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Greenpeace

29/08/2016 - 12:03 am

El consumo es un acto político

México debe sumarse a la lista de más de 60 países, como China y la Unión Europea, que garantizan el acceso a la información con etiquetado de transgénicos, para ejercer una libre elección de nuestros alimentos.

México debe sumarse a la lista de más de 60 países, como China y la Unión Europea, que garantizan el acceso a la información con etiquetado de transgénicos, para ejercer una libre elección de nuestros alimentos. Foto: Cuartoscuro.
México debe sumarse a la lista de más de 60 países, como China y la Unión Europea, que garantizan el acceso a la información con etiquetado de transgénicos, para ejercer una libre elección de nuestros alimentos. Foto: Cuartoscuro.

Por Sandra Laso*

Cada peso que gastamos es parte de ganancias millonarias de quienes hacen los productos que encontramos en la tiendita, esos pesos son también nuestra voz, al menos la que van a escuchar más fuerte las grandes marcas para decidir qué productos y servicios nos van a ofrecer, o en otras palabras, vamos a comprar.

Por ello, hoy queremos invitarte a pensar en el consumo, en tu consumo, como un acto político. Cada vez que decides comprar un producto, estás apoyando e invirtiendo en todo el modelo de producción que hay detrás de ese alimento. Si compras comida chatarra, votas de alguna forma por más alimentos chatarra, por la obesidad, etcétera; por el contrario, si compras un alimento ecológico, entonces votas por más alimentos sanos para las y los mexicanos, por el cuidado del medio ambiente y el comercio justo.

Sin embargo, sabemos que esto no es fácil de saber. La regulación en México no obliga a las empresas a decirnos cómo producen los alimentos, si usan transgénicos que no han demostrado ser seguros, si explotan a quienes trabajan en la cadena de producción, o si usan ingredientes que provienen de otros países. Las políticas gubernamentales tampoco promueven la producción ecológica u orgánica, al contrario, para acceder a certificaciones de este tipo es altamente costoso y con una lista larguísima de requisitos.

Esto a pesar de que quienes consumimos tenemos derecho a saber qué hay detrás de nuestros alimentos. Por ejemplo, de acuerdo con la encuesta Percepciones y actitudes de la población urbana mexicana sobre la producción y consumo de los organismos genéticamente modificados, el 90 por ciento de los mexicanos prefiere que se usen etiquetas para informar a los consumidores cuando un alimento es transgénico, independientemente de que su opinión sea a favor o en contra de esa tecnología[1].

México debe sumarse a la lista de más de 60 países, como China y la Unión Europea, que garantizan el acceso a la información con etiquetado de transgénicos, para ejercer una libre elección de nuestros alimentos.

Ante estos vacíos en la regulación mexicana, y la falta de transparencia, Greenpeace inició un ejercicio ciudadano en 2005 con la elaboración de la primer Guía de Consumo Responsable y Sin Transgénicos. Más de 10 años después, la legislación sigue sin garantizar el acceso a la información sobre los productos que nos ofrecen grandes marcas de alimentos.

Es por ello, que nos hemos dado a la tarea de actualizar y publicar la 6ª versión de la Guía de Consumo Responsable y Sin Transgénicos, disponible en www.greenpeace.mx/guiasintrangenicos, para la que consultamos a cerca de 200 empresas que venden alimentos en México, sobre el uso de materia prima proveniente de 4 cultivos (maíz, soya, canola y algodón) genéticamente modificados en sus productos.

Tras recibir la respuesta de las empresas, incluyendo pruebas de laboratorio o certificaciones orgánicas, las clasificamos en tres secciones: La verde para indicar todos aquellos productos libres de transgénicos, la morada para los que no garantizan que sus productos no contengan transgénicos y la naranja para los que están en transición para ser libres de OGM.

En relación a la versión anterior de la guía, hubo un aumento de 5 por ciento la oferta de productos libres de transgénicos en los últimos cinco años, con un total de 344 alimentos de consumo común entre las y los mexicanos.

Además de incluir un directorio verde con establecimientos en toda la República Mexicana con alternativas para ser consumidoras y consumidores responsables, que votamos por un modelo de producción ecológico, sano para la gente y el planeta.

 

*Sandra Laso es campañista de Comida Sana, Tierra Sana de Greenpeace México.

FB: Greenpeace México

TW: @greenpeacemx

[1] Percepciones y actitudes de la población urbana mexicana sobre la producción y consumo de los organismos genéticamente modificados. Universidad de Colima. CONACYT. Pág.559. Disponible en: http://www.conacyt.gob.mx/cibiogem/images/cibiogem/Fomento-investigacion/sala-exhibicion.virtual/Informe-Final-Proyecto-Percepciones-y-Actitudes-sobre-OGMs-2015.pdf

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