Ciudad de México, 29 de julio (SinEmbargo).– Durante los últimos 20 años, Petróleos Mexicanos (Pemex) invirtió en promedio solo 9.6 dólares de cada 100 en promedio, debido a la intensa carga fiscal que pesa sobre la paraestatal, explicó Carlos Huerta, asesor de Economía Política y la Energía en el Consejo de Administración.

En medio de la discusión de una Reforma Energética para el país, en donde la tensión entre los partidos políticos está centrada en la apertura o no de Pemex a capital privado a través de la modificación de la Carta Magna, y en la víspera de conocer oficialmente la propuesta del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, los números indican que el régimen fiscal que priva sobre la compañía debe ser uno de los puntos centrales del debate.

Carlos Huerta, un asesor que conoce las entrañas financieras de la paraestatal, explicó que durante los últimos 12 años, Pemex pagó al Estado mexicano siete billones de pesos por concepto de derechos e impuestos.

“El año pasado se tuvieron ventas récord históricas por 1.6 billones de pesos, pero de esta cantidad, pagó 70% en impuestos”, dijo el experto.

Petróleos Mexicanos paga diariamente al Estado 630 millones de pesos y a la semana 4,473 millones de pesos.

“Es imposible un régimen fiscal como el del Pemex, ninguna empresa puede mantenerse bajo este régimen, de ahí que uno de los retos que se deben discutir en la próxima reforma es este tema, además de la autonomía presupuestal, de gestión, la transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción”, señaló.

El experto indicó que la carga fiscal que paga la paraestatal es insostenible y desde el punto de vista económico irracional para una compañía.

“No tiene comparación internacional la loza fiscal que tiene Pemex. Algunos dirán, es una empresa nacional, petrolera, tiene que contribuir, sí, pero comparémosla con otras empresas. Si hiciéramos el cálculo de la carga fiscal de los últimos diez años con respecto a utilidades, es de más de 100%, pero lo dejamos respecto a las ventas. Si Pemex hubiera adoptado el régimen fiscal de Petrobras, por ejemplo, hubiera pagado el año pasado sólo 300 mil millones de pesos, no los 900 mil millones que pagó”, dijo.

Debido a esta carga fiscal, la paraestatal está en números rojos, de ahí que carezca de recursos para invertir.

“Esto ha llevado a un problema severo de inversión. El problema de Pemex es de inversión”, detalló.

Aunque la inversión de la paraestatal entre 2007 y 2012 fue una de las más altas en los últimos años (13.2 dólares por cada 100), el promedio en dos décadas no supera los 10 dólares, mientras que la petrolera Petróleo Brasileiro (Petrobras), invierte 33 dólares de cada 100.

“Otra vez, es un problema de inversión. Pemex no cuenta con la autonomía presupuestal suficiente para cumplir con su objeto, garantizar la seguridad energética del país y proveer de los energéticos a un precio razonable y calidad accesible. Su objeto no debe ser subsanar los recursos de las finanzas públicas”, detalló.

Francisco Lelo de Larrea, director de Investigación Económica del Centro de Estudios del Sector Privado, coincidió con Huerta en cuanto a la cantidad que paga la petrolera en impuestos.

Añadió que México debe realizar una reforma profunda del gasto, al mismo tiempo que eficiente al operador Pemex.

“El gobierno en representación de nosotros adquiere la renta, pero no está dando los resultados. Hay que evaluar lo que ha hecho el estado mexicano con los ingresos, los ingresos tributarios se quedaron igual en los últimos años y el gasto se cubrió con la renta petrolera y con deuda”, subrayó

APERTURA A LA INVERSIÓN PRIVADA

El tema de la inversión es uno de los principales planteamientos que los distintos líderes de los partidos políticos han puesto sobre la mesa.

De acuerdo con Alejandro Faya, maestro en Derecho y en Políticas Públicas, es posible abrir a la Iniciativa Privada (IP) a la paraestatal sin realizar reformas constitucionales a los artículos 25, 27 y 28.

“Depende del alcance que se le quiere dar a la reforma. Hay espacio para flexibilizar al sector sin modificar la Constitución. El monopolio de la industria petrolera se expandió a través de legislación secundaria. Sí hay margen de maniobra”, explicó

El también asesor en regulación dejó claro que si la reforma que se plantea es de mayor impacto, donde el gobierno busque insertar a los capitales privados dentro del segmento exploración y explotación de gas y petróleo, se tendrá que modificar la Carta Magna.

“Se tiene que modificar porque la Constitución claramente establece que es un área estratégica para el Estado Mexicano. Dependiendo de lo que se pretenda lograr, habría la necesidad o no”, dijo.

Alejandro Faya subrayó que actualmente el régimen de Pemex, es uno de los más estrictos del mundo y que en medida de que se flexibilice y permita la co-participación de operadores privados, habrá más inversiones y ampliación de las capacidades productivas, sin necesariamente debilitar al operador.

“Cualquier flexibilización del régimen debe ir acompañado de un fortalecimiento del marco institucional. Las instancias reguladoras contar con un rol más protagónico para supervisar las operaciones que lleven a cabo los privados. Con esto se dará una mayor participación de capitales, romper un poco el monopolio y permitir la competencia en ciertos segmentos de la industria petrolera”, finalizó.

Antes de la Reforma Energética de 2008, donde se realzaron una serie de reformas que permitieron a la paraestatal otorgar contratos a empresas privadas para exploración y detección de mantos petroleros a través de licitación pública, así como para la distribución de gasolinas, la renta petrolera para el Estado era de 100%, hoy ronda en 80 por ciento.

En la reforma de hace cinco años se reformaron y adicionaron diversas disposiciones de la Ley Reglamentaria del artículo 27 Constitucional en el Ramo del Petróleo y se expidió una Ley de Petróleos Mexicanos, entre otras.