La corrupción en el sector público mexicano puede ser cada vez peor: Control Risks

27/10/2015 - 2:01 pm

La publicación refiere que la corrupción llegó al Gobierno federal, “y ha involucrado al Presidente Peña Nieto y al Secretario de Hacienda Luis Videgaray en acusaciones de favoritismo y de conflicto de intereses”.

Nadie se salva de las prácticas corruptas en México, incluyendo al Presidente. Foto: Cuartoscuro
Nadie se salva de las prácticas corruptas en México, incluyendo al Presidente. Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México, 27 de octubre (SinEmbargo).– La reacción del Gobierno de México ante los escándalos de presuntos actos de corrupción en los que ha estado involucrado el Presidente Enrique Peña Nieto y algunos miembros de su Gabinete ha sido ineficiente y no ha logrado inspirar confianza en la ciudadanía. Sin embargo, la corrupción “puede ser peor aún, sobre todo en las zonas del país donde las actividades delictivas han aumentado desde 2008″, dice un análisis de la consultora estadounidense Control Risks en su blog publicado en Forbes y firmado por David González.

El análisis titulado “5 pasos para la gestión del riesgo de la corrupción en México”, señala que este fenómeno tiene una “presencia persistente” en México, pero ha estado generalmente más arraigado a nivel local donde sus efectos son más sentidos. Agrega que nadie en este país es inmune a la exposición de las prácticas corruptas en el sector público.

“[La corrupción] puede ser cada vez peor en las zonas del país donde las actividades delictivas han aumentado desde 2008. Los servidores públicos mexicanos de todos los niveles, especialmente a nivel municipal, se han beneficiado constantemente de sus posiciones pidiendo sobornos para agilizar procedimientos relacionados con las empresas. No hay un sector específico o industria que sea inmune a la exposición de la corrupción del sector público”, dijo.

La publicación refiere que esta problemática llegó al Gobierno federal, “y ha involucrado al Presidente Peña Nieto y al Secretario de Hacienda Luis Videgaray en acusaciones de favoritismo y de conflicto de intereses”.

Control Risks también hace referencia a la “dramática” fuga de la prisión de Joaquín “El Chapo” Guzmán de julio pasado, y a la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa en el estado de Guerrero. Dice que estos episodios han “cautivado la atención del público y son ampliamente vistos como el trabajo de funcionarios corruptos”, indica el análisis publicado en la edición estadounidense de Forbes.

La consultora de riesgo independiente y global, “especializada en ayudar a las organizaciones a administrar la integridad y la seguridad de los riesgos políticos en entornos complejos y hostiles”, señala que otro error de Peña Nieto fue haber nombrado a Virgilio Andrade Martínez como Secretario de la Función Pública, cuyas funciones incluyen la investigación de denuncias de irregularidades contra el Presidente y la primera dama, Angélica Rivera Hurtado, en el escándalo inmobiliario de la llamada “casa blanca”.

“Para sorpresa de nadie, Andrade no ha encontrado ninguna evidencia para apoyar las acusaciones de corrupción”, enfatiza el análisis de Control Risks, que abunda en que esta situación combinada con los bajos índices de aprobación de Peña Nieto, más el lento crecimiento económico de México y el aumento de la inseguridad, ha causado que el Presidente “vaya en picada”.

Sin embargo, la consultora indica que aún existen “algunos motivos para ser optimistas”, y estos son, entre otros, que en mayo pasado, el Congreso de la Unión aprobó una ley que crea el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), dirigido a la lucha contra las prácticas corruptas en todos los niveles de gobierno.

“El efecto tangible del SNA es incierto, y permanecerá así hasta que la legislación de aplicación adicional pase en el Poder Legislativo, algo que Peña Nieto ha incluido entre sus prioridades para el próximo año. Pero si resulta en una mayor atención por parte de las autoridades mexicanas para combatir las prácticas corruptas, las implicaciones para las empresas que operan en el país, tanto nacionales como extranjeros, serán significativas”, señala Control Risks.

La consultora enfatiza que aunque la mayoría de las empresas extranjeras que ya están obligados a acatar las disposiciones de la legislación internacional, tales como la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA) o la Ley de Soborno del Reino Unido (UKBA), un entorno nacional en rápida evolución en relación con la corrupción, puede provocar nuevos requisitos para las empresas en materia de lucha contra las prácticas corruptas.

El año pasado, Peña Nieto dijo en broma que la corrupción es una “debilidad cultural” en México, lo que suscitó fuertes objeciones y críticas de sus compatriotas, indica el análisis en el blog de Forbes.

“Mientras que los mexicanos pueden debatir el origen del problema de la corrupción de su país, pocos cuestionarían que sí es un problema. De hecho, puede ser cada vez peor, sobre todo en zonas del país donde otros tipos de actividades delictivas han aumentado desde 2008”, señala el análisis.

Las prácticas corruptas no se limitan sólo al sector público, asegura el análisis, que incluye también en este fenómeno  los empleados de las empresas nacionales e internacionales, especialmente aquellos con responsabilidades que incluyen la fijación de permisos y licencias de negocios o el desembolso de los fondos.

Estos son propensos a establecer “empresas secundarias” que involucran la distribución de fondos de la empresa para beneficio privado. Estos aumentos de la responsabilidad de los empleados hace que incurran en violaciones de las normas nacionales e internacionales.

Según una encuesta reciente de Control Risks, más del 40 por ciento de las empresas mexicanas informó que perdió un negocio cuando se produjo una fuerte evidencia circunstancial de que la otra parte había pagado un soborno, una de las tasas más altas de todos los países encuestados, dice la consultora.

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