Comunidades en Guanajuato se unen contra fábrica de químicos; la ligan a casos de cáncer entre adultos y niños

30/06/2014 - 12:42 pm
Foto: Bernardo Monroy, especial para SinEmbargo
La empresa. Foto: Bernardo Monroy, especial para SinEmbargo

Por Bernardo Monroy, especial para SinEmbargo

Ciudad de México, 30 de junio (SinEmbargo/Zona Franca).– La Química Central de San Francisco del Rincón, Guanajuato, empresa que fue clausurada el pasado 4 de junio debido a que se almacenaron durante años residuos altamente peligrosos, sigue afectando a los habitantes de comunidades aledañas. Algunos están enfermo de cáncer y lo atribuyen a la exposición prolongada de cromo 6, altamente tóxico.

Hace menos de 8 días, los habitantes de las comunidades cercanas han realizado marchas y desde hace dos meses reunieron firmas para impedir la autorización del uso del suelo a la empresa.

Actualmente, hay alrededor de 300 mil toneladas de cromo 6 que producen cáncer a los habitantes, de acuerdo con distintos testimonios. Algunos asisten al Seguro Popular o reúnen “vaquitas” para tratarse, pero otros, como lo explica Omar Israel Rodríguez, simplemente optan por dejarse morir. Las comunidades más afectadas son El Ratón, Villas de San Vicente, Gala, La Pradera, La Estación y Buena Vista.

En las casas, la corrosión de los químicos ha dañado las puertas de metal. La organización internacional Greenpace ha decidido hacerlo una de sus causas.

La Química Central ha optado por enterrar parte de los deshechos, cercando un terreno y colocando un letrero que anuncia: “DEPÓSITO DE RESIDUOS INDUSTRIALES, PROHIBIDO EL PASO, PROFEPA EXPEDIENTE VI 310183/03.

José María Fonseca Romero es dirigente del Movimiento Ecologista del los Pueblos del Rincón, que surgió a raíz de la problemática con Química Central. El movimiento tiene alrededor de 10 años tratando de combatir los efectos de 400 mil toneladas de pasivos ambientales peligrosos, prácticamente sin ayuda oficial. Según el código CRETIB, que hace referencia a las características que hacen que un residuos sea considerado peligroso, y es un acrónimo de Corrosivo, Radiactivo, Explosivo, Tóxico, Inflamable y Biológico-Infeccioso, los pasivos ambientales peligrosos.

El pasivo ambiental que ha dejado Química Central se compone de cromo hexavalente, es decir, Cromo 6, que es sumamente peligroso y  es el resultado del proceso de Química Central para producir sales de plomo, muy usadas en la industria de la curtiduría.

El cromo 6 tiene un nivel de toxicidad tan alto, que su exposición durante un tiempo prolongado puede producir cáncer. Primeramente, afectara en erupciones en la piel, pero por la ingesta los riesgos de cáncer gástrico son altos.

Como resultado de su proceso, dejaron una montaña de deshechos. Aunque actualmente sus procesos ya no generan tanto pasivo ambiental,  lo siguen produciendo. Para Fonseca la clausura de la Química Central es una buena acción, no es la solución final.

Lo que sí será una solución final es retirar los deshechos a un lugar que no esté poblado y realizar un estudio para la salud de los habitantes. “A lo largo de los años nos hemos dado cuenta que no han hecho bien su trabajo. Al prueba está que no tenemos una  prueba fidedigna de cuantas personas afectadas por el cromo”, sentencia.

Foto: Bernardo Monroy, especial para SinEmbargo
¿Mal manejo de residuos? Foto: Bernardo Monroy, especial para SinEmbargo

Por su parte, Omar Israel Rodríguez, miembro del Movimiento Ecologista de los pueblos del Rincón, señala que el actuar de las autoridades ha sido pasivo.

El municipio les quería entregar el uso de suelo hace dos meses, por lo que a raíz de eso el movimiento tomó más fuerza. Por lo que se dieron a la tarea de recolectar firmas para hacerle ver al ayuntamiento que no estaban de acuerdo, por lo que se negó a otorgar el uso de suelo.

Han presionado a las autoridades para eliminar los pasivos ambientales. Se han dado a la tarea de seguir presionando, pues la clausura de la Química, aunque fue acertado y significó una forma de presión, era su obligación aplicar la ley. Fonseca es muy concreto en sus demandas:

“Nosotros no vamos a quitar el dedo del renglón hasta que no se solucione el problema de contaminación, que es el retiro de pasivo ambiental y la remediación del sitio además de estudios por parte de salud para que nos indiquen que las personas no han sido afectadas por el cromo 6”, dijo.

Una de las personas afectadas es Luis Hugo Banda Vallecillo. Desempeñaba funciones administrativas en la cámara de comercio. Es originario de la comunidad de La Estación, aledaña a la Química Central.

Hugo tenía desde hacía años problemas de úlcera gástrica. Cada seis meses se hacía chequeo de rutina, y en octubre pasado se descubrió, tras una biopsia que tenía alto grado de células cancerosas.

Foto: Bernardo Monroy, especial para SinEmbargo
Restos regados. Foto: Bernardo Monroy, especial para SinEmbargo

Actualmente no trabaja, pues el médico se lo impidió debido a su situación de salud, ya que tiene recaídas constantes. Su problema radicaba en el estómago, le recetaron la quimioterapia en cápsulas llamadas capecitabina. Se atiende en hospitales particulares porque no cuenta ni con Seguro Popular ni con Seguro Social. Gasta por 120 cápsulas 20 mil pesos, y debe abastecerse cada 4 meses, también gasta 18 mil pesos por cada estudio.

Cuando se le pregunta si le guarda rencor al personal de Química Central, no duda en responder: “Así es. Sobre todo por el hecho de que no tienen ni un poquito de tacto con las personas, viendo la situación en la que estamos no hacen nada”.

Para su fortuna, cuenta con un grupo de amigos que organizan kermesses para apoyarlo. También con el apoyo de su familia, quienes han vendido varias cosas para pagarlas.

“Es devastador saber que tienes cáncer. Normalmente, cuando alguien escucha la palabra ‘cáncer’ lo primero que piensa es que va a morir. Yo le comenté al médico que vivía cerca de Qúmica Central, y me recomendaron alejarme, porque eso podía ser un factor en el proceso de la enfermedad. A raíz de su operación le dieron 3 meses de vida. Fue un momento muy duro en el que incluso le sugirieron ir a un grupo de apoyo para afrontar la muerte, pero él no quiso aceptarlo y probar el medicamento.

Actualmente, 8 meses después, se encuentra mejor de salud. Ante todo, sus proyectos a futuro son trabajar de nuevo para apoyar a su familia debido a sus carencias económicas.

Foto: Bernardo Monroy, especial para SinEmbargo
Una zona pobre. Foto: Bernardo Monroy, especial para SinEmbargo

UNA LUCHA DOBLE

Para Juana Estrada Govea, delegada de la comunidad de Buenavista en el municipio de Purísima desde hace más de 2 años, sabe bien los problemas que ha generado la Química Central, aunque no sabe cuándo ni cómo empezaron: una niña con cáncer y un niño que fallecieron a causa de la enfermedad.

Actualmente, la pequeña Yessenia Muñoz Montelongo se encuentra luchando contra el cáncer. Entre los vecinos, un tema de conversación constante es qué harán para quitar los deshechos, que viajan en el aire, en el agua y permanecen en la tierra.

La Química Central solo ha creado problemas a la comunidad. Además del cáncer, el óxido maltrata las puertas y ventanas de metal, y en la madrugada el hedor era tan intenso que debían taparse la nariz. Algunas personas tienen dolores de estómago y de cabeza. La respuesta de la delegada es, al mismo tiempo, una pregunta:

“¿Una qué hace? ¿Con quién va?”

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Los que pagan. Foto: Bernardo Monroy, especial para SinEmbargo

VÍCTIMAS DEL CROMO 6

Anayelli Lara Martínez trabaja en la empresa “Textiles de San Francisco”. Cuando se le pregunta qué problemas le ha acarreado la Química Central, no duda en responder: “La muerte de mi hermano”.

Su hermano se llamaba José Julián Lara Martínez murió a causa del cáncer a los 7 años.

Todo fue muy rápido, recuerda Anayelli, quien vive en Buenavista. Un día, le avisaron de la escuela que tenía vómito y dolores de cabeza fuertes. Después le avisaron a su madre, y lo llevaron al hospital, donde descubrieron, tras una serie de estudios, que tenía un tumor en la cabeza.No recuerda cuando gastaron, pero sí lo suficiente para vender varios objetos de la casa y trabajando turnos dobles.

Ni los políticos ni los empresarios de la Química los asesoraron o los apoyaron económicamente. “Fue un golpe muy duro para la familia. Ya anteriormente se escuchaban rumores que la gente estaba falleciendo debido a los problemas de la Química Central”, declara.

Los últimos momentos con su hermano fueron muy duros. A un año, no han superado la pérdida. “Tienen que hacer algo, ahora sabemos de mucha gente que tiene cáncer. Para mí es muy triste vivir en una comunidad donde es común que muchas personas tienen cáncer”.

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