Datos oficiales retomados por la Organización de Naciones Unidas (ONU) revelaron recientemente que uno de cada cinco niños trabaja para pagar“su escuela o sus propios gastos.

El titular de Sagarpa impulsa arraigo al campo y no importa, plantea, si se da el trabajo infantil

30/06/2015 - 12:02 am
De acuerdo con las agencias de la ONU el 1.4 por ciento de niñas y niños entre 5 y 9 años realizan actividades económicas. Foto: Cuartoscuro.
México estima producir 280 millones de toneladas de alimento para este año. Foto: Cuartoscuro.

Ciudad de México, 30 de junio (SinEmbargo).– El Gobierno federal promoverá que la gente que trabaja el campo permanezca ahí, incluyendo a menores de edad que son parte de la economía agrícola, a través del desarrollo de un programa llamado “Arráigate” de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), afirmó el titular de esa dependencia Enrique Martínez y Martínez en un foro de la dependencia.

“Para que nuestras propias familias, nuestros hijos en el campo se queden y lo disfruten, la sociedad entera está haciendo más atractivo irse a las ciudades por la comodidad, no a todos les gusta trabajar la tierra en el sol, en las inclemencias del tiempo. Es muy fácil estar en el aire acondicionado, es muy cómodo tener todas las facilidades, los distractores, y las cosas que les llaman a los jóvenes la atención a la mano, pero después quién se queda en el campo”, dijo Martínez y Martínez durante el foro “Hacia Democratizar la Productividad Rural Sostenible”.

Datos oficiales retomados por la Organización de Naciones Unidas (ONU) revelaron recientemente que uno de cada cinco niños trabaja para pagar su escuela o sus propios gastos.

Sin embargo, durante la inauguración del foro “Hacia Democratizar la Productividad Rural Sostenible”, Martínez y Martínez quiso “hacer una alerta” al decir que los derechos humanos en México pueden convertirse en una barrera para las exportaciones, como lo pudo ser anteriormente la sanidad.

“A nuestras familias les enseñamos desde muy niños a que tengan contacto a diario con las labores de trabajo; eso no afecta, al contrario, dignifica y fortalece a nuestras familias, que desde muy pequeños nos enseñen a trabajar, a labrar la tierra, a tener contacto con los animales”, dijo Martínez y Martínez.

La Sagarpa aprovechó el evento para calificar de “éxito” las exportaciones agroalimentarias que, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), ascendieron el año pasado a 26 mil 296 millones de dólares (aproximadamente 412 mil millones de pesos), cuando en el 2010 éstas estuvieron en 18 mil 192 millones de dólares (alrededor de 285 mil millones de pesos), de acuerdo con la Sagarpa.

“Es muy distinto la agricultura familiar, cuando los padres llevan a los hijos al campo a trabajar, a enseñarlos de estas labores, a que se sientan autosuficientes porque saben hacer producir la tierra, es muy diferente eso a la explotación, que rechazamos categóricamente”.

Bajo los parámetros del titular de la Sagarpa, el 12 de junio, en el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, la ONU refirió que en el país hay 2.5 millones de menores de 18 años que trabajan.

Mientras que de acuerdo con el Informe de 2014 del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), denominado “El derecho a una educación de calidad”, la no matriculación en el país llega a 46.7 por ciento para quienes tienen 17 años.

En México el trabajo infantil en el área rural ha sido una costumbre difícil de desheredar debido a entre otros factores a la necesidad de la producción económica en el sostén familiar. No obstante, Thomas Wissing, director de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) México, señaló recientemente que “el trabajo infantil afecta la salud y el desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes, y su principal causa es la pobreza de los hogares”.

“Sin embargo [esto] no resuelve su situación económica, ya que por cada dos años que las niñas y los niños no estudian, ganan 20 por ciento menos en sus trabajos cuando son adultos”, acotó.

A pesar de que México ocupa, de acuerdo con datos oficiales, el tercer lugar en producción de alimentos en Latinoamérica y el décimo segundo en el mundo, con 280 millones de toneladas de alimentos producidas al año, aún lucha por paliar la pobreza alimentaria de 25 millones de personas.

16 TERRENOS

Parte de la idiosincrasia del Secretario podría estar relacionada con el entorno en el que se desenvuelve. En 2013 diversos medios dieron a conocer que Enrique Martínez y Martínez, ex Gobernador de Coahuila, tenía registrados 16 terrenos. El diario La Jornada refirió que tres de ellos tenían proporciones de 90, 60 y 45 hectáreas. Y que al momento de declarar bajo la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, Martínez y Martínez señaló tener distintas inversiones, entre ellas ganado vacuno y venados.

Durante su disertación del día de ayer, el dirigente de la Sagarpa aseveró estar a favor del trabajo infantil ya que desde pequeño fue llevado al campo.

“Yo lo viví en carne propia, desde pequeño me enseñaron a trabajar, pues venía aquí al campo, al azadón, y me enseñaron a trabajar, y a amarrar un becerro desde muy pequeño. Eso está muy lejos de ser explotación, es la mejor enseñanza que los padres podemos hacerle a nuestros hijos, así que ojo, defendamos, y ayudemos a diferenciar”.

EXPLOTACIÓN JORNALERA

Existen un gran número de denuncias por explotación jornalera en el país. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Jornaleros Agrícolas 2009, en México existen al menos 2 millones 40 mil 414 jornaleros agrícolas, 40 por ciento de ellos indígenas y la mitad provenientes de los estados más pobres del país.

Respecto a los menores de edad, la encuesta oficial estimaba que para 2009 había al menos un millón 58 mil 63 niños y adolescentes trabajando en el sector agrícola y que por lo menos 400 mil de ellos recibían un pago por su trabajo. Asimismo refería que el 39.1 por ciento de la población jornalera agrícola era menor de 18 años.

Junto con sus familias representan una población total de 9 millones 206 mil 429 personas para las que la pobreza, la marginación y la falta de empleos formales son condiciones que los hacen vulnerables de ser explotados en los campos agrícolas del país.

Un caso reciente de un grupo de un paro jornalero fue el realizado el 17 de marzo en el Valle de San Quintín, en Baja California, quienes argumentaron no poder sobrevivir con los 70 pesos diarios que los empleadores fijaron a cambio de largas jornadas de trabajo.

A pesar de exigir 200 pesos, luego de meses de cabildeo con las autoridades de gobierno, los jornaleros recibieron a cambio una propuesta de salarios según categoría “A”, “B” y “C”, que constaban en 180, 165 y 150 pesos, respectivamente.

Entre varios casos previos, SinEmbargo documentó en 2012 que en los viñedos de Hermosillo, Sonora, los jornaleros que pizcaban uva en el rancho Campo Nuevo cobraban 1 peso con 50 centavos por cada cubeta de 20 kilos de fruta.

De acuerdo con los trabajadores, ésa era la tarifa que los dueños pagaban desde hacía una década. Sus jornadas de trabajo comenzaban desde las 6 de la mañana y duraban hasta las 17 horas.

Los niños trabajaban en las mañanas y por las tarde iban a la escuela. Los jornaleros vivían en galeras, sus hijos estaban desnutridos, dormían en literas de fierro sin colchón o debajo de árboles. Una realidad que tres años después aún es una constante para estas personas.

En Guerrero, de 2007 a abril de este año, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan ha registrado la muerte de 40 niños jornaleros o hijos de jornaleros.

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