Estudio afirma que los perros son capaces de sentir enojo cuando creen que alguien les roba el afecto de su amo

30/07/2014 - 1:00 am
En el experimento los perros fueron grabados mientras sus dueños les ignoraban e interactuaban con tres objetos diferentes, entre ellos un perro de peluche. Foto: EFE
En el experimento los perros fueron grabados mientras sus dueños les ignoraban e interactuaban con tres objetos diferentes, entre ellos un perro de peluche. Foto: EFE

Ciudad de México, 30 de julio (SinEmbargo).– Mientras muchos debaten si las mascotas (en particular aquellas más cercanas al ser humano como perros y gatos) son capaces de sentir lo mismo que sus dueños, para los propietarios no hay lugar para este tipo de dudas, ya que se trata de un hecho. En particular, la mayoría de los dueños de caninos no dudarían en afirmar tal cosa de su mejor amigo. Sin embargo, hasta hace poco esto se trataba de una mera observación producto del cariño inherente entre

No obstante, según un nuevo estudio, el mejor amigo del hombre sí es capaz de experimentar un sentimiento muy humano: los celos. Así lo afirma Christine Harris, psicóloga de la Universidad de California en San Diego (UCSD), quien cree que puede existir una forma básica de celos, que evolucionó para proteger los vínculos sociales de los intrusos, la cual puede encontrarse en otras especies sociales, como los perros.

De esta manera, el experimento realizado con 36 perros, mostró un cambio dramático en el comportamiento de estos cuando sus dueños manifestaron afecto a un canino de peluche, reaccionando con gruñidos, ladridos e intentos de separar a sus dueños del percibido rival, publicó la revista científica Plos One.

“Existe la sensación generalizada de que los celos son exclusivos de los humanos, en parte por la compleja capacidad cognitiva que involucra la emoción”, dijeron Harris y Caroline Prouvost, coautora del estudio.

Sin embargo, el estudio realizado con canes de 14 razas, entre las que se incluyeron chihuahuas, Yorshire terriers, perros de Pomerania, salchicha y criollos, demostró que no ocurre así. “Descubrimos que los perros tuvieron comportamientos significativamente más celosos (…) cuando sus dueños mostraron afecto hacia lo que parecía otro perro en comparación con la atención a objetos no sociales”, agregaron.

Los perros tuvieron comportamientos significativamente más celosos cuando sus dueños mostraron afecto hacia lo que parecía otro perro. foto: EFE
Los perros tuvieron comportamientos significativamente más celosos cuando sus dueños mostraron afecto hacia lo que parecía otro perro. foto: EFE

Los perros fueron grabados en sus hogares con una cámara mientras sus dueños les ignoraban e interactuaban con tres objetos diferentes: un perro de peluche, una cubeta y un libro. En los dos primeros casos, los dueños debían tratar al peluche y a la cubeta como si se tratara de un perro de verdad, mientras que en el tercer escenario, leían en alto un libro del que salían melodías de forma inesperada.

El equipo de investigadores descubrió que los perros exhibían un comportamiento de celos que se manifestaba mediante mordiscos, así como con el hecho de interponerse entre el dueño y el objeto, e incluso empujar o tocar al objeto o al humano, cuando los propietarios se mostraban cariñosos hacia lo que parecía ser otro can.

Harris solo involucró a perros pequeños ante el temor a que reaccionase de forma agresiva y hubiese que someterlos.

Harris y Prouvost subrayaron que los resultados de la investigación respaldan la teoría de que existe una forma “primigenia” de celos que se observa también en los bebés. Así mismo, recordaron que los celos son el tercer causante de homicidios no accidentales, de ahí la importancia de entender cómo funcionan para intentar controlar los aspectos menos saludables del sentimiento.

“Mucha gente ha asumido que los celos son una construcción social de los seres humanos, o que es una emoción específica ligada a las relaciones sexuales y románticas”, dijo Harris. “Nuestros resultados desafían estas ideas, mostrando que los animales, además de nosotros mismos, muestran una fuerte angustia cada vez que un rival usurpa el afecto de un ser querido”.

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