Ex jefe del Ejército en Chile dice que se puede hacer algo más en pactos de silencios

28/07/2015 - 8:15 pm

Santiago de Chile, 28 jul (EFE).- El ex comandante en jefe del Ejército de Chile, Juan Emilio Cheyre señaló hoy que “siempre hay posibilidades de hacer algo más” en los pactos de silencio de las Fuerzas Armadas y obtener información sobre las violaciones a los derechos humanos al referirse al llamado caso quemados.

Cheyre hacía alusión al pacto de silencio roto hace unos días por un exrecluta que permitió la detención de doce ex militares que participaron en julio de 1986 en el ataque sufrido por Rodrigo Rojas y Carmen Gloria Quintana, a quienes detuvieron, rociaron con gasolina y prendieron fuego durante una protesta contra el régimen de Augusto Pinochet.

Cheyre, que actualmente es miembro del consejo directivo del Servicio Electoral dijo a los periodistas que durante su jefatura en el Ejército, “todos los llamados que me correspondieron hacer ustedes los conocen, están explicitados, hace 10 años yo entregué el mando del Ejército”.

“Durante los cuatro años que ejercí el mando, ustedes conocieron las sucesivas acciones en que busqué justamente condolerme, reconocer el nunca más, asumir la responsabilidad institucional, llamar a entregar información”, añadió.

Reiteró que “los temas del Ejército corresponden al Ejército, mi aporte y mi responsabilidad hace 10 años las cumplí y están en conocimiento de la opinión pública”.

El caso quemados se reabrió hace unos días tras el testimonio de Fernando Guzmán, un ex recluta, quien rompió un pacto de silencio existente entre los involucrados, quien señaló a Julio Castañer como el autor material de los delitos, que entre insultos ordenó rociar a los jóvenes con gasolina y después inició su combustión con un encendedor.

La versión de Guzmán fue corroborada la noche del pasado domingo por Pedro Franco Rivas, otro integrante de la patrulla, quien señaló también a Castañer como autor material de la agresión a los jóvenes.

Los jóvenes luego de ser quemados en la calle, fueron llevados por los militares hasta un camino rural en las afueras de Santiago y arrojados a una zanja, de la que pese a sus heridas lograron salir algunas horas después y pedir ayuda, sin embargo, Rojas murió 96 horas después.

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