[NdeR: El fact checking o verificación de hechos ha sido retomado masivamente en el mundo. Sobre todo en la prensa de Estados Unidos, donde tienen un Presidente que acostumbra hablar –diríamos los mexicanos– sin los pelos de la burra en la mano. O con mentiras. La Unidad de Datos de SinEmbargo lanza este ejercicio, llamado simplemente “Dichos y Hechos”, para revisar frases, afirmaciones o documentos de figuras públicas para saber si están sustentados.]
EL DICHO: “Todo lo que somos, todo lo que hemos trabajado, todo lo que hemos construido durante tantos años está en juego en esta elección; de nuestro triunfo depende el futuro del priismo, depende el futuro de este país” (Alfredo Del Mazo Maza, candidato tricolor a la gubernatura del Estado de México, durante el cierre de su campaña política, en la Plaza de los Mártires de Toluca, el 28 de mayo de 2017).
EL HECHO: Esta semana, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha marchado “fuerte y con todo” para dar a conocer un mensaje: si el PRI pierde las elecciones del próximo 4 de junio -al menos en el Estado de México- el futuro no será “tan brillante” como lo ha sido hasta ahora -el vaticinio lo extiende inclusive para el 2018, cuando estará en juego la Presidencia de la República-. Y es que el partido tricolor tiene miedo, es un hecho. Por primera vez, en casi 90 años de mantener su hegemonía partidista en la entidad –desde 1929, cuando nació el Partido Nacional Revolucionario, que en la década de los 40 mutó para transformarse en el PRI–, el partido que nació de la mano del ex Presidente Plutarco Elías Calles (1924-1928) se ve con un pie afuera de su baluarte histórico. La semana pasada, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) dio a conocer su más reciente encuesta de preferencias electorales para la contienda intermedia de 2017. Según el Cisen, hoy por hoy, la abanderada del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Delfina Gómez Álvarez, lidera la carrera política por la gubernatura mexiquense con el 25.18 por ciento de la intención de voto. Le sigue el primo del Presidente Enrique Peña Nieto (Alfredo Del Mazo), con 24.87 por ciento. La tensión se intensifica si se cumple la palabra de Óscar González Yáñez, candidato al Edomex del Partido del Trabajo (PT), quien hace unos días declinó a favor de Morena. De ser así, con la suma del capital del PT –1.4 puntos porcentuales de las preferencias electorales (Cisen)–, Morena rompería con el empate técnico con el PRI y se iría a la delantera con 1.72 puntos de ventaja.
#DichosyHechos dice que el PRI hace bien en tener miedo. Más allá de eso, lo proferido por Del Mazo Maza durante su cierre de campaña podría resultar ser un tiro por la culata. Según él, si el PRI sale del Edomex, lo construido por el partido a lo largo de los años se irá por el drenaje. Empero, las cifras oficiales indican que la herencia del tricolor en la entidad no es suntuosa sino precaria: la pobreza no ha cejado; los empleos no mejoran; la educación deja qué desear; y la violencia es “el PRI de cada día” –como dijo Delfina en uno de los debates entre candidatos del Edomex–. A continuación los datos que lo sustentan.
· Pobreza: Entre 2012 y 2014, la población con “pobreza moderada” en el Estado de México aumentó en un 11 por ciento [pasó de 6 millones 383 mil, a 7 millones 063 mil personas afectadas], refieren las cifras más actuales del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). En contraste, en ese periodo de tiempo, la población aumentó en un 3 por ciento (de 16.2 a 16.7 millones). Eso quiere decir que la “pobreza moderada” ha ido al alza mucho más rápido que la tasa demográfica, o lo que es lo mismo, la pobreza no ha dejado de empeorar en la entidad. De igual forma sucede con la pobreza extrema. De acuerdo con el Coneval, en esos dos años, hubo 260 mil 900 personas más que se sumaron a la pobreza extrema (pasó de 940 mil 900 en 2012, a 1 millón 206 mil 900 en 2014), un aumento del 28 por ciento. Asimismo, el organismo señala que de 1990 a 2014, la pobreza patrimonial (insuficiencia del ingreso para una vida digna) aumentó en 10.6 puntos porcentuales (pasó de perjudicar al 48.3 por ciento de la población, a damnificar al 58.9 por ciento), mientras que la pobreza alimentaria (insuficiencia para obtener una canasta básica alimentaria) avanzó en 2.3 puntos porcentuales (del 17.8 al 20.1 por ciento). Según Gonzalo Hernández Licona, secretario ejecutivo del Coneval, cuando el valor agregado que produce una sociedad “es generado por relativamente pocas personas”, la sociedad “no es muy exitosa: no es ni justa ni eficiente”, escribió en un artículo de la Revista “Forma y Fondo” (Grupo Reforma), el 28 de mayo de 2017.
· Empleo: “En los últimos doce años, de manera persistente, en la entidad se mantienen altas tasas de desempleo y por arriba del promedio nacional; entre 2000 y 2012 la tasa de desempleo se ha duplicado: de 3.4 en 2000 pasó a 6.9 por ciento en 2009 y a 6 por ciento en 2012, con una tasa de desempleo promedio anual de 4.8 por ciento”, refiere una revisión hecha con cifras del Inegi, por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), en su revista “Paradigma Económico”. Al cierre de febrero de este año, los indicadores de ocupación y empleo del Inegi indicaron que la tasa de desocupación en el Estado de México era de 4.4 por ciento (superior al 3.4 por ciento a nivel nacional), cifra inferior a la de hace cinco años, sin constituir una amplia mejoría, según la tendencia negativa de los últimos 17 años. Por su parte, la Subsecretaría de Empleo y Productividad Laboral de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, señaló en mayo de este año que, mientras el desempleo ha pasado del 3.3 (2000) al 4.1 (2017) por ciento en la última década y media, la tasa de informalidad laboral se ha mantenido prácticamente igual en los últimos 12 años, pues pasó del 59 (2005) al 57.2 por ciento (2017) en ese periodo de tiempo.
· Educación: De 1970 al 2015, según el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), la población de analfabetas en el Estado de México se redujo en un 27 por ciento, al pasar de 540 mil 492 (1970) a 396 mil 536 (2015) personas que no sabían leer y escribir. Asimismo, la dependencia informó que, en ese mismo periodo de tiempo, la población sin primaria y sin secundaria concluidas aumentó en 19 y en 514 por ciento (seis veces más), respectivamente. En términos del porcentaje de la población afectada, se observa que mientras en 1970 el 42.6 por ciento de la población no contaba con primaria concluida, en 2015, la proporción fue del 8.4 por ciento. En el caso de la secundaria, los porcentajes fueron de 17.6 y de 17.9 para cada año. Esto indica que en la entidad, en 45 años, las administraciones mexiquenses lograron que más personas concluyeran sus estudios de primaria. En cambio, el rezago a nivel secundaria prácticamente no varió.
Pese a que el INEA refiere que, a lo largo de ese tiempo el rezago educativo (en general) decayó en 58.1 puntos porcentuales (de 87.7 a 29.6), el Índice de Cumplimiento de la Responsabilidad Educativa (2016) de la organización Mexicanos Primero indica que, al día de hoy, la entidad mexiquense cuenta con una pobre calidad educativa: el nivel de aprendizaje de los estudiantes es bajo (sólo la mitad de ellos, el 50.4 por ciento, tuvo resultados adecuados), y el grado de reforzamiento (atención especial) del aprendizaje de los alumnos es muy bajo (7.2 por ciento de los alumnos, lo recibió). Asimismo, el índice arrojó que entre 2009 y 2013, la calidad educativa en el Estado de México fue deficitaria a nivel primaria, mientras que a nivel secundaria dio los resultados “esperados”.
· Salud: De acuerdo con el Coneval, entre el 2010 y el 2015, hubo menos personas con carencia por acceso a los servicios de salud. En cinco años, la reducción fue del 10.8 por ciento (pasó de afectar al 30.7 por ciento de los mexiquenses, a perjudicar al 19.9 por ciento de ellos). Al día de hoy, 3.3 millones de personas no tiene acceso a los servicios de salud. Asimismo, el organismo señala que la carencia por acceso a la seguridad social prácticamente permaneció igual. La variación fue de 1.3 puntos porcentuales en media década (de 59 a 57.7 por ciento). Es decir que, en la actualidad, 9.7 millones de mexiquenses carecen de prestaciones de seguridad social. Además, la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del Inegi refiere que, en la entidad, mientras el 90.4 por ciento de la población encuestadas dijo que los servicios de salud privados mejoraron, el 60 por ciento aprobó los servicios dados por instituciones gubernamentales como Petróleos Mexicanos, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, IMSS-Oportunidades, el ISSSTE, entre otros. Asimismo, arrojó que el 81 por ciento de los mexiquenses consideró que los servicios de la Secretaría de Salud mejoraron, mientras que un 73.9 por ciento dijo que eI IMSS avanzó.
· Violencia: Entre el cierre del año 2000 y el del año pasado, en el Estado de México, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) dio cuenta de un decremento de 25 por ciento en casos de homicidios dolosos (pasó de 2 mil 726, a 2 mil 053 casos registrados), y de una baja del 20.2 por ciento en la incidencia de robos con violencia (de 44 mil 531 a 35 mil 516). Sin embargo, en ese mismo periodo, la dependencia federal registró un aumento de 290 por ciento en casos de secuestro (de 65 a 254), es decir, se cuadruplicó la incidencia en 16 años; un incremento de 84 por ciento en amenazas, fraudes y extorsiones (de 2 mil 168 a 3 mil 989); y un alza de 55.3 por ciento en violaciones, estupros y otros delitos sexuales (de 2 mil 447 a 3 mil 800) -el 31 de julio de 2015, el Gobierno federal declaró la Alerta de Violencia de Género en 11 municipios mexiquenses-. Además, la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), arrojó que, entre 2011 y 2016, la ciudadanía se sintió menos segura en la entidad. En 2011, el 84 por ciento de la población encuestadas por el Inegi consideró al Estado de México como una “entidad federativa insegura” –el promedio nacional era entonces de 69.5 por ciento–. Para 2016, el 90.6 de los mexiquenses dijo no sentirse seguro en el estado –el promedio nacional fue de 73.2 por ciento–.
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#DichosyHechos dice que, los “avances” que presenta el PRI en el Estado de México, son deficitarios si consideramos que lo lleva gobernando desde hace casi 90 años. En ese periodo de tiempo, los resultados observables, según la información oficial, hablan más de un estancamiento en el desarrollo de la población de la entidad, que acerca de mejoras concretas a lo largo del tiempo. En ese sentido, lo construido por el PRI no es “tan bueno” como piensan los priistas. Que la situación en el estado pueda empeorar con el cambio de administración, es un posibilidad. Que el PRI haya sacado adelante a la entidad mexiquense no queda claro. Y esa falta de resultados concretos es lo que hoy pone al partido con un pie fuera del Edomex.
