Junio es el mes del orgullo gay y los miles de miembros de la comunidad LGBT en diferentes países celebran semanas completas de “pride” y a fin de mes, como se manifestó en nuestro país, llevan a cabo la icónica marcha llena de banderas multicolores, disfraces y música para celebrar los logros obtenidos a lo largo de años de lucha por el reconocimiento, despenalización, búsqueda de respeto y visibilidad.
Hasta el momento son 14 los países en los que el matrimonio entre personas del mismo sexo está permitido, los logros comenzaron en el año 2000 cuando Holanda fue el primer país en conseguirlo, lo que también permitió que las parejas homosexuales tuvieran derecho a la adopción. Tres años después le siguió Bélgica, aprobando la adopción hasta 2006.
Durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, los españoles consiguieron que se reformara el Código Civil para que los homosexuales pudieran contraer matrimonio, hecho que se consumó en 2011.
El primer país americano en dar este paso fue Canadá en 2005, al aprobar la ley sobre matrimonio civil. Desde 2003, varias entidades canadienses comenzaron a legalizar esta unión, entre ellas: Ontario, Quebec y Manitoba.
Al año siguiente Sudáfrica se unió a la lista, y para el 2008 el gobierno de Noruega otorgó el derecho a las parejas homosexuales de casarse en Iglesia Nacional Luterana y otras organizaciones religiosas. Además permitieron la adopción.
Le siguió Suecia en 2009, con seis de los siete partidos políticos a favor, además de la oposición y la Iglesia Evangélica Luterana.
El 2010 fue un buen año para la comunidad gay, pues el matrimonio fue legalizado en otros tres países: Portugal, aún sin adopción; Islandia, con ningún voto en contra, y Argentina, que pese a una votación muy cerrada consiguió convertirse en la primer nación de Latinoamérica en tomar este tipo de acciones.
En 2012, en Dinamarca se permitió que las iglesias luteranas casaran a dos personas del mismo sexo, aunque también otorga a los pastores el derecho de negarse a oficiar la ceremonia.
Durante el año en curso Uruguay y Nueva Zelanda también concedieron igualdad de derechos, el caso más reciente es el de Francia, que entre manifestaciones en contra, celebró su primera boda gay el 29 de mayo pasado.
Hay también algunos países en los que no se ha aprobado totalmente, pero varias de sus ciudades sí lo reconocen, tal es el caso de México, cuya capital reformó el Código Civil en 2010 para que redefinir el concepto de matrimonio a la “unión libre de dos personas para realizar la comunidad de vida”, es decir, sin distinción de género. Ese mismo día, la Asamblea Legislativa aprobó que estas parejas pudieran adoptar.
Pero el DF no es el único lugar en México donde los matrimonios gay están permitidos, pues en lo que más bien pareció un descuido que un paso por la igualdad, el gobierno de Quintana Roo aprobó una reforma al Código Civil en la que no especificaba el género de los contrayentes, sino que se refería a ellos como “cónyuges” o “personas”. Tras varias revisiones de parte de las autoridades, por fin en junio del 2011 las primeras parejas pudieron casarse.
En esta semana, Estados Unidos dio uno de los pasos más grandes de la historia a favor de la igualdad, pues el Tribunal Supremo declaró la inconstitucionalidad de la Ley de Defensa del matrimonio (o DOMA por sus siglas en inglés), la cual definía el matrimonio como la unión legal entre un hombre y una mujer exclusivamente, y decía que ningún estado tenía la obligación de reconocer cualquier tipo de unión diferente a la mencionada.
En años anteriores ya nueve estados de EU validaban los matrimonios homosexuales, Massachusetts, Connecticut, Iowa, Vermont, New Hampshire, Nueva York, Maryland, Washington y Maine, además del distrito de Columbia. Aunque otros cinco permiten las uniones civiles.
En Brasil también hay una entidad que permite a sus ciudadanos miembros de la comunidad LGBT contraer nupcias, es el estado de Alagoas.
El 24 de junio del 2011, el edificio más emblemático de la ciudad de Nueva York sorprendió a sus ciudadanos al iluminar su parte más alta con luces multicolores, pero no cualquiera sino los pertenecientes al símbolo gay por excelencia: el arcoíris de seis franjas, utilizada por la comunidad LGBT desde finales de los 70 para expresar orgullo e identidad.
Producto de una casualidad, en esas mismas fechas el estado aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo, siendo el sexto de la Unión Americana que lo permitía. Pero este hecho no tuvo que ver con la iluminación del edificio, sino que se unía a la celebración de la Semana del Orgullo.
En mayo de este año Minneapolis se convirtió en el estado número 12 de los Estados Unidos en aprobar el matrimonio homosexual, por lo que el gobierno decidió iluminar el puente I-35W, que cruza el río Mississipi, para celebrar la igualdad.
Cada vez más son más las personalidades de los deportes, espectáculos y líderes de opinión que se declaran abiertamente gays.
En 1976, Elton John una de las estrellas más importantes de la música pop reconoció su bisexualidad durante una entrevista con la revista Rolling Stone, donde dijo: “No hay nada de malo con ir a la cama con alguien de tu mismo sexo. Creo que todos son bisexuales en cierto grado, no creo que sólo sea yo. No es una cosa mala serlo”.
Los medios de comunicación y el público tuvieron reacciones diversas (y adversas), pero marcó un hito en el modo de ver la homosexualidad.
Los años 80 fueron una época difícil para los gays pues la propagación del VIH los estigmatizó siendo blanco de agresiones y marginación. Uno de los pocos artistas que se atrevió a “salir del clóset” durante esa época fue el respetado actor Ian McKellen, quien durante un debate radiofónico en 1988, aceptó su preferencia al condenar el Artículo 28 que buscaba ser promulgado en Reino Unido y que prohibía a las autoridades hablar de o promover la homosexualidad.
Ya en los 90 cuando las aguas se habían calmado un poco, otras personalidades decidieron dar el gran paso, como la cantante y activista Melissa Etheridge, y por supuesto la conductora y comediante favorita de los estadounidenses, Ellen Degeneres, quien primero sacó del clóset a su personaje en la serie cómica “Ellen” para luego, en el mismo mes de abril de 1997, revelar que ella en realidad lo era.
En 1998 hubo dos “coming out” muy peculiares, primero el de Rob Haldford, vocalista de Judas Priest, quien rompió con el estereotipo de la imagen ruda del cantante de heavy metal. Y por otro lado, el caso de George Michael, quien prácticamente se vio obligado a hacerlo luego de que fue descubierto haciendo un “acto obsceno” con otro hombre en un baño público.
Hoy en día, el que una celebridad del mundo de la música o la actuación acepte su homosexualidad ya no causa tanto escándalo y poco a poco la opinión pública ha dejado de hacer de esto un gran show y un motivo de acoso.
Entre los famosos fuera del armario están las actrices Jodie Foster, Gillian Anderson, Jane Lynch, Cynthia Nixon, Sara Gilbert, Portia de Rossi, Rosie O’Donnell y Amber Heard; las cantantes Beth Ditto, Tegan y Sara Quin, además de que Lady Gaga, Angelina Jolie y Drew Barrymore se han dicho bisexuales.
En cuanto a los hombres están los actores Matt Bomer, Chris Colfer, Ezra Miller, Jim Parsons, George Takei, Neil Patrick Harris, Zachary Quinto y Jonathan Groff. Y los cantantes Ricky Martin, Sean Hayes, Mika, Frank Ocean, Kele Okereke, Christian Chávez, Tiziano Ferro, Jonathan Knight y Lance Bass, entre otros.
En 2012, el conductor del noticiero 360º de CNN y líder de opinión Anderson Cooper autorizó que se publicara un mail que mandó al escritor Andrew Sullivan, donde en una sola línea definitoria escribió: “El hecho es que soy gay, siempre lo he sido, siempre lo seré, y no podría estar más feliz, a gusto conmigo mismo y orgulloso.
En el mundo del deporte este tipo de acciones se han visto mucho menos, pero están presentes. En abril de este año el jugador de la NBA Jason Collins aceptó que es gay en un reportaje publicado en la revista Sports Illustrated, donde se dice contento de ser el primer atleta activo de EU en declararse. Collins desfiló en días pasados en el desfile del orgullo en Boston.
Otro que cruzó la barrera este año fue el futbolista Robbie Rogers de 25 años, quien hizo pública su homosexualidad y se tomó unos meses de descanso para luego regresar a las canchas con el equipo Los Angeles Galaxy, convirtiéndose así en el primer jugador abiertamente gay en jugar en la Major League Soccer de EU.
En octubre del año pasado lo mismo sucedió con Orlando Cruz, un boxeador de Puerto Rico, que a través de un comunicado de prensa expresó: “He estado luchando durante más de 24 años, y mientras continúo mi carrera ascendente, quiero ser fiel a mí mismo. Quiero tratar de ser el mejor ejemplo que puedo ser para los niños que ven en el boxeo un deporte y una carrera profesional “.
La cultura popular siempre ha retratado la homosexualidad, y mientras que algunos casos buscan ridiculizarla o basarse en estereotipos para armar personajes (práctica muy común en México), hay películas y series de televisión que se han encargado de retratarla de una forma más apegada a la realidad.
Por ejemplo tenemos el sitcom “Will & Grace” trasmitido de 1998 a 2005 donde por un lado estaba Jack, el gay amanerado, y por el otro Will, el protagonista guapo, masculino y perseguido por las mujeres.
Posteriormente surgieron shows totalmente dedicados a esta temática, como el controversial “Queer as Folk”, nacido en Reino Unido en 1999 y su versión estadounidense transmitida de 2000 a 2005.
Para las chicas existía “The L Word”, que narraba la vida de un grupo de mujeres lesbianas, sus enredos amorosos y los conflictos cotidianos a lo largo de seis temporadas.
En los últimos años se han creado series que abordan este tema de manera más consciente y natural, dos de ellas responsabilidad de Ryan Murphy: “Glee” y “The New Normal”. La primera no gira precisamente alrededor de la homosexualidad pero sí involucra varios personajes con esta preferencia, además de que manejan situaciones como la propia aceptación, la tolerancia y el “bullying” por homofobia. En la segunda, el tema en sí es el recorrido de una pareja de hombres para adoptar un niño.
En esta misma línea está “Modern Family”, que como el título lo dice narra la vida de tres familias modernas, una de ellas integrada por dos hombres y su pequeña hija.
Otras series de tv que también incluyen personajes son: “Game of Thrones”, “Desperate Housewives”, “Brothers and Sisters”, “Dawson’s Creek” y hasta las caricaturas de “Los Simpson” y “La Casa de los Dibujos”.
En el cine, los personajes homosexuales han estado presentes desde siempre, simplemente recordemos a Divine en Pink Flamingos o al sweet transvestite del Rocky Horror Picture Show.
Además de que la cinematografía de temática y dedicada a los gays es muy vasta y de culto, en el ámbito comercial también han trascendido algunas como Milk, inspirada en la vida del primer gran activista Harvey Milk, protagonizada por Sean Penn; también está I Love You Phillip Morris donde Ewan McGregor y Jim Carrey dan vida a una historia de amor un poco extraña; también estelarizada por McGregor está Begginers de 2010, donde Christopher Plummer interpreta a un hombre de la tercera edad que acepta ante su hijo que fue amante de un hombre.
En 2009 se estrenó A Single Man, dirigida por Tom Ford y que valió al actor Colin Forth un premo BAFTA y una nominación al Oscar por su papel de profesor universitario gay.
Entre las más recientes está “Behind The Candelabra”, película biográfica del pianista Liberace y su joven amante, representados por Michael Douglas y Matt Damon, respectivamente. La cinta dirigida por Steven Soderbergh pasará directamente a la televisión por el canal HBO.
En el pasado, la homosexualidad era considerada un trastorno y una desviación, pero a partir del 17 de mayo de 1990 la Organización Mundial de la Salud la sacó de la lista de Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y otros Problemas de Salud.
Este gran paso hizo que poco a poco los gays o bisexuales dejaran de ser tratados como locos, enviados a institutos de salud mental o marginados por ser diferentes.
Si bien la homofobia existe y se manifiesta en maneras leves como insulto o discriminación o graves como los crímenes de odio, hoy día las autoridades de diversos países han tomado medidas para que esto cambie, además de la igualdad de derechos con los heterosexuales, se han aprobado otras leyes.
Por ejemplo, el pasado mes de marzo en nuestro país, la Suprema Corte de Justicia de la Nación dictaminó que expresiones como “puñal” y “maricón”, y aquellos discursos que no consideren la homosexualidad como una opción sexual válida son manifestaciones discriminatorias, a pesar de que se emitan en tono de burla, “ya que mediante las mismas se incita, promueve y justifica la intolerancia”, indicó en su momento la Corte.
Por ello no se consideran válidas dentro del concepto de libertad de expresión y pueden ser castigadas con demandas por daño moral.
Pese a que las relaciones entre personas del mismo sexo siguen siendo penalizadas en 78 países, de acuerdo con datos de la ONU, y Arabia Saudí, Yemen, Irán, Mauritania y Sudán la castigan con pena de muerte, las sociedades continúan evolucionando, y entre organismos mundiales, activistas, ONG y los propios gobiernos comprometidos buscarán crear un clima de tolerancia, respeto y sobre todo igualdad.
