COLUMNISTA INVITADO | Hace unos meses, sobre Bob Dylan, por Pipo Lernoud

29/04/2017 - 12:03 am

Poesía es o que está en la calle y las canciones de Bob Dylan son como las sagas germánicas e islandesas que fascinaban a Borges. Nunca está de más honrar al Premio Nobel 2016.

A las seis de la mañana, con insomnio, viendo en Youtube la actuación de Dylan en el desierto del Festival de Coachella después de que se anunciara su premio Nobel.

El gran poeta que celebra la academia sueca, murmurando letras apenas discernibles por su dicción gangosa, pero que miles de bocas repiten de memoria, sin perder ninguno de sus giros complejos, sus remates sorprendentes, su descripción colorida de un mundo que se ha vuelto un gran circo.

Me pregunto entre sueños: ¿qué es la literatura? “Es la escritura que posee mérito literario y que privilegia la literalidad en oposición al lenguaje ordinario”, según Wikipedia. Para la Real Academia Española “es una actividad de raíz artística que aprovecha como vía de expresión el lenguaje”.

Si hay alguien que ha usado lenguaje como “vía de expresión con mérito literario”, ese es Bob Dylan, que desde que comenzó a componer sus propias canciones a los veinte años, ha mostrado una asombrosa originalidad en el uso del habla popular para describir estados profundos del ser humano

Hace cincuenta años los intelectuales perdieron el tren del rock y la cultura popular y lo siguen perdiendo cada vez que eligen la academia en vez de la calle. Lo dije en ese momento (en 1966, ver mi libro Yo no estoy aquí) y lo repito ahora, que la necedad se renueva frente al Nobel de Dylan, el poeta más grande de estos años.

Volveremos a discutir si la canción es un arte menor o mayor, cuando es sabido que toda la literatura proviene de la canción y durante miles de años esa fue la única forma de recordar las historias y los poemas.

Las canciones de Dylan son como las sagas germánicas e islandesas que fascinaban a Jorge Luis Borges. Son como Homero o el Majabhárata. Son como el Martín Fierro y El Payador Perseguido. Son como el Guernica, El jardín de las delicias o las conmovedoras escenas de la Cueva de Altamira. Grandes paneles en los que se desenvuelve el drama humano con su increíble diversidad emocional, sus éxtasis y sus traiciones, sus heroísmos y sus bajezas. Pantallazos del mundo real vistos por un ojo clínico que siempre elige la crudeza y la sinceridad y encuentra las palabras precisas para pintarlo.

Todos los analistas del arte festejan cuando la pintura sale del caballete y la ópera de los salones elitistas; todos sueñan con volver a unir el arte con la vida, sacar la poesía de los asfixiantes cenáculos y devolverla a la calle. Dylan lo hizo hace cincuenta años y vuelve a hacerlo ahora, describiendo su visión de un mundo corrompido y frustrante y cronicando su propia decadencia física mientras va, “camino abajo, hacia la oscuridad”.

Y, para que se relajen los enemigos de la canción como arte: Dylan ya casi no canta, recita sus largos poemas mascullando una melodía irreconocible acompañado por músicos delicados que hubieran sido la envidia de los poetas griegos con sus desafinados laúdes.

Pipo Lernoud, poeta y campesino. Foto: Facebook

¿Quién es Pipo Lernoud? (Buenos Aires, 1946) es poeta, periodista y compositor. Ideólogo del rock argentino, entre 1966 y 1969 escribió algunas canciones emblemáticas junto a Miguel Abuelo, Moris y Tanguito. En 1976 fundó y dirigió, con Jorge Pistocchi, la revista Expreso Imaginario y, a comienzos de los ochenta, hizo lo propio con Canta Rock. Organizó la exposición Enciclopedia Rock Nacional 30 años y, hacia 2003, cofundó y codirigió la revista La Mano. En el 2006 publicó su antología de poemas Sin tiempo, sin memoria y, desde entonces; volvió a componer con músicos como Ariel Minimal, Pablo Dacal, Los Pakidermos, Esquizodelia y Claudio Kleiman. Desde el regreso de la democracia, dedicó buena parte de su tiempo a la agricultura ecológica: con su granja de Ranchos, con su emprendimiento familiar El Rincón Orgánico o como vicepresidente de la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM).

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