Los primeros diez países con mayor número de presos (incluyendo procesados y sentenciados) son Estados Unidos, China, Rusia, Brasil, India, Irán, México, Tailandia, Sudáfrica y Ucrania, en ese orden. Como se puede observar, México ocupa el séptimo lugar a nivel mundial, pero comparar de tal forma sería incorrecto pues dichas cifras no toman en cuenta la población total de habitantes de cada país.
Para poder hacer una comparación real, lo más adecuado es utilizar la tasa de encarcelamiento; es decir, cuantas personas en prisión existen por cada 100 mil habitantes.
Si se hace de esta forma, México ocupa el lugar número 65, ya que cuenta con una tasa de encarcelamiento de 206 reos por cada 100 mil habitantes. Estados Unidos, en cualquiera de las dos formas de medir la población penitenciaria, es el país que cuenta con la mayor población total de presos (2,226,832) y con la mayor tasa de encarcelamiento (730 reos por cada 100 mil habitantes).
Fuente: International Centre for Prision Studies (King´s College).
¿Qué quiere decir esto? ¿Quiere decir que Estados Unidos ejerce mayor justicia que los otros países? ¿O que en México se cometen menos delitos que en EUA?
Evidentemente la respuesta es NO. Sería simplista pensar que la única variable que interfiere en el número de población penitenciaria sea la comisión de delitos o la respuesta del Estado ante ellos, por el contrario, puede estar relacionada a un sinfín de variables como las que se presentan a continuación:
1.- El número de presos puede aumentar o disminuir con una mayor o menor impunidad; por ejemplo, en México únicamente se castigan 2% de los delitos cometidos, ya que los mecanismos de control están debilitados por corrupción, sobrecarga de trabajo en los juzgados, vicios por parte del personal, etc.
2.- Mayor número de delitos castigados con pena privativa de libertad: si un país criminaliza más acciones u omisiones y las castiga con prisión, la tasa de encarcelamiento podría verse aumentada, la inflación penal es uno de los puntos determinantes que influyen en la población penitenciaria.
3.- Eficacia del control formal (penal): en el Distrito Federal para capturar 100 delincuentes en un año se requiere de 1,295 policías, cifra que provoca risa y llanto; por el contrario en Washington son necesarios 14 policías. La respuesta institucional puede ser determinante en el número de presos pues será imposible encarcelar a un presunto delincuente si el trabajo del poder judicial está debilitado.
4.- Las denuncias victimales ocupan un lugar importante dentro de las estadísticas, ya que en muchas ocasiones las víctimas prefieren omitir su denuncia.
México tiene 238,000 personas en situación de cárcel, es decir por cada 100 mil habitantes, tenemos 206 reos. Pero ¿cuáles de las variables anteriores han provocado que nuestra población penitenciaria ascienda al lugar séptimo de la lista negra?
En lo personal creo que el problema central en México ha sido la inflación penal anterior a la reforma penal de 2008, ya que hubo múltiples cambios legislativos que encontraron en la pena privativa de libertad la única solución.
De igual forma la política criminológica actual, en especial la lucha contra el narcotráfico, ha criminalizado conductas que deberían tener soluciones desde la salud, en lugar de ser absorbidas por lo penal.
Espero que con la plena implementación del nuevo sistema de justicia penal en todos los estados de la República Mexicana, se perciba un descenso notable en la tasa de encarcelamiento de nuestro país y que los medios alternativos de solución de conflictos ocupen un lugar primordial la justicia mexicana.
Twitter: @criminologiamex
