Naciones Unidas, 30 Jul (Notimex).- El director de la Oficina de la ONU contra las Drogas y el Delito (UNODC) Yury Fedotov, expresó hoy su alarma ante el “extremadamente bajo” número de personas que desde 2007 son condenadas por trata de personas en el mundo.
En un mensaje para conmemorar el Día Mundial contra la Trata de Personas, celebrado por primera vez este 30 de julio, Fedotov indicó que 15 por ciento de los países en el mundo no registraron una sola condena por tráfico de personas entre 2010 y 2012.
Lamentó además que pese que este delito se comete en todas las regiones del mundo, un 25 por ciento de los países registraron sólo entre una y 10 condenas de traficantes de personas entre 2010 y 2012.
“Esto es de gran preocupación porque las condenas no sólo aseguran que los ofensores deben responder por sus delitos. Mandan una importante señal a los criminales, para quienes el tráfico de personas es una actividad de bajo riesgo y elevadas ganancias, de que esta violación no será tolerada”, dijo.
Al mismo tiempo, de acuerdo con Fedotov, autoridades detectan cada vez más niños entre las víctimas de tráfico humano, en particular niñas menores de 18 años.
Por ello, expresó que es de suma importancia no sólo que los países cuenten con una legislación contra el tráfico humano, ya que más de 90 por ciento de las naciones tiene una, sino que ésta cumpla con los protocolos internacionales, que cubra todas las formas de trata y que proteja a las víctimas.
“En los hechos, hay miles de millones de personas que no están protegidas de manera adecuada y que siguen estando vulnerables”, señaló Fedotov.
El funcionario afirmó que no pasa un sólo día sin que reciba informes sobre mujeres, hombres y niños vendidos a las formas modernas de esclavitud: forzados a trabajar en maquiladoras, campos y burdeles, “escondidos a plena vista en los países más ricos y en los más pobres”.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, manifestó que el primer Día Mundial contra la Trata de Personas constituye un llamamiento a la acción para poner fin a ese delito y para dar esperanza a las víctimas, “que a menudo viven entre nosotros sin ser reconocidas”.
Aseguró que el cumplimiento de la ley, la cooperación transfronteriza y el intercambio de información pueden ser todos eficaces, aunque para poner fin a este flagelo deben abordarse sus causas profundas.
“La pobreza extrema, las desigualdades muy arraigadas y la falta de educación y de oportunidades crean las vulnerabilidades que son explotadas por los traficantes. En última instancia, la mejor protección es acelerar el desarrollo para todos”, enfatizó Ban.
