“Guitarra vas a llorar”, parece ser la consigna de Los Amigo, el álbum póstumo del legendario músico argentino fallecido en 2012 y que hoy sale a la venta sólo en formato físico. Presentado por sus cuatro hijos, el disco estará disponible en streaming dentro de dos semanas
Ciudad de México, 27 de noviembre (SinEmbargo).- “Guitarra, vas a llorar”, parece ser la consigna subliminal de Los Amigo, el disco inédito y póstumo de Luis Alberto Spinetta (1950-2012) que fuera presentado este martes por sus cuatro hijos y que sale hoy a la venta sólo en formato físico.
En la guitarra, un ítem donde el ex Almendra, ex Pescado Rabioso y ex Invisible, solía quitarse méritos, el Flaco supo construir un discurso tan sutil como el explorado en sus letras paradigmáticas y que lo convirtieron en el gran poeta del rock en español.
Así lo hizo notar Dante, su hijo mayor, quien rodeado de sus hermanos Catarina, Valentino y Vera, presentó el trabajo en las oficinas de Sony Music Argentina, ante lo más granado de la prensa local, en una conferencia a la que SinEmbargo tuvo acceso exclusivo.
“En este disco creo que tocó cosas en la guitarra que nunca habíamos escuchado. Mi viejo como violero es mortal. Un buen guitarrista no se define por un solo y los acordes de mi papá son increíbles y se puede ver en las tomas directas de Los Amigo”, afirma Dante.
Los amigo, título sugerido por un histórico asistente de Spinetta, fue grabado junto al ex baterista de Almendra, Rodolfo García y el joven bajista Daniel Ferrón y sólo estará disponible en formato físico, hasta que dentro de dos semanas se ofrezca en todas las versiones de streaming, un territorio donde ya puede escucharse “Iris”, el single de difusión, tema compuesto para Ana Spinetta, la hermana del músico.
LOS AMIGO, EL LEGADO
La portada multicolor de Los Amigo, con dibujos del propio Luis Alberto Spinetta, es apenas un apunte del fabuloso legado del artista expresado en música, dibujos y textos que poco a poco los hijos se animan a explorar para traducir a los fans.
Spinetta, que no fue un artista masivo sino uno de esos que a lo largo de una trayectoria prolífica y prodigiosa vendió en forma constante un catálogo que hoy es valorado como uno de los más importantes de la música popular del continente, recibe ahora el trato de una estrella y el disco póstumo es reflejo de la buena forma en que estaba cuando el cáncer de pulmón fulminante se lo llevara en apenas un año, cuando tenía 62.
“Y si despierto solo en altamar, apenas floto”, canta con su voz característica en “Apenas floto”, el primer track de Los Amigo, para dar lugar inmediato a “Iris”, el sencillo de difusión vestido con las cuerdas de Claudio Cardone, interpretadas por la Kashmir Orquesta.
Un disco luminoso, donde la palabra felicidad es recurrente y en el que se luce el primer instrumental “El cabecitero” (título que alude a los fotógrafos de antaño que andaban de casa en casa eternizando los rostros de los bebés de la familia), trae el color entrañable de su voz, sólo opacada por el brillo fulgurante de la viola spinettiana, dolorosamente certera y pasional.
“Bagualerita” es una canción que el Flaco compuso para la folclorista Leda Valladares (1919-2012), pero que nunca llegó a grabar y que luego se la diera a la cantante Liliana Herrero, que la inmortalizó en el disco Este tiempo.
Sigue un instrumental con vocación de cornamusa, “El gaitero”, que antecede a “Canción del lugar”, la preferida de la pequeña de la familia, Vera Spinetta y que constituye sin duda la mejor pieza de Los Amigo, un tema donde el Flaco apuesta como era su costumbre por el futuro y la libertad.
“Aunque me esfuercen yo nunca voy a decir que todo el tiempo por pasado fue mejor, mañana es mejor”, cantó Luis Alberto Spinetta en su famosa “Cantata de puentes amarillos”, una línea de pensamiento que refrenda en la hermosa “La canción del lugar”, donde las citas musicales del tecladista Mono Fontana ofrecen una coda poderosa, llena de fantasmas propios de la estética spinettiana.
“Río como loco”, el instrumental que antecede a la versión acústica de “Iris” completa la media hora de música con que Luis Alberto Spinetta regresa desde el fondo de los tiempos para llenar con su presencia algo del hueco enorme que provocó su partida temprana de esta dimensión.
UN DISCO QUE NO IBA A SER UN DISCO
“En realidad este es un disco que no se hizo pensando en que se iba a publicar de manera inminente”, dice el baterista Rodolfo García a SinEmbargo. “Nos reuníamos a tocar sólo por el placer de hacerlo y de ninguna manera esas juntadas intentaban reemplazar el proyecto en solitario en el que el Flaco estaba inmerso”, comenta el también Director Nacional de Artes, de 69 años de edad.
“Nos juntábamos los miércoles y empezamos a grabar cosas porque cuando nos fuimos a ensayar en La Diosa Salvaje (los estudios de Spinetta) teníamos a mano la consola que nos invitaba a dejar registradas lo que tocábamos. El clima era de amistad, de placer de estar entre amigos, tomando mate o una copita de vino”, agrega García.
“Como familia nos encargamos en cierta medida de representar lo que hubiera querido mi viejo y plasmar las ideas que estaban flotando en el aire, como que estuviera Claudio Cardone en las cuerdas y el Mono Fontana en los teclados”, dice Dante Spinetta, líder de Illya Kuryaki and the valderramas, banda con la que prepara la salida de un nuevo trabajo en marzo próximo.
“No quisimos hacer ninguna locura, sino respetar la calidez de la dinámica y agregarle las cosas extra que mi papá quería grabar, siendo fieles a él, a su música”, precisa el hijo mayor del Flaco.
“No hubo preconceptos, ni siquiera se pensó como disco, lo que tocábamos e improvisábamos fueron tomando forma de canciones poco después”, explica García, al tiempo que la productora del proyecto, Catarina Spinetta, destaca que “todas las canciones de mi padre pueden ser leídas en tiempo presente y por eso es tan emocionante para nosotros poder compartir esta música con todos ustedes”.
