Ciudad de México, 28 de noviembre (SinEmbargo).- Los comportamientos homosexuales podrían haber evolucionado para promover los vínculos sociales entre humanos, de acuerdo con un nuevo estudio de la Universidad de Porstmouth, en Reino Unido.
Los resultados de esta investigación preliminar apuntan a la progesterona, hormona involucrada en la formación de lazos sociales como los de la amistad cercana, como la responsable de que exista una tendencia mayor a involucrarse sexual y afectivamente con personas del mismo género, aun en sujetos que se definen como heterosexuales.
“Desde una perspectiva evolucionista, tendemos a pensar que el comportamiento sexual es un medio que tiene como fin la reproducción. Sin embargo, debido a que la conducta sexual es íntima y placentera, y que también se usa en muchas especies, incluyendo primates no humanos, para ayudar a formar y mantener vínculos sociales. Todos podemos ver esto en parejas románticas que tienen lazos con un comportamiento sexual, incluso cuando la reproducción no es posible”, dijo la experta en una nota de prensa de la Universidad.
La Dra. Diana Fleishman y su equipo pusieron en línea una encuesta en la que midieron la motivación homoerótica de 244 participantes, con cuestionamientos como “la idea de besar a una persona de mi mismo sexo me excita sexualmente” o “Si alguien del mismo sexo se me insinuara, me disgustaría”.
Posteriormente analizaron los niveles de progesterona en la saliva de 92 mujeres, en donde notaron que entre más altos eran, incrementaba también la apertura a involucrarse en actividad homosexual.
En un segundo estudio, los investigadores midieron la progesterona en 59 hombres, antes de que fueran distribuidos en tres grupos que tenían que completar un juego de palabras. Al primer conjunto se le asignaron palabras relacionadas con la amistad, al otro de índole sexual, y al tercero, términos neutros.
Las conclusiones mostraron que los hombres que completaron el rompecabezas de palabras relacionadas con la amistad, tenían un 26 por ciento mayor motivación homoerótica que los sujetos en los otros dos grupos y sus niveles de progesterona eran igualmente mayores.
Fleischman, estudiosa de la influencia que las hormonas tienen en la psicología de las mujeres, lleva un tiempo analizando el rol que la progesterona y sus efectos para formar vínculos tienen sobre las relaciones, y con este nuevo trabajo sugiere que la homosexualidad podría ser el resultado evolutivo de la necesidad de los seres humanos por crear lazos sociales.
La investigación, publicada en la revista Archives of Sexual Behavior, concluyó entonces que las mujeres con niveles más altos de esta hormona en su organismo son más propensas a abrirse a la idea de involucrarse sexualmente con otra fémina.
Mientras que en el caso de los hombre heterosexuales, cuando se les “recuerda” la importancia de tener amigos y aliadas, se muestran más positivos ante tener un comportamiento de índole sexual con una persona de su mismo sexo, lo cual aumenta de manera importante cuando se registran también alta presencia de progesterona, hormona que se produce en los ovarios, en el caso de las mujeres, y en las glándulas suprarrenales, en los chicos.
“Los resultados de nuestro estudio son convincentes porque el uso de dos métodos muy diferentes, llegaron a la misma conclusión. Las mujeres tenían más probabilidades de ser motivados a pensar en el sexo homosexual cuando sus niveles de progesterona fueron mayores. Y en comparación con un grupo control, la motivación homoerótica de los hombres no se incrementó al sugerirles situaciones sexuales, pero hacerlos pensar en la amistad y la unión causó un cambio en su actitud ante la idea de tener relaciones sexuales con otros hombres “.
“Los seres humanos son parte de un grupo de animales que tienen relaciones sexuales por muchas razones, no sólo para reproducirse. Las razones pueden incluir el placer, una recompensa, una manera de decir ‘por favor sea amable conmigo’ o ejercer dominio. Es muy complejo, pero está claro que hay una continuidad entre el afecto y la sexualidad y la sexualidad es la fluidez, es decir, la capacidad de participar sexualmente con los de su mismo sexo o del sexo opuesto es común. En los seres humanos, mucho, si no mucha de la conducta sexual entre personas del mismo sexo ocurre en aquellos que no se identifican como homosexuales “, finaliza la experta.
