Ciudad de México, 29 de agosto (SinEmbargo).- A dos días de que el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, presente su Segundo Informe de Gobierno, la ciudadanía le reclama que no haya cumplido con su promesa de mejorar la economía y la mayoría se muestra escéptica e indiferente ante los anuncios que pudiera hacer el próximo lunes.

El diario londinense The Financial Times entrevistó a ciudadanos en las calles, quienes afirmaron que desde la llegada de Peña Nieto al poder sus ventas han venido a la baja, sus negocios han tenido que hacer ajustes y que ahora no van a creer en las promesas del gobierno, hasta que no vean los resultados.

Cita la encuesta publicada esta semana por el Pew Research Center, en la que concluye que seis de cada 10 mexicanos está en desacuerdo con la propuesta económica implementada por el gobierno federal.

De acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en los primeros meses del año la economía creció casi la mitad que el año pasado (1.04 por ciento en el segundo trimestre contra 1.1 por ciento del mismo periodo de 2013); sin embargo, hay señales recientes de mejoría por lo que la cifra final de crecimiento para el 2014 hasta se mantiene en 2.7 por ciento.

“En todo caso, más que la cifra misma, la clave reside en las expectativas de la población, mismas que son un factor crucial en términos electorales en anticipación a las elecciones intermedias del año próximo”, anticipa un análisis del El Centro de Investigación para el Desarrollo A.C. (CIDAC) .

El CIDAC confirma que “que la imagen de Enrique Peña Nieto al frente de Los Pinos continúa su deterioro”.

LA ECONOMÍA ES “TERRIBLE”

Antonio Meráz, propietario de una tienda para fiestas de 15 años, aseguró al rotativo que este año sólo vende tres vestidos al mes, cuando hace un año vendía el doble.

“La economía es terrible. Mis ventas han bajado 40 por ciento desde que Peña Nieto asumió el cargo [en diciembre de 2012]. La gente está gastando menos. He bajado mis precios, pero pues eso tampoco es bueno “, señaló el señor Meraz. “No sé si las cosas van a salir mejor con todas estas reformas – algunos dicen que sí, otros dicen que no. Sólo tenemos que esperar “, afirmó.

El diario especializada en finanzas destaca que aunque la economía ha cobrado nuevos bríos en el segundo trimestre de este año, “los mexicanos consideran que la ‘oscuridad’ de su país contrasta agudamente con su nuevo y brillante imagen en el exterior”.

Señala que los mexicanos atraviesan por un episodio de “pesimismo profundo” porque a la difícil situación económica se suman una serie de problemas no resueltos desde la administración del anterior Presidente Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012): la inseguridad, el crimen organizado y la corrupción política.

“Estoy de acuerdo con la Reforma Energética”, dijo a la publicación un ciudadano identificado como Francisco, un agente inmobiliario de 65 años de edad, que sólo dio su primer nombre debido a temores de seguridad. “Pero vamos a ver si se implementa y no sólo significa los contratos privados y los beneficios para los políticos”.

“A pesar de que México ha construido prósperas industrias en los sectores automotriz y aeroespacial que son de más alta tecnología que la tradicional maquila, muchos mexicanos tienen arraigado el pensamiento de que la inversión extranjera en la energía no va a hacer nada más que explotar la riqueza petrolera y sacar las ganancias del país”, asegura el diario.

Integrantes del gobierno reconocieron en privado a la publicación que para tratar de convencer a la población ha sido necesario lanzar una serie de anuncios televisivos protagonizados por mexicanos optimista hablando sobre el empleo y el crecimiento por delante, en un intento por moderar la demanda de resultados inmediatos.

El 27 de agosto, Fundar, Centro de Análisis e Investigación y un grupo de 12 ciudadanos interpusieron un amparo en contra de la promoción personalizada que realiza el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, en el marco del Segundo Informe de Gobierno.

La organización civil destacó en un comunicado que “la promoción personalizada está prohibida por la Constitución en el Artículo 134, pero la ausencia de regulación permite abusos”.

Por esa razón hizo un llamado a los gobernadores y funcionarios públicos a firmar una carta compromiso en la que acuerden no recurrir a esta práctica, además de que interpusieron el recurso legal para pedir la suspensión de la publicidad con promoción personalizada del Presidente Peña Nieto por ser “violatoria del derecho a la información, además de ser una práctica que vulnera la calidad del debate democrático”.

¿QUIÉN LE CREE A LAS ENCUESTAS?

“No vamos a creerlo hasta que lo vemos”, dijo al FT Guadalupe Parra, un tendero. “No soy optimista porque siempre están prometiendo cosas – como reducir las facturas de electricidad.”

Ayer, el titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Miguel Ángel Osorio Chong, afirmó que el Jefe del Ejecutivo federal no trabaja con encuestas en mano, ni en función de crisis de popularidad, sino por el bien y la transformación del país.

“Es un Presidente que no trabaja encuestas en mano. Un Presidente que no toma decisiones viendo índices de popularidad. Un Presidente no hace valoraciones políticas para la toma de decisiones que tienen como efecto la mejoría de las condiciones de las familias mexicanas”, dijo.

Osorio Chong destacó la actitud del Presidente, “quien no gobierna buscando la popularidad sino resultados”.

El análisis del CIDAC, titulado “La desaprobación presidencial: ¿incomoda al gobierno?”, destaca que más que revisar los resultados acerca de la popularidad de las reformas, es importante poner atención en cuáles son los asuntos que la población percibe como problemas prioritarios a resolver.

De acuerdo con los sondeos, el desempleo y el precario crecimiento económico han desplazado a la inseguridad como los asuntos más urgentes a aliviar. “Pese a lo que el gobierno federal quiere vender, no se ha comenzado a sentir ningún efecto positivo de su política más perniciosa: la miscelánea fiscal para 2014. Dicho paquete impositivo, ofrecido como una ‘Reforma Social y Hacendaria (premisa bajo la cual, por cierto, se obtuvo el respaldo del PRD para su aprobación), prometía mayor recaudación –algo que sí se ha cumplido—, además de un gasto público más eficiente en la promoción del desarrollo”, menciona.

Sin embargo, destaca que aun con un incipiente repunte del consumo interno, la gente está inconforme por el alza de impuestos, hay fuertes contrastes entre salarios, el desempleo aumenta y la inseguridad continúa (aunque no parezca preocupar en las encuestas).

Deja en claro que aunque para el gobierno, los índices de popularidad pudieran ser no tan relevantes como sí lo es saber cuáles son las principales preocupaciones de los potenciales votantes, “lo inquietante es que la autoridad federal, al identificar a la economía como el tema a atender, caiga en la tentación de fortalecer el asistencialismo ramplón y el ejercicio ineficiente del gasto público. Esto acarreará bienestar de cortísimo plazo a los sectores de mayor pobreza, pero terminará por sepultar todavía más sus posibilidades de desarrollo en el mediano plazo”.