Ciudad de México, 28 de mayo (SinEmbargo).- “Más que mi compañero es mi ídolo, me cuesta verlo de otra manera”, reconoció el célebre defensor del TRI Rafael Márquez, quien no hizo referencias a las críticas por la falta de carácter para ser capitán que le hiciera el “Temo” en el pasado.
A su lado, con la displicencia y la arrogancia propia de la juventud, Giovani Dos Santos lo describió “simplemente como uno más del grupo”.
Pero el jugador mexicano Cuauhtémoc Blanco no es uno más. Se trata sin duda de uno de los mejores delanteros que haya dado el balompié vernáculo, nacido para ser un superhéroe de la pelota, una condición que él mismo, con su carácter voluble, su hipersensibilidad a flor de piel, se encargó de desmentir a lo largo de una carrera llena de luces y de sombras, muchas luces y muchas sombras.
“Cuauhtémoc Blanco representa los valores, acaso en extinción, de la picardía en la cancha. Su cuerpo desafía al del atleta común. Camina como un pato y carece de cuello. Pero el fútbol es democrático en cuestiones físicas y Blanco anota goles con la joroba. Durante unos 17 años ha sido el gran referente del fútbol nacional”, escribió Juan Villoro en 2010.
“Ante Francia, ejecutó un penalti de museo y se convirtió en el único mexicano que ha anotado en tres Mundiales. Hubiera anotado en cuatro, pero La Volpe, entrenador dogmático que odia el asombro, lo dejó fuera de Alemania 2006.
Cuauhtémoc lleva el nombre del último emperador azteca, a quien Cortés quemó los pies para que revelara dónde estaba su tesoro. A sus 37 años, el rey viejo de nuestra selección tiene pulmones para jugar veinte minutos y corre como si hubiera sufrido el calvario de su tocayo. Pero sabe dónde está el tesoro”, afirmó el autor de Dios es redondo y el reciente Balón dividido.
¡ARRIBA MI JOROBADÍN!
Si Pelé es el rey, Maradona es Dios, ¿qué queda para el crack mexicano criado en el barrio bravo de Tepito, habilidoso, polémico, imaginativo, tenaz y, sobre todo, emblemático?
“¡Arriba mi jorobadín!” escribe con ternura una internauta cuando en un foro se afirma que el “Cuau” es el padre de los dos. Hay incluso camisetas con esa leyenda, lo que comprueba lo mucho que está metido en el corazón de los aficionados este delantero amante de las mujeres y muy apegado a sus costumbres, tanto como para haber fracasado rotundamente en Europa.
El crack que lloraba de nostalgia por México en los vestuarios del español Valladolid, el equipo europeo del que regresó más temprano que tarde después de jugar apenas dos temporadas, con una grave lesión que lo mantuvo inactivo durante seis meses en el medio, es titular en el amistoso de la selección mexicana contra Israel.
El experimentado delantero, quien participó en los mundiales de Francia ’98, Corea-Japón 2002 y Sudáfrica 2010, se pondrá otra vez la camiseta verde y jugará 20 minutos que resultarán sin duda históricos en el año en el que busca retirarse por todo lo alto, estrenando su titularidad en el Puebla.
Se trata de un más que merecido homenaje que tanto el entrenador Miguel “Piojo” Herrera como la Federación Mexicana de Futbol han decidido realizarle al crack, un acontecimiento que para nada le resta seriedad al encuentro del Tri con Israel, según aseguró el propio comandante del seleccionado mayor.
“No se va a perder la esencia porque hay que recordar que Cuauhtémoc va a estar registrado en Primera División y hoy lo vimos 30 minutos de actividad”, dijo el técnico.
Agradecido, Blanco dijo que iba a divertirse y a tratar de dar diversión en su homenaje, ante el que se mostró muy complacido.
LA PRIMERA CATEGORÍA
A sus 41 años y después de 22 de trayectoria en diversas canchas de México y del mundo, Blanco volvió por primera vez en seis años a la máxima categoría, donde podrá desempolvar su famosa “cuauhteminha”, la jugada a la que dio nombre en lo mejor de su carrera.
“Si tienes la mentalidad y las ganas de seguir trabajando, hazlo”, dijo Blanco durante su presentación como nuevo miembro del Puebla, después de jugar las últimas temporadas en Liga de Ascenso.
“Mi mentalidad es seguir cosechando triunfos”, agregó el volante, cuyo último equipo fue el Lobos de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), de la segunda división.
Blanco está de vuelta en la máxima categoría después de jugar brevemente en 2008 con Santos Laguna y de pasar buenos momentos en la liga estadounidense con Chicago Fire, así como en la segunda división local con Irapuato, Dorados de Sinaloa, con el que fue campeón en 2012, y Lobos de la BUAP.
El carismático profesional vuelve a las canchas porque quiere sacarse una “espinita clavada” y cerrar con broche de oro su brillante carrera en la máxima categoría.
“Simplemente voy a trabajar, a tratar de ganarme un puesto titular, a romperme el alma dentro del campo”, añadió el “Diez” del Puebla, que suele celebrar sus goles con los pies en cuclillas y ambos brazos extendidos apuntando al cielo.
El regreso de “Quauh” llega en un momento vital para las aspiraciones del cuadro de “La Franja”, que lucha por evitar el descenso y porque traerá una “mentalidad ganadora”.
Mientras tanto, hoy en el partido frente a Israel, será el estandarte del TRI en una oportunidad inmejorable para que la afición honre su paso por las canchas, porque como él no habrá ninguno.
Con información de dpa
