Author image

Gabriel Sosa Plata

29/08/2017 - 12:00 am

La spotiza del Presidente

El Presidente debe informar a la sociedad y al Congreso sobre el estado de su gobierno. Es una obligación. La ley también permite que siete días antes y cinco después de su informe anual de labores, los funcionarios pueden incluir su imagen en la propaganda. Esta difusión permite construir o mantener liderazgos políticos. El problema es que para ello se destinan recursos multimillonarios, que no pagan los funcionarios sino la sociedad. Es un gasto de imagen oneroso y que, como se advierte, puede ser tirado a la basura.

El gobierno dispone de cientos de millones de pesos y de los denominados tiempos oficiales en radio y televisión para difundir el informe de gobierno. Foto: Especial.

Una y otra vez las audiencias se exponen a los spots del Presidente Enrique Peña Nieto con motivo de su quinto informe de gobierno. Miles de anuncios en los que se destacan los logros de su administración en el último año y que se replican en las páginas de internet y las redes sociales de las dependencias del gobierno. Sin embargo, aparentemente, no convencen ni convencerán.

Para un mandatario con un porcentaje de aceptación tan bajo, destacar las “buenas noticias” debe ser una proeza. Aunque se trate de logros reales, verificables, las reacciones de rechazo superan, con mucho, a las felicitaciones al líder político. Es comprensible en una sociedad agraviada por los enormes y frecuentes casos de corrupción en el gobierno, así como por la incapacidad de sus funcionarios para frenar la violencia, la delincuencia, la constante violación a los derechos humanos en el país.

Con la fuerza de la repetición, de la aparición constante de un Peña Nieto afable con sus interlocutores, que dialoga con las mexicanas y los mexicanos exitosos o que han sido beneficiarias y beneficiarios de los programas sociales, se busca convencer, demostrar que no todo ha sido tan malo en su gobierno, pero basta ver las respuestas de usuarios en Twitter o Facebook para advertir que se navega a contracorriente. Vaya reto comunicacional.

El gobierno dispone de cientos de millones de pesos y de los denominados tiempos oficiales en radio y televisión para difundir el informe de gobierno. Incluso en esta ocasión se consideraron 10 breves cadenas nacionales, del 25 al 29 de agosto (a las 8:00 y 21:00 horas), para transmitir los spots, junto con la intensa pauta en cada una de las estaciones de radio y televisión, del 25 de agosto al 6 de septiembre. ¿Por qué ahora sí optaron por encadenar a las televisoras y radiodifusoras y antes no? No lo sabemos, pero el impacto podría ser el mismo: el rechazo. Es el efecto boomerang ante un líder político y un gobierno tan cuestionados.

El problema no es comunicacional, sino político. Los guiones redactados para los 18 spots del Presidente, las mexicanas y mexicanos seleccionados para interactuar con el jefe del Ejecutivo, los temas elegidos, la escenografía, el montaje, la iluminación, pueden ser magníficos, pero en tanto prevalezca la escasa determinación para investigar y sancionar -no vayamos más lejos- denuncias como las que se ha hecho al exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, de poco podrán servir para revertir una percepción tan negativa sobre el gobierno en turno.

Si no se dispusiera de estos recursos para la publicidad gubernamental, ¿la imagen presidencial estaría más abajo? Puede ser si se considera que el dinero que fluye constantemente y ahora con motivo del informe presidencial contribuye a que en diversos medios de comunicación se retome la agenda de los temas que interesan al gobierno y se releguen algunos asuntos críticos. Algo positivo podría quedar, sobre todo entre la población que orienta sus percepciones políticas con base en lo que se dice en algunos espacios tradicionales de la radio y la televisión. Recuérdese que sólo el 50 por ciento de los hogares en el país tiene acceso a Internet y por lo tanto se reducen sus posibilidades para consultar otras fuentes de información.

La frase elegida para esta campaña es “Lo bueno cuenta y queremos que siga contando”. Es una expresión de continuidad, de seguimiento a la frase “Lo bueno cuenta y cuenta mucho”, que se utilizó el año pasado y que tuvo una buena recordación e impacto. Si las comparamos, para este año los creativos contratados por Presidencia no quisieron batallar mucho y optaron por lo más conservador. Ninguna frase de rompimiento, de quiebre, con lo hecho hasta ahora.  Para el Presidente y sus mercadólogos, todo sigue viento en popa rumbo al proceso electoral de 2018 o eso quieren hacer creer.

El Presidente debe informar a la sociedad y al Congreso sobre el estado de su gobierno. Es una obligación. La ley también permite que siete días antes y cinco después de su informe anual de labores, los funcionarios pueden incluir su imagen en la propaganda. Esta difusión permite construir o mantener liderazgos políticos. El problema es que para ello se destinan recursos multimillonarios, que no pagan los funcionarios sino la sociedad. Es un gasto de imagen oneroso y que, como se advierte, puede ser tirado a la basura.

Tan sólo el gobierno federal ha destinado casi 24 mil millones de pesos en publicidad gubernamental, de 2013 a 2016, casi 200 por ciento más que lo autorizado por el Congreso de la Unión. Peña Nieto prometió regular la publicidad gubernamental. No lo ha hecho ni lo hará mientras se acercan las elecciones del próximo año. Compromiso incumplido, de lo malo que ha hecho y que seguiremos contando.

RADIO EDUCACIÓN EN FM

El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) tomó una decisión histórica: otorgó una frecuencia en la banda de FM (96.5 MHz) a la legendaria Radio Educación, que opera en la banda de AM (1060 KHz). ¿Por qué se considera como un hecho relevante? Por la oposición que existía en algunos grupos del gobierno y de la industria para ampliar la infraestructura y cobertura de una radiodifusora que se ha caracterizado por su independencia editorial, no obstante que forma parte del gobierno federal (ahora en Secretaría de Cultura).

Para concesionar la frecuencia, el IFT se basó en criterios técnicos, no políticos. Para ello, tuvieron que ocurrir varios sucesos: un acuerdo de transición de emisoras de AM a la banda de FM, la modificación de la norma técnica para que se redujera de 800 a 400 KHz la separación entre emisoras que operan en la banda de FM y la autonomía en la toma de decisiones por parte del IFT. Si el otorgamiento y refrendo de concesiones hubiese permanecido en manos del gobierno federal, es probable que Radio Educación se estancara tecnológicamente en la banda de AM por algunos años o por siempre.

La resolución del IFT establece que Radio Educación deberá migrar hacia la FM y dejar de operar la frecuencia de AM, al año de haber iniciado las transmisiones en combo AM-FM. Pero la radiodifusora podría recuperar su frecuencia de AM si la solicita nuevamente, lo que es muy probable que ocurra. Las emisoras de AM alcanzan una cobertura mucho mayor que las FM. El director general de la estación, Antonio Tenorio, no piensa dejar sin el servicio a muchas poblaciones que rodean a la zona metropolitana del Valle de México, donde la señal de AM sí llega, a diferencia de lo que sucederá sólo con la FM.

Por cierto, también histórica la entrega de la primera concesión de uso social comunitario en la Ciudad de México. Efectivamente, habrá una radio comunitaria en esta capital, que operará la Alianza por el Derecho Humano de las Mujeres a Comunicar. Excelente noticia, que luego comentaremos.

@telecomymedios

Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que SinEmbargo.mx no se hace responsable de los mismos.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video