EL BINOMIO POLÍTICO-ACTRIZ PIERDE ENCANTO Y PODER EN MÉXICO

30/04/2015 - 12:00 am

El pasado viernes 25 de abril, el sitio digital de la Presidencia de la República retiró la imagen y biografía de la Primera Dama, Angélica Rivera Hurtado. Veinticuatro horas después, las revistas del corazón reproducían imágenes de la boda entre la cantante y actriz Anahí Puente Portilla y el Gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello. Al enlace, que se había anunciado majestuoso, asistieron sólo 100 invitados. La fecha y la hora del matrimonio se habían mantenido en secreto.

Para expertos en Mercadotecnia Política estos hechos significan algo más que el simple rediseño de una página oficial en la Internet o una ceremonia diseñada como espectáculo. La pareja alfa, la hechura deliberada de una relación entre un político y una actriz para atraer credibilidad y aceptación al ejercicio público, está en crisis en México. En Argentina, Evita Perón logró ser un capital social para su esposo, el General Juan Domingo Perón. Más cerca en la historia se encuentra el romance entre el ex Presidente francés Nicolás Sarkozy y Carla Bruni, cuyos episodios predominaban sobre la información política. En México, por ahora, al cuento de hadas le ha caído un velo de tiniebla arrojado por las encuestas que muestran una desaprobación histórica para el Gobierno Federal.

La aprobación de los ciudadanos hacia el Primer Mandatario no despunta. Los resultados de las encuestadoras promedian que sólo el 39 por ciento de los gobernados avala la forma en que el Jefe del Ejecutivo federal hace su trabajo, frente a 57 por ciento que no sólo lo desaprueba sino que no cree en lo que dice. En cuanto a Angélica Rivera, el 70 por ciento de un grupo de encuestados no confía en ella.

Después del uso de la pareja alfa para el manejo de la crisis de la “casa blanca”, aunado al derroche en ropa y accesorios de alto costo por la esposa del Presidente, la historia de amor parece minada. En el preámbulo de la boda del Gobernador de Chiapas, conductores de programas de espectáculos opinaron que el país había cambiado y esa era la explicación de “la discreta boda de Anahí, muy diferente a la de Angélica Rivera”. Politólogos consultados opinan que ese cambio se dio y es para siempre.

Ciudad de México, 30 de abril (SinEmbargo).– Aquella noche del 15 de septiembre de 2013 en que Angélica Rivera Hurtado caminaba del brazo de su esposo, Enrique Peña Nieto, por los pasillos del Palacio Nacional, vestida con un Benito Santos a la medida y maquillada por Alfonso Watihsman, se empezó a escribir la primera etapa del fracaso. La pareja vivía por primera vez la experiencia del Grito de Independencia. Ellos, cuyo amor se escribía –aún se escribe– en dos versiones.

La versión oficial es que fue un flechazo, un golpe bien asestado de Cupido entre el entonces Gobernador del Estado de México y Angélica Rivera Hurtado, quien era actriz de telenovelas en Televisa, en ese momento la más popular por su interpretación de “La Gaviota” en “Destilando amor”. El romance habría iniciado en cuanto se vieron por primera vez para trabajar en la campaña de los 300 compromisos cumplidos por el entonces mandatario estatal. El relato extraoficial es que su unión fue resultado de un arreglo para que aparecieran como los protagonistas de un cuento de hadas en revistas de sociales y programas de espectáculos. Así, el ejercicio del Gobierno ganaría credibilidad y confianza. ¿Lograría esta pareja conquistar los corazones de los gobernados?

Alfredo Paredes Zamora, director de un equipo de mercadólogos políticos en Capitol Consulting & Communication, agencia con sede en México y Miami, Florida, reconoce la segunda versión como cierta. En su estudio “Fundamentos Antropológicos del Liderazgo Político”, explica que la pareja alfa es la relación hechiza entre un hombre con claros atributos para el poder con una mujer arropada por la fama o el reconocimiento. El macho alfa que encuentra a la hembra alfa. Un rey o príncipe que se une, por fin, a una reina o una princesa. Una conquista que da cuenta que él es confiable dado que logró encontrar a su equilibrio femenino. En dicho documento, el experto expone: “Entre los recursos de persuasión para asumir el liderazgo político, ganar elecciones o generar percepciones positivas, los ciudadanos modernos son testigos del uso mediático de algunos características y atributos de esa pareja alfa”.

El Palacio Nacional, la estructura que a partir de 1523 Hernán Cortés usó como fuerte y luego, el espacio que durante dos siglos y medio alojó a los virreyes; donde Benito Juárez murió en 1872; el edificio restaurado para que Enrique Peña Nieto, asumiera como Jefe del Ejecutivo, se iba a convertir en el escenario de la primera gran prueba de fuego de la pareja Peña-Rivera frente a su público. “La Primera Dama se quedó detrás de su esposo mientras éste hacía la proclama de Independencia, como lo marca la tradición y, una vez acabada, ella y sus hijos salieron al balcón para disfrutar de los fuegos artificiales que iluminaron la noche”, relató la revista ¡Hola!.

La ceremonia fue tan breve que ni siquiera alcanzó un minuto. El Presidente le gritó vivas a los héroes de la Independencia. En las calles cercanas al balcón presidencial, permanecían estacionados unos 50 camiones con placas de Cuautitlán Izcalli, Nicolás Romero y otros municipios del Estado de México, además de Tepeji del Río, Hidalgo, donde gobierna el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Las imágenes de los autobuses en las redes sociales integraron el argumento para indicar que a la fiesta de Independencia habrían asistido “acarreados”. Pese a esos  hombres y mujeres que llegaron bajo pago para gritarle vivas al Presidente y su familia, un sonido de rechifla y abucheo logró empañarlo todo.

“Y ahí se empezó a escribir la primera etapa del fracaso, el de la pareja alfa”, explica el mercadólogo Alfredo Paredes Zamora. “El primer grito de Independendencia es el Primer Día del Presidente en México. Pero el acarreo oscureció lo que estaba planeado para ser luminoso. Y aunque, enfundada en un vestido precioso, la figura de la Primera Dama lució gris, sin ánimo, con una cara de desgano. Y hubo un discurso paralelo: el abrazo entre ellos. Cuando un abrazo es leído, es posible interpretar si el cuerpo reacciona al estímulo del otro cuerpo. Aquella noche, la pareja alfa quedó desprovista de un ingrediente: la pasión”.

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Carl Bruni y NIcolás Sarkozy durante su visita a México, en 2009. Foto: Efe
Carl Bruni y NIcolás Sarkozy durante su visita a México, en 2009. Foto: Efe

En política, la formación de la pareja alfa –la unión de un hombre poderoso con una mujer poderosa– está diseñada para cautivar de principio a fin a las audiencias. Para que todo salga bien deben mezclarse una dosis de verdad y otra de fantasía. Los “alfa” deben conquistar a los ciudadanos que los admirarán desde afuera, desde muy afuera, desde la remota distancia del papel satinado de las revistas y la pantalla de televisión. “Una vez que se arma esta pareja, lo que menos puede fallar es la actuación”, expresa Armando Cuspinera, productor de televisión cuya experiencia se inició en 1958 en el Canal Once donde dirigió el programa “Tertulias Dramáticas”. Hasta 1968, fue director de Producción del Canal del Politécnico y después, de la Televisión Independiente de México.

Los “alfa” son los protagonistas de una historia dulce, romántica y pasional. Pero también de suspenso. Al final, se trata de relaciones tendidas entre personajes que vencieron la adversidad para conocer lo que es la fama y el éxito económico. Ya juntos, son capaces de darse todo el uno al otro, incluidos el sufrimiento, las humillaciones y la angustia. Si incurren en histrionismo, pueden mezclar el dolor real con la desmesura fingida que implica el melodrama.

¿Por qué sus hazañas son tan grandes a los ojos de los demás? “Los medios de comunicación fungen como los amplificadores de las habilidades, imagen, estrategia de comunicación, posicionamiento y calificación de estos modernos y modernas alfa”, se indica en el estudio “Fundamentos Antropológicos del Liderazgo Político”, elaborado por Capitol Consulting & Communication.

En Argentina, la actriz de melodramas radiales, Eva Perón, “Evita”, logró atraerle esa confianza pretendida al General Juan Domingo Perón. Lo conoció en un espectáculo de beneficencia en enero de 1944. Ella tenía 24 años y él 48. Salieron juntos de ahí esa misma noche y desde entonces, ya no se separaron. En paralelo a la historia de amor, comenzó la carrera de la pareja hacia el poder entre rumores de golpes y situaciones confusas, dignas de una opereta. Cuando llevaban un año y medio juntos, Perón fue detenido. Ella organizó manifestaciones, buscó apoyos sindicales y levantó a los llamados “descamisados” en apoyo de su amante. A los ocho días, Perón salió libre y se casó con ella.

Hay biógrafos que aseguran que en la relación entre el general Perón y Eva no había sexo y que todo era un acuerdo de intereses. La historia fue larga: casi treinta años de poder que incluyeron la destitución del General por un golpe militar el 16 de septiembre de 1955. Lo cierto es que la relación transcurrió mientras millones de seres humanos padecían miseria en la Argentina de entonces. En la vida de Eva Perón se encuentran varias etapas; primero, como jovencita, se ataviaba con grandes joyas y usaba escotes. Tras un viaje a Europa en 1947 (un año después de que Perón llegara al poder) eligió la elegancia con ropa de Dior. Luego, cuando creó su Fundación de Beneficencia, en 1948, se vistió con trajes muy serios al grado que el pueblo la empezó a llamar “Santa Evita”.

Más cercana en la Historia está la relación entre Nicolás Sarcozy y la ex modelo y cantante, Carla Bruni, en Francia. Se casaron en 2008, en la sede del Palacio del Elíseo. Él estaba en el punto más bajo de popularidad de su mandato: 65 por ciento, según la prensa francesa de ese año. Para casarse con Carla Bruni emprendió un divorcio rápido de Cecilia, la mujer a la que se mantuvo unido durante once años. Entonces, las portadas de los diarios empezaron a privilegiar sus escándalos amorosos y públicos, más que sus actividades gubernamentales. Bruni, quien había sacrificado su carrera en los escenarios, aparecía retratada en los jardines que rodeaban la casa presidencial, incluso durante su embarazo.

En mayo de 2012 dejaron el Palacio del Elíseo después de una derrota electoral. En el libro Ça m’emmerde, ce truc (Me molesta esa cosa) Carla Bruni reconoce que esa derrota era “a la vez una decepción y un alivio” dado que durante la Presidencia habían asumido un protagonismo que fue más allá de la política. “La niña es infeliz, nosotros somos infelices. ¡Que acabe pronto!” En 2014, Sarkozy tuvo que responder ante las autoridades francesas por corrupción y tráfico de influencias, así como violación del secreto de instrucción. Una red de informantes le habría filtrado datos confidenciales sobre diferentes procedimientos judiciales que le concernían. Carla Bruni pemaneció a su lado. Aún está en ese sitio.

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PROMO_CASABLANCA

“En México, la relación entre Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera ha sucumbido a a un cúmulo de situaciones que los gobernados ya no resisten. Después de los escándalos inmobiliarios que entrañan conflictos de intereses y la muestra de una proclividad al derroche, ya no hay cupo para la historia romántica”, expone Guillermina Paz Baena, coordinadora del seminario de Estudios Prospectivos en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y autora de “La mercadotecnia política en las campañas modernas”.

En noviembre de 2014, el equipo de Aristegui Noticias reveló que la familia presidencial habitaba una casa valuada en 86 millones de pesos que está a nombre de Ingeniería Inmobiliaria del Centro, un consorcio de Juan Armando Hinojosa Cantú, dueño de Grupo Higa, empresario beneficiado con contratos millonarios por el Gobierno de Enrique Peña Nieto. Quien salió a dar explicaciones fue Angélica Rivera Hurtado. A través de un video, sostuvo que la casa era propiedad de ella. Pero sus dichos lograron complicar el laberinto de suspicacias porque omitió el desglose de sus ingresos y su declaración de impuestos ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Y aquí se encuentra la segunda -y quizá definitiva- etapa del fracaso.

Cuspinera, productor de televisión, plantea que la utilización de la pareja alfa para manejar la crisis fue “un desacierto” dado que ella “no se vio cómoda al dirigirse  a los mexicanos. Está molesta. Acaso no por la revelación periodística; sino por el hecho de tener que ser ella la que explique acciones más relacionadas con el Gobierno. Además, su popularidad –la que ella ganó en las telenovelas– se puso en juego”.

Difundida por primera vez la noche del 19 de noviembre, la explicación videograbada de Angélica Rivera Hurtado ya no se encuentra en su portal http://angelicarivera.com/; pero permanece en el canal que tiene en Youtube. Es posible escuchar el porqué la casa se encuentra a nombre de Ingeniería Inmobiliaria del Centro, del Grupo Higa, cuyo accionista mayoritario es Hinojosa Cantú. Pero –cinco meses después– no es posible ver la declaración de impuestos que –dice ella– avala su solvencia dados 25 años de trabajo como actriz para la empresa Televisa. El río de mensajes satíricos en las redes sociales respecto a su discurso no ha cesado y cada vez, el expediente de las incógnitas crece.

Apenas han transcurrido dos años y medio de su Gobierno y la credibilidad del Presidente se encuentra en 39 por ciento, según promedian las encuestas de Grupo Reforma y de Ulises Beltrán. Por otro lado, más del 50 por ciento no le cree nada, según el levantamiento de GEA-ISA. En marzo de 2008 (en el mismo momento del sexenio) a Felipe Calderón Hinojosa el 18 por ciento de los mexicanos no le creía nada, y a Vicente Fox Quesada, en el mismo tramo, la población le otorgaba el 22 por ciento en incredulidad. Los números de aprobación de Enrique Peña Nieto son los más bajos en una década.

¿Y a ella? ¿Y a Angélica Rivera Hurtado?

Una encuesta del periódico Reforma expuso que el 70 por ciento no le cree después de que brindó la explicación en la que sostiene que la Casa Blanca es de ella y que pudo comprarla como resultado de 25 años de trabajo en Televisa.

“Esta credibilidad fue minada por la revelación periodística de la Casa Blanca; pero también por el discurso seleccionado para manejar la crisis. Se intentó hacer uso de la pareja alfa y no resultó. La Primera Dama brindó explicaciones que hundieron los de por sí maltratados niveles de credibilidad”, expone Carlos Páez Agraz, director de AdQuat y analista del Discurso Político.

Los meses pasaron. Y Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera reaparecieron en las páginas de la revista ¡Hola!. Habían viajado al Reino Unido y no escatimaron en su arreglo personal. “Para la ceremonia de bienvenida, (organizada por la Reina Isabel); Angélica Rivera hizo un guiño a la moda británica y lució un favorecedor vestido-abrigo blanco, de Alexander McQueen, una de las firmas favoritas de la Duquesa de Cambridge”, se encuentra en la página tres, al abrir el primer pliego de la publicación. Si el foco se concentra sólo en el Valentino que portó en la cena que les ofrecieron en el Palacio de Buckingham, el costo que resulta es de 3 mil 300 dólares. Cuando se amplía a todos los actos protocolarios, el cálculo da 7 mil 800 dólares, según las páginas de moda que reproducen costos de ropa y accesorios de firma.

No sólo la Primera Dama de México se vistió de gala para asistir a actos en Reino Unido. Lo hizo también Sofía Castro, su primogénita. Se retrató enfundada en un Dolce & Gabbana de 7 mil 275 dólares en las calles de Londres en imágenes que le dieron la vuelta a las redes sociales. Habían transcurrido apenas días de la visita a Londres, cuando imágenes de Angélica Rivera Hurtado en un recorrido en un centro comercial de Beverly Hills de Los Ángeles, California, fueron dadas a conocer por el programa de espectáculos “Suelta la Sopa” de la cadena Telemundo, asentada en Miami.

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La pareja recibió duras críticas tras haber gastado miles de pesos en vestuario durante su gira por Reino Unido. Foto: Presidencia de México

Armando Cuspinera observa que la ostentosidad no ha sido un buen ingrediente. “Antes que nada el productor de televisión debe tener imaginación. Y en cualquier producto, se tiene o no se tiene rating. Todos son servidores del rating en la tele para bien o para mal. Sin saber cómo se dieron los hechos y cómo se formó esta historia, puedo observar que fue tejida por productores de televisión que usaron a una actriz que trabajaba para Televisa, la empresa dominante. Y ella tenía poder económico. Pero ahora, el problema, a los ojos de millones de mexicanos es si el dinero gastado fue del erario o no, en un país donde predomina la pobreza y la corrupción”.

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El pasado 24 de abril, la página de la Presidencia de la República amaneció sin la ficha biográfica de Angélica Rivera Hurtado que hasta ese momento había permanecido al lado derecho de la del Presidente Enrique Peña Nieto. En su lugar, quedó una explicación de que el inicio de las campañas federales 2015 imponen restricciones electorales y el sitio sería modificado de manera temporal.

Pero Alfredo Paredes Zamora, mercadólogo político, expone respecto a ese hecho: “Si no se cumple con el rol de fortalecer y apoyar, viene el declive de percepción social. La pareja alfa ya no llena las expectativas para las que fue contratada y se prefiere sacarla de la escena. En política, lo que no suma, resta. Eso sucedió: la inversión no rindió frutos. No estuvo a la altura de lo requerido. No generó los aplausos ni la simpatía para que un Presidente se hiciera popular, accesible a las masas, sensible, humano, cercano, triunfador. Hubo bonitas fotos para ¡Hola! y malas notas para la prensa crítica. Hubo buena pose, poca esencia; el brillo de la muñeca nueva que se perdió en un caja del armario”.

Dos años y medio después de la toma de posesión de Enrique Peña Nieto, Angélica Rivera Hurtado no ha presentado su plan de trabajo como presidenta honoraria del Sistema Desarrollo Integral para la Familia (DIF). El “video más reciente” sobre actividades sociales, colgado en su página oficial es del 9 de septiembre de 2014 y corresponde a una visita a Acapulco, Guerrero, costa que fue averiada por el golpe de dos huracanes. Hay fotos de la colecta nacional de la Cruz Roja Mexicana 2015, de la visita de Estado al Reino Unido e Irlanda del Norte. “Es en nuestro hogar donde se encuentra lo más amado. La familia es nuestro espacio de paz y de bienestar”, es una de las frases que puede leerse en la sección “Lo que creo y siento”.

Para Guillermina Paz Baena, experta en Prospectiva y autora de “La mercadotecnia política en las campañas modernas”, un cúmulo de situaciones dio al traste con el éxito que pudo tener la pareja presidencial con su historia íntima. “Al principio, fue el chico guapo, el príncipe que encontró a su princesa; pero al final, nadie ha sido feliz para siempre. La historia se había fusionado en el sistema político a través de los medios de comunicación. Hizo falta empatía. La simple empatía de ponerse en los pies de los gobernados que lidian con una crisis económica. Considerar que en México, la mayor parte de la población es pobre”.

¿Y LA BODA DE MANUEL VELASCO CON ANAHÍ?

Televisa transmite en horario estelar –el de las 21:25 horas– la telenovela “Lo imperdonable”, cuyo argumento fue escrito por Caridad Bravo Adams en 1952 para cine. Es una mezcla de tres historias de la misma autora: La Mentira, Tzintzuntzan y Lo Imperdonable. En diferentes versiones, Televisa ha producido esta historia otras tres veces. La primera fue en 1965, bajo la producción de Ernesto Alonso; luego en 1998, por Carlos Sotomayor; después bajo el nombre de “Cuando me enamoro” en 2010, bajo la producción de Carlos Moreno Laguillo.

El viernes 24, TV Azteca concluyó “Pobre Diabla”, una producción de 2009 y que, entre Televisa, la televisora del Ajusco, Venevisión y SBT de Brasil, ha sido reproducida ocho veces. Valentín Pimstein la hizo por primera vez para Televisa en 1970 con el nombre de “La Gata”. Inés Rodena la escribió ese mismo año.

“La repetición de historias significa que desde las televisoras se sabe que aún hay un segmento que puede consumir la telenovela una y otra vez. La convención del príncipe que encuentra a una princesa puede ser repetida hasta el infinito”, explica el mercadólogo Alfredo Paredes Zamora y dice que es justo por eso que aún existe en política el recurso de la pareja alfa. Pero Cuspinera, el productor con largo expertise en televisión, advierte: “Si la televisión cuenta las historias una y otra vez, el peligro es que desde la política, se intente repetir ese cuento de amor”.

La cantante y actriz y cantante mexicana Anahí Puente Portilla contrajo nupcias con el Gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello el pasado sábado 25. “Lo logramos”, publicó ella en su cuenta oficial en Instagram. La que al principio de año, se adivinaba como boda fastuosa, a semejanza de la de Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera en Toluca en 2010, no ocurrió. Programas como “Ventaneando” en Tv Azteca y “No lo cuentes” de Cadena 3 informaron días antes que los novios sólo acudirían a misa, pero no habría recepción. Los conductores Daniel Bisogno de TV Azteca y Gustavo Adolfo Infante de Cadena 3 dijeron, cada uno en su espacio, que en el caso de la unión de Anahí con Manuel Velasco, la situación del país no permitiría una boda grandiosa.

“El sueño ideal ha concluido. Una parte de la población mexicana aún lo cree. Pero otra parte ya no. El grupo que ya no cree va en crecida. La pareja alfa fue ensayo y error. En política, las experiencias cuentan. Después de esta experiencia, será muy difícil volver a montar el escenario para contar una historia de amor desde la política”, expresa Guillermina Baena Paz, experta en Prospectiva en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); es decir, en lo que puede ocurrir o no en el futuro.

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