VILLAMIL: LA FIGURA PRESIDENCIAL, EN RIESGO

27/10/2012 - 12:00 am

¿Cómo será México en diciembre de 2018? En esta entrevista el periodista y observador de medios construye un futuro crítico. Su último libro, Peña Nieto: el Gran Montaje, cumple dos semanas en los anaqueles del país

Jenaro Villamin (izq.) Foto: Cuartoscuro.

Sumados varios intereses, el objetivo era uno solo: llevar a Enrique Peña Nieto a la silla presidencial. Una y otra vez, su imagen se proyectó en la pantalla de la televisora más importante del país. Desde que fue gobernador del estado de México, apareció cientos, miles de veces entre las cortinillas de los programas estelares. Sus logros fueron resaltados por actrices populares como Lucero y Angélica Rivera, a la postre, su esposa.

Pero, aunque su ser político fue el más expuesto en los medios informativos, Peña Nieto es un desconocido. Para quienes votaron por él y para los que no. Entonces, ¿por qué triunfó este guión?

Para el periodista Jenaro Villamil no se trata sólo de la consumación de un simple proceso de producción mediática, sino del aperitivo del deterioro de la política mexicana. Peña Nieto: el Gran Montaje, su libro más reciente, expone la trama, el desenlace y las catastróficas consecuencias que tendrá el entramado.

Es una mañana de octubre y en entrevista, Villamil se asoma al futuro. Ve temores sembrados en la sociedad y un destino de limitaciones para los medios informativos tradicionales. Nada es luminoso. En el ocaso de diciembre de 2018, el escenario queda soportado en el narcopoder y desempleo. Con acentos más dramáticos que ahora.

Desde la redacción de la revista Proceso en la que es reportero y articulista, – y fue coautor de la columna Por mi madre, bohemios, con Carlos Monsiváis -, desayuna mientras atiende entrevistas telefónicas. Jamás se exalta a pesar de que palpita la pregunta sobre la veracidad de la relación entre Enrique Peña Nieto y Televisa develada en Si yo fuera presidente (2009) y El sexenio de Televisa (2010). Durante la campaña electoral ese planteamiento se desdibujó por críticas que aducían falta de pruebas. Un reportaje del periódico británico The Guardian terminaría por darle la razón. “Los desmentidos sobre cómo Televisa privilegió la imagen de Peña Nieto, jamás han sido contundentes”, dice con la voz amable, firme.

En este libro, que cumple dos semanas en los anaqueles, vuelve a abordar la figura del político más guapo de México. Escudriña su imagen ante todos los reflectores. Y expone que detrás de las luces, lo que está en riesgo es la figura presidencial, más allá de quién la represente.

Jenaro Villamil nació en Mérida, Yucatán en 1969. Egresó de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la UNAM, y desde 1989 ha trabajado en algunas redacciones de medios nacionales. Es creador del blog de medios hommozapping, el cual cuenta con un espacio televisivo llamado RompeViento.

– Después del conflicto postelectoral, ¿en qué avanzamos como democracia?

– Hay una gran decepción social, tanto con los resultados electorales como con la actuación del Tribunal Federal Electoral por ni siquiera haber sancionado los excesos que todo mundo vio en los casos de Soriana y Monex. Y hay una crisis de credibilidad para Televisa.

Televisa bien pudo haber salido airosa. Veamos, en términos legales salió airosa -el Tribunal le dio la razón a su versión-, pero el problema es de crediblidad frente a sus audiencias. Ahí pudo haber salido bien y no lo hizo. Y le está costando. Le está costando lo de las camionetas en Nicaragua. Antes, nadie se atrevía a cuestionar a Televisa. Hoy tiene que salir a dar sus versiones. No sólo lo hace en el caso de su supuesta implicación del tráfico de drogas a Nicaragua, lo hizo también en el caso de “El Muñeco” (el actor y modelo Armando González Sánchez fue arraigado por la Procuraduría General de Justicia del Distrito por presuntos vínculos con una banda de secuestradores), pero en el pasado no lo hizo en casos emblemáticos como el de Fabiruchis en el que había consumo de droga; por ejemplo.

-En tu libro, prevés dos escenarios. En uno, Enrique Peña Nieto endurecerá su posición para controlar, intimidar y tener una sociedad atemorizada. En el otro emprendería una auténtica operación de legitimidad política, a costa de una fuerte división en la coalición de fuerzas que sostiene su proyecto. Te inclinas por el primero: ¿En qué consistirá el temor de la sociedad?

– Si Peña Nieto no endurece su política, su posición va a mostrar vulnerabildad. El guión que están armando en este gran montaje es que debe ser un Presidente fuerte, de decisiones fuertes y muy unilateral para no aceptar un mínimo cuestionamiento. Un Presidente rígido con sus supuestos aliados, así como con la sociedad. La integración del gabinete va a ser un primer síntoma de si va a responder a las alianzas y favores con el grupo Atlacomoulco.

Pero mano dura no implica legalidad: sobre todo, legalidad mediática. La mano dura implica intolerancia para aceptar la crítica y un deseo de controlar a la opinión pública, que le va a ser más difícil porque la opinión pública ya no se expresa por los medios tradicionales.

Foto: Cuartoscuro.

 -En el segundo escenario, ¿qué fuerzas se fracturarían en aras de la legitimización de Peña Nieto?

– Ahí depende del cálculo y lectura que él haga. Si el grupo de Peña Nieto cree que es necesario un realinamiento de opositores, en especial con el PAN, va a haber una fractura con los grupos del PRI más tradicionales o con su propia red de gobernadores que los apoyaron. Ya vimos cómo puede actuar en el caso de Moreira, que fue el primer gobernador que lo apoyó. EPN no fue capaz de asistir al funeral de su hijo. Dicen que asistió en un evento privado. Pero así, con un evento privado, se mostró en extremo mustio. ¿Por qué no expresar tu apoyo a quien ha sido tu aliado? Porque se trata de otro montaje: trata de aparentar que se deslinda de sus aliados incómodos. A la boda de Salinas tampoco asistió, pero es evidente que su equipo de transición está muy vinculado con Salinas.

-En todo este montaje, ¿qué destino avizoras para los medios de comunicación?

– Va a haber un periodo de mucha tensión porque Calderón evidentemente favoreció a Televisa en todos sus intereses. A todo este proyecto de expansión hacia telecomunicaciones, Calderón no le puso ni un pero. Por otro lado, canceló una tercera cadena de televisión y a posibilidad de una nueva Ley de Radio de Televisión. La Cofetel quedó muy vulnerada, muy dividida, muy fragmentada. Es un órgano tomado por los empresarios más fuertes. Podría ser un árbitro confiable pero es evidente que le debe a Televisa la cobertura de su trayectoria. De este gran montaje, a Televisa se le debe el 80 por ciento. No veo una posibilidad que se democratice desde el poder presidencial el régimen de medios de comunicación. ¿Peña Nieto, podrá ser un árbtiro confiable cuando es evidente que le debe a Televisa la cobertura de su trayectoria? Le debe el 80 por ciento de este gran montaje. No veo una posibilidad que se democratice desde el poder presidencial el régimen de medios de comunicación.

-¿Será la censura de los medios el gran mecanismo del gobierno federal, al tiempo que ocurra un divorcio de la sociedad crítica?

-No hay antecedentes de que Enrique Peña Nieto sea un gobernante muy tolerante con la crítica, ni promotor de la libertad. Los precedentes en el estado de México no te hacen pensar en un político muy proactivo hacia la libertad de expresión. Ni Osorio Chong ni Videgaray tienen ese perfil. Tampoco David López. Todos, generacionalmente parecen clonados. Peña Nieto no es promotor de que circule la información.
Y lo que uno necesita como informador es información verídica, no maquillajes de esa información, no montajes de gastos que no son increíbles. ¿Qué credibilidad hay si te dice el IFE que Peña Nieto tuvo miles de espectaculares en la ciudad de México y es evidente que uno se pregunte cuánto costó esto, pero no obtienes la información?
Si estuviste viendo a Peña Nieto en el noticiario de Televisa es evidente que hay una factura muy cara de spots que fueron hechos por Pedro Torres, pero el informador no tiene acceso a los números de manera nítida.

Enrique Peña Nieto y Emilio Azcárraga Jean. Foto: Cuartoscuro.

– ¿Qué personajes fungirían como los grandes censores de los medios de comunicación?

– No hay uno o dos personajes clave. Las versiones indican que  David López estaría en Comunicación Social. Es un funcionario que cumple con sus funciones. El otro que probablemente ocuparía esa posición sería Aurelio Nuño quien, por su parte,  llegó al equipo de EPN recomendado por Salinas, pero que no tiene experiencia en el medio periodístico. Lo peor es que la censura no ese ejerza desde el poder público, sino que desde toda la red que se le hizo a EPN, se pretenda censurar u hostigar a quienes no estén en el gran consenso. Eso sería mucho más perverso.

-En estos momentos, ¿Peña Nieto es dueño de una imagen defectuosa? Si es así, ¿cuál es el defecto de Peña Nieto?

– El defecto Peña Nieto es que no puede convencer a quienes no votaron por él, incluso a los que votaron por él, de que es el dueño de su voluntad, de que no es resultado de una suma de intereses. El defecto de Peña Nieto es haberse convertido en un producto tan mediático y tan telegénico. El otro gran defecto es que los mismos intereses que lo llevaron al poder están contrapuestos y van a pelear por sus ganancias, por los réditos de sus ganancias políticas.

– Los ciudadanos, después de este cuidado minucioso de su imagen ¿Conocemos quién es realmente Enrique Peña Nieto?

– La posición de político dominado que actúa a a través de un guión o un telempromter está muy generalizada. Ese es el gran Waterloo de Peña.  Pero ello no va a funcionar. Si quieres ser estadista tienes que estar arriba de los intereses de Televisa. El problema es que la figura presidencial es el eje de muchas cosas. No basta ponerse la banda presidencial para que te llegue la lucidez. Si un político con tantas carencias no es capaz de formar un equipo que le llene esas carencias, lo que estará en declive es la misma institución presidencial. Peña Nieto es lo de menos, lo más grave es que se va a pulverizar la institución porque en México no funciona el Presidencialismo de pantalla.

-El proyecto Jorge (así llamado al proceso de producción de la oficina de Pedro Torres para catapultar a Peña Nieto) se acabó con la campaña o podemos esperar la segunda parte desde Televisa?

– El proyecto Jorge era el nombre clave para la cuenta de Peña Nieto en 2011. En 2008 se llamaba proyecto Jaime. No es que Pedro Torres sea el mejor, sino que Televisa pone como condición a los gobiernos que contraten con él.  Si lo pretenden postergar va a ser un desastre. Un país no se gobierna a través de spots. Ya lo vimos con Vicente Fox y Calderón. ¿De qué le sirvió a Calderón? La percepción de Calderón no ha cambiado.

Foto: Cuartoscuro.

– ¿Qué México ves en diciembre de 2018? ¿Qué dejará tras de sí Peña Nieto?

-Los grandes ejes del gobierno de Calderón están agravados, la guera contra el crimen está desatada, la violencia está en aumento y ya llegó hasta la clase política, es el caso del hijo de Moreira, y llegó al círculo más cercano de Peña. Hay una escalada mayor, ya hay un grado mayor de avance en el narocpoder. En materia económica hay siete millones de desempleados; el gobierno del empleo no cumplió con nada de esto y por si fuera poco, está el proyecto de aumentar el IVA a medicinas como parte de su reforma fiscal. Ya no hablemos del proyecto de privatización de Pemex. La reforma laboral se adelantó para reforzar el pacto entre Calderón y Peña,  y ya vimos lo que puede generar. Es como un ensayo de lo que puede venir. El empleo va a ser precarizado. El empleo en lugar de ser digno será una mercancía. Los derechos ciudadanos fundamentales se vuelven mercancía y privilegio. Veo una grave crisis en el sector primario alimentario, una dependencia de México hacia la importación de granos. La ley de Transgénicos avanzará porque forma parte de este modelo de Enrique Peña Nieto. ¿Cómo va a quedar Estados Unidos en noviembre? La posible reelección de Obama no le plantea un escenario fácil a Peña. En Migración, lo que tienes es una gran corrupción. ¿Va a poder Peña Nieto con lo que representa ese sector? ¿Va a eliminar el tráfico de personas con el cártel organizado? Si nos atenemos a lo que Peña Nieto fue en el estado de México, podríamos decir desde ahora que lo más probable es que no.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas