Los oficiales celebraron en Asunción la festividad de Santa Rosa de Lima, considerada como la santa patrona de la Policía, con varios actos religiosos y en homenaje a los agentes caídos en actos de servicio, que contó además con un llamado a la liberación de los secuestrados.

La madre de Morínigo, Obdulia Florenciano, recordó este domingo a los medios locales que la última vez que tuvo noticias de que su hijo seguía con vida fue hace ocho meses, coincidiendo con la liberación del joven Arlan Fick, de 17 años, que compartió cautiverio con el suboficial durante casi diez meses.

En el caso de Morínigo, los guerrilleros no piden un rescate económico, sino que exigen la liberación de seis de los integrantes del grupo armado que se encuentran presos, un canje al que el Gobierno se niega.

El secuestro de Morínigo se une al de Abraham Fehr, un colono menonita residente en Paraguay que cumplió hoy tres semanas secuestrado tras ser raptado a unos 350 kilómetros al norte de Asunción por el grupo armado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), según la hipótesis del Gobierno.

Fehr, integrante de una de las dos colonias menonitas ubicadas en el departamento de San Pedro, estaba trabajando en una propiedad agrícola cuando un grupo de hombres armados apareció en el lugar, se identificaron como miembros del EPP y se lo llevaron a un bosque cercano.

Según testigos, los presuntos guerrilleros pidieron el pago de 20 mil dólares para su liberación y que esa cantidad fuera depositada en un lugar fijado en cuanto pasara media hora del secuestro.

Los familiares y la comunidad menonita de San Pedro, evangélicos ortodoxos de origen europeo asentados en Paraguay, Argentina y Bolivia, han pedido apoyo al Gobierno paraguayo y celebrado actos religiosos para orar por Fehr.

Los familiares del colono menonita han reiterado en varias ocasiones que no disponen del dinero que se les solicita ahora de rescate, que la prensa local estima que ronda los 500 mil dólares.

Por su parte, el Gobierno paraguayo mantiene el silencio en torno a la investigación del caso y a las intervenciones que realizan en la zona las Fuerzas de Tarea Conjunta, el contingente de militares y policías creado por el presidente Horacio Cartes para el combate a la guerrilla.

El Gobierno paraguayo atribuye al EPP medio centenar de asesinatos y varios secuestros desde su fundación en 2008 y se cree que su área de actuación comprende los departamentos de Concepción, San Pedro y Amambay, en el norte del país.

Se trata de áreas limítrofes con Brasil donde se registran altos índices de pobreza campesina y por donde discurren rutas regionales de tráfico de drogas.