El tenis evoluciona dando el visto bueno a la tecnología; chips especiales, google glass y más…en la cancha

30/08/2013 - 12:00 am
Foto: Twitter
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Ciudad de México, 30 de agosto (SinEmbargo).– La estadounidense Bethanie Mattek-Sands es una extrovertida jugadora de tenis que puede pintarse el cabello de verde o llegar al recinto sagrado de la cancha central de Wimbledon usando Google glass, gracias al convenio que tiene con la marca para experimentar su uso en el área deportiva profesional. Los delegados del tradicional Grand Slam, le prohíben jugar con ese aparato que daría una experiencia personal de lo que sucede a lo largo de los sets. Los tiempos del deporte blanco van mucho más lento que la tecnología, la pureza del juego, se cuida con sumo cuidado.

El techo corredizo de la cancha central de Wimbledon se inauguró en 2009 con una inversión entre 130 y 160 millones de dólares. La espectacular obra evitó tener que suspender algún partido por las constantes lluvias en la capital inglesa. Algún sector de los amantes románticos del tenis se quejaron argumentando que la esencia del Grand Slam más tradicional podría desaparecer ante la fría llegada de la tecnología con su precisión incuestionable. El césped del torneo grande sucumbió a la tecnología que en otros torneos ya se estaba usando.

El Ojo de Halcón es una herramienta que el tenista usa cuando cree que el factor humano ha fallado. Tras el falló de los jueces de silla, es la tecnología el último rincón donde los jugadores se adentran para remendar lo que han considerado un error. Durante algunos pocos segundos, tenistas y aficionados voltean a la pantalla que adorna la cancha para ver la simulación digital del punto reclamado. El bote de la pelota determinará la decisión final del juez de silla. El deporte blanco se unió a ese grupo de actividades atléticas que se entregó al uso de la tecnología siempre con la misión de seguir evolucionando de la mano del mundo.

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Este verano, la Federación Internacional de tenis aprobó el uso de más factores tecnológicos a partir del próximo año. A un deporte que valora tanto su memoria histórica, la incursión de más artefactos despierta muchos comentarios en los nobles fanáticos que vislumbran un futuro robotizado. Mientras, entrenadores y especialistas se frotan las manos con todo lo que pudiera generar nuevos datos para el análisis. Mientras entra la vigencia del acuerdo, en los entrenamientos de las tenistas ya se comienzan a usar diversos GPS especiales para determinar el rendimiento de los golpes que salen desde la raqueta.

En pleno Abierto de Nueva York, las negociaciones con los posibles proveedores que pondrán toda su inversión en forma de pequeños artilugios al servicio del tenis. En Queens, mientras la fiesta deportiva se lleva a cabo, el futuro comienza a plantearse. Jugadores y entrenadores están a favor de los nuevos mecanismos. Cualquier cosa que sirva para mejorar el rendimiento de los protagonistas, es siempre bienvenido. Al contrario de los puristas, la opinión de los involucrados espera que los nueva tecnología sirva para seguir profesionalizando mucho más este deporte.

La Federación Internacional de Tenis ha dejado claro que la incursión será total. “Incluirá cualquier equipo que recoja, guarde, transmita o analice información vital sobre algún jugador, así como cualquier aparato individual que se adecue a la vestimenta ya existente”. Lo primero que se ha imaginado es un chip en la raqueta que determine la velocidad de los golpes así como el movimiento brazos y muñecas que puedan desnudar el estilo propio de un jugador. Mientras la mente vuela, el próximo año tenístico contará con innumerables datos gracias a la tecnología. El tenis, de apoco comienza a abrirse.

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