Ciudad de México, 30 de marzo (SinEmbargo).- Con la incorporación del guitarrista Alejandro Otaola, el grupo de rock La Cuca regresa a las producciones discográficas con La venganza de Cucamonga, un disco con 13 temas inéditos y un cover de “La tapatía”, autoría de la legendaria banda de Guadalajara El Personal.
Todo el proceso del disco de la agrupación liderada por el cubano José Fors “ha sido muy espontáneo”, afirma el bajista Carlos Avilez, en entrevista con SinEmbargo.
“Llamamos a Álex (Otaola) con la intención de crear nuevo material, pero no sabíamos que se iba a dar tan rápido. En el primer ensayo, Alejandro llegó con un riff, Nacho y yo lo seguimos, José puso la letra y así nació “Arre Lulú”, el primer sencillo del álbum”, agrega.
“Renovados y recalibrados”, dicen sentirse “los cucos”, luego de la salida de Galo Ochoa, con quien el resto de los integrantes dijo no sentir ya química.
“Ahora con la inclusión del guitarrista Alex Otaola, la Cuca —es decir José, Carlos y Nacho— garantiza otro racimo de canciones colmadas de su característica picardía y su indiscutible potencia instrumental. Hay entusiasmo entre sus filas por esta nueva encarnación y ello se siente en la convicción que comunica el sonido que ahora generan, y en la cohesión y frescura que esta primera canción exhibe”, promete la banda en su página oficial.
“Notamos cierta evolución en nuestro sonido, aunque no dejamos de sonar muy Cuca”, afirma Avilez.
La historia comenzó a finales de 1989 cuando José Fors y Carlos Avilez decidieron crear una banda de rock; muy pronto Galo Ochoa y Nacho el Implacable González se les unieron para llamarse Cuca.
–¿Por un lado hay que responder a la historia de 25 años de la banda y por el otro ser fiel a la necesidad de evolucionar en el sonido de la agrupación?
–Algo pasa con Cuca cuando estamos los cuatro componiendo y ensayando. Se siente una gran electricidad, un clima muy favorable para desarrollar ideas. Son ensayos muy largos, donde buscamos el sonido, pulimos las canciones. Otaola vive todavía en el DF, nosotros en Guadalajara y tratamos de aprovechar el tiempo en que estamos juntos. Al final, terminamos el día con una gran sonrisa.
–¿Cómo es trabajar con José Fors? Me resultaría un poco intimidante si tuviera que hacerlo…
–¡No! ¡José es un osito de peluche!
–Capaz que estás rompiendo un mito
–(risas) Hace 25 años que trabajo con él en todos sus proyectos. Sabes que es un gran generador de proyectos y en todos me incluye. Somos muy cercanos y para mí es muy cómodo trabajar con él.
–¿Qué dirías de Cuca dentro del contexto del rock mexicano?
–No sé. Creo que Cuca ha sido una banda muy afortunada. En los ’90, cuando empezamos, tuvimos la suerte de poder grabar en una disquera con todas las características de disquera independiente, que fue Culebra, pero con todo el apoyo de la internacional BMG. Así que desde el principio hubo presupuesto para un buen estudio y una buena promoción. Aunque Cuca nunca fue una banda que sonara en las radios. Hicimos así cuatro discos y la agrupación se disolvió por desgastes internos, por bronca, lo que sea…en los cinco años que estuvimos ausentes, pasó algo muy curioso. En los bares las bandas de covers tocaban nuestros temas. Todavía se hace eso. En los bares donde se pone música grabada, sonaba Cuca. En las escuelas que tienen rockola, había discos nuestros. Nos volvimos más fuertes y al regreso, en 2004, nos dimos cuenta de que éramos una especie de Ramones mexicanos. Ya tengo el pelo blanco, eché panza y sin embargo la banda a la que pertenezco está cada vez más fortalecida.
–Eso en el contexto de un rock mexicano bastante voluble
–Exacto. Aquí el movimiento no es constante como en Argentina, por ejemplo. Al contrario, nuestro rock es bastante intermitente. Por eso digo que Cuca es afortunada, porque hemos tenido la suerte de continuar y nuestra base de público está intacta. Nuestros fans de los ’90 regresan a vernos de la mano de sus hijos.
–¿Son los fans los que te permiten seguir tocando?
–Uno se desconecta un poco de sí mismo cuando sube al escenario. Asumes que eres una de las patas de la gran cucaracha, a un lado la cabeza, que es José. Algunos dicen que el rock es la fórmula para la eterna juventud, pienso que es la fórmula para la adolescencia eterna. Cuca es un himno adolescente constante, es irreverencia, es rebeldía y diversión al mismo tiempo.
