Por Almudena de Cabo
Dresde (Alemania), 29 may (dpa) – La acuciante crisis griega eclipsó al resto de temas tratados en la cumbre de dos días de los ministros de Finanzas del G7 en Dresde, muy a pesar de Alemania, el país anfitrión, que insistió en que apenas se trató el tema y quiso centrar la atención en el crecimiento sostenible sin endeudamiento.
Oficial o no, la necesidad de que el gobierno heleno alcance un acuerdo con los acreedores internacionales es cada vez más apremiante. El tiempo corre y el 5 junio las vacías arcas helenas deben devolver al Fondo Monetario Internacional (FMI) 300 millones de euros, a los que se suman otros pagos hasta un total de cerca de mil 550 millones de euros.
Las informaciones cruzadas entre representantes del gobierno heleno, que apuntan a un principio de acuerdo inminente, y los acreedores internacionales encabezados por el FMI, que insisten en que aún queda mucho trabajo por hacer, no ha hecho si no elevar la incertidumbre en torno a la difícil situación del país mediterráneo.
El Ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, aseguró hoy no compartir el optimismo griego. “Las noticias positivas procedentes de Atenas no reflejan el estado de las conversaciones del gobierno en Atenas con los acreedores”, aseguró acompañado del presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, tras la finalización de la reunión del G7 en Dresde.
Las tensiones con Grecia llevaron incluso al Secretario de Finanzas de Estados Unidos, Jack Lew, a volver a recordar a los implicados en las negociaciones la necesidad de llevar a cabo un acercamiento “constructivo y pragmático” con el gobierno heleno, que “debe implementar las reformas”, al mismo tiempo que pidió “algo de flexibilidad” por parte de las instituciones (FMI, Banco Central Europeo y Comisión Europea).
Lew afirmó en la rueda de prensa de cierre de la cumbre de dos días que si bien Grecia debe mostrar “claramente” que da pasos, existe una “gran incertidumbre” sobre las consecuencias que podría acarrear un fracaso de las negociaciones.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, canceló en último momento la comparecencia ante los medios de comunicación reunidos en la capital sajona, que esperaban recibir alguna novedad sobre el estado real de las negociaciones.
Sin embargo, en una entrevista con el diario alemán “Frankfurter Allgemeine Zeitung”, explicó que aunque los europeos quieren que Grecia siga en el euro la salida del país mediterráneo es una “posibilidad”.
Alemania intentó en todo momento centrar la atención en el crecimiento económico sostenible de cara al futuro, sustentado en reformas estructurales y no en nuevas deudas. “El crecimiento sostenible -y en ello estamos todos de acuerdo- reclama unas finanzas públicas sólidas”, explicó Schäuble, máximo defensor de la política de austeridad.
“Todos destacaron la gran importancia de las reformas estructurales”, declaró sobre una postura que calificó de “un gran éxito”. “En este punto no hubo disparidad de opiniones alguna”, apuntó al mismo tiempo que reclamó que sean “ambiciosas” y se emprendan enseguida.
Alemania lleva años recibiendo críticas por sus bajas inversiones y por su política de ahorro. Lew reclamó de nuevo en esta cumbre la necesidad de que los países con una marcada balanza comercial a su favor -entre los que se encuentra Alemania- hagan más a favor de la demanda interna.
“Unas finanzas sólidas y un crecimiento sostenible no son una contradicción”, explicó por su parte el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann.
Junto con el “intenso” debate sobre cómo lograr un crecimiento económico sostenible, en la reunión ministerial del G7 -formado por Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Canadá, Estados Unidos y Japón- se habló también sobre cómo mejorar la lucha contra los trucos fiscales de las grandes empresas internacionales.
El G7 indicó que se trata de implementar también antes de finales de año las medidas incluidas en el acuerdo contra la evasión fiscal (BEPS, por sus siglas en inglés). “Estuvimos completamente de acuerdo en que debemos implementar lo que acordamos”.
Schäuble indicó que debatieron sobre la importancia de encontrar un mecanismo que solucione las disputas entre países. “Son necesarias también las redes internacionales”, apuntó como base para el intercambio de información. Asimismo, destacó su compromiso de ayudar a los países en desarrollo para que mejoren su sistema de recaudación fiscal.
Otro de los grandes temas fue cómo combatir las vías de financiación del terrorismo internacional y hacer posible, entre otras cosas, que los países puedan congelar rápidamente los activos y lograr una mayor transparencia en las transacciones internacionales, indicó Schäuble.
El Ministro alemán informó también durante su comparecencia final de que aunque existen “diferentes posiciones” dentro del G7 respecto al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura impulsado por China (AIIB) se debería evitar el conflicto. “Todos están de acuerdo en que el banco cubre una necesidad que ninguna institución cubría hasta ahora”.
La cumbre, considerada por la delegación alemana como una “lluvia de ideas, es la antesala a la reunión de líderes del G7 que se celebrará el próximo 7 y 8 de junio en el castillo de Elmau, en Baviera, en el sur de Alemania.
