Calderón, el músico dice que en México no se tuvo que lamentar la muerte de un humorista “porque los humoristas no podemos crecer mucho en este país, pero supe de amenazas a cartonistas y moneros”.
– ¿Cuál es tu límite? ¿Con qué cosas no haces humor?
– Bueno, particularmente hago un chiste de todo. Me cuesta trabajo no pensar de manera humorística las cosas, pero El Weso y todos estos años me han hecho entender que siempre hay que respetar a las víctimas, a la parte que resultó lastimada del incidente. Eso era algo que yo hacía de forma natural, claro, porque siempre criticas al que está arriba, al que tiene el poder.
– ¿Hay weso para rato?
– Sí, todavía hay, a pesar de que en los inicios había más coincidencias entre nosotros. Las diferencias nos han hecho más sólidos a nivel grupal, pero ha marcado mayor distancia entre nosotros. Yo pensaba que íbamos a durar tres meses y que nos iban a sacar pronto del aire y aquí estamos.
MARISOL, EL SOL DEL WESO
Comediante, actriz, mujer inteligente y militante, Marisol Gasé es un lujo en la radio. Podría de hecho vivir sólo de su compañía de teatro El Vicio, que mantiene junto a sus compañeras de Las Reinas Chulas, pero todos los días emprende camino hacia la W y aporta al programa una sólida formación artística.
Para Gasé, el humor político en México no sólo es posible sino también necesario. Estamos, dice, en un país donde la gente se ha acostumbrado a reírse de lo que más le duele y la tradición de las carpas ha llegado hasta nuestros días.
“Siento que en El Weso hacemos una carpa radial. La carpa era eso: un señor que se trepaba y le informaba a la gente lo que estaba pasando”, dice Marisol en entrevista con SinEmbargo.
La actriz se vanagloria de la presencia de una directora radial como Gabriela Warketin, que asegura la pervivencia de la libertad y la falta absoluta de censura.
“Si hubiera censura en nuestro programa, si trabajáramos presionados, los primeros en darse cuenta serían los oyentes”, asegura.
– Tú eres como la hija que Andrés Manuel López Obrador nunca quiso reconocer y no te han regañado por eso…
– (risas) Más bien él es el padre que nunca tuve. Jamás me han regañado por nada. En realidad los que me regañan por eso son los tuiteros y los facebookeros. Pero mira qué dobles moralinos. Aquí ha venido Andrés Manuel y se ha parado toda la W, algo que no pasó con nadie, ni con Carlos Salinas, que también vino.
– Eres la mujer del equipo, ¿cómo se lleva eso?
– Afortunadamente he ido tomando cursos de equidad de género, de derechos humanos, en forma paralela a mi trabajo en El Weso. Torturé a mis compañeros y los obligué a tomar un curso con la Conapred. Todo es paso a paso. Vamos evolucionando, explicarle a alguien que por ser mujer no estás obligada a hacer determinadas cosas o tomar determinadas actitudes, lleva su tiempo y me he ido relajando bastante al respecto.
– ¿Hay weso todavía?
– Sí, forma parte de otros proyectos que también encamino en mi vida, como la compañía teatral Las Reinas Chulas y el teatro de cabaret, al que le soy fiel. Con Fer (Rivera Calderón) hemos hecho 15 espectáculos juntos, Enrique (Hernández Alcázar) se ha presentado en El Vicio. Y nos entendemos y nos divertimos mucho juntos, más allá de las diferencias.
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